Nochebuena con los Malfoy, clases con Harry

Habían pasado casi dos meses desde el incidente entre Albus y Eugene en el vestíbulo, y ya casi todos lo habían olvidado. Como Albus había predicho, Eugene y sus amigos no se atrevieron a mover un dedo en su contra. No obstante, Al no había previsto que sus compañeros de Slytherin también le guardarían rencor por los cien puntos perdidos por la Casa. Unos tres días después del duelo, Albus no se presentó a cenar. Los profesores y prefectos registraron todo el castillo y finalmente lo encontraron inconsciente en la Torre de Astronomía. Tenía el labio partido, la nariz rota y varias fracturas.

Cuando recuperó el conocimiento, Albus afirmó no haber visto a quienes le dieron aquella feroz golpiza, pero insinuó que podía tratarse de una revancha de parte del grupo de Eugene. Servilia Crouch coincidió con él, y se dedicó a vigilarlos más de cerca que nunca. No obstante, en los días posteriores a que Albus abandonase la enfermería, Jasper Higgs, Richard Harper y Lloyd Bletchey, tres alumnos de quinto de Slytherin, fueron misteriosamente atacados por un grupo de armaduras encantadas. Hubieran podido terminar decapitados de no ser por la intervención del profesor Flitwick. Albus no volvió a ser molestado.

Si bien Harry y Ginny lo visitaron durante su estadía en la enfermería, Albus percibía cierta incomodidad de su parte. Y cuando llegó diciembre, Al decidió que sería prudente no pasar los primeros días de las vacaciones de Navidad en el número doce de Grimmauld Place. Tras sondear a Scorpius, pidió permiso a sus padres para quedarse con él, y ellos se lo concedieron, aunque con algunos reparos. Los padres de Scor no tuvieron ningún inconveniente en recibir a Albus, o al menos eso fue lo que le dijo Scorpius.

Cuando llegó el 19 de diciembre, Albus se despidió de sus padres, de Lily y de James en King’s Cross y se quedó con Scorpius en la estación. Al esperaba que Draco y Pansy Malfoy vendrían a recogerlo, pero se sorprendió al ver que aparecía un elfo doméstico entre la multitud y se dirigía a su amigo.

-Amo Scorpius, bienvenido -lo saludó, haciendo una reverencia.

-Hola, Twiggy. Este es mi amigo Albus Potter.

El elfo le hizo otra reverencia a Albus, llamándolo «señor Albus Potter». Luego Scor dijo:

-Llévanos a la Mansión, Twiggy. Luego regresa aquí por nuestro equipaje.

Obedientemente, el elfo tomó de la mano a ambos adolescentes y se Desapareció con ellos. No era la primera vez que Albus experimentaba una Desaparición conjunta con un elfo doméstico. En un parpadeo, se encontraron en la puerta de la Mansión Malfoy. Twiggy los soltó e inmediatamente volvió a Desaparecerse, retornando de la estación con los baules de Al y Scor.

La Mansión Malfoy le pareció a Albus una construcción impresionante, casi una versión en miniatura del palacio de Versalles. Si bien había sido levantada en el siglo XIV, las sucesivas refacciones le habían quitado su aspecto medieval por completo. El jardín era inmenso y muy bien cuidado, y la presencia de pavos reales le resultó un detalle encantador.

Tras llevar su equipaje a sus habitaciones, Twiggy les abrió la puerta de la Mansión. En el vestíbulo estaban esperándolos Draco, Pansy y Narcisa Malfoy.

Draco le pareció a Albus como una versión adulta de Scorpius. En verdad, aparte de la edad, la única diferencia física que había entre ambos era el cabello, que Draco comenzaba a perder, y Scorpius comenzaba a llevar tan largo como el de su abuelo Lucius. Draco era más alto que su hijo, por supuesto, pero estaba claro que Scor tardaría un par de años, como mucho, en alcanzarlo.

Pansy Malfoy no le pareció fea a Albus, pero tampoco despampanantemente hermosa. Lo que más atrajo su atención fue el destello de aversión que vio en sus ojos la primera vez que se miraron. No obstante, la señora Malfoy se compuso enseguida y adoptó el mismo aire hierático de su esposo y suegra. Interesante, pensó Albus mientras le daba la mano.

En cuanto a Narcisa, Albus no dejó de notar que todavía seguía siendo una señora muy agradable de ver, lo mismo que su hermana mayor Andrómeda. Algunas arrugas marcaban su rostro, y había más de una hebra plateada en sus cabellos rubios, pero en general estaba muy bien conservada. También fue la más cálida de los tres al recibirlo.

Albus imaginó que compartiría el dormitorio con Scorpius, pero los Malfoy lo ubicaron en un cuarto de invitados contiguo al de su amigo. Una vez que concluyeron los ceremoniosos saludos con sus padres y abuela, Scor lo condujo allí.

-Tu madre me odia -dijo Albus en tono desapasionado.

-Oh, sí -respondió Scorpius-. Pero no te preocupes, ella odia a todo el mundo.

***

El acuerdo entre los Potter y los Malfoy era que se quedaría desde el 19 hasta el 25 de diciembre, de modo que Al tuvo tiempo de explorar la enorme Mansión guiado por Scor. Incluso vio aquel sotano que había servido de prisión en tiempos de Lord Voldemort y donde había muerto Peter Pettigrew.

-Francamente -opinó Albus con desprecio cuando Scorpius se lo contó-, siempre he creido que Pettigrew fue un imbécil al no convertirse en rata cuando la mano de plata que le dio Ryddle se puso a estrangularlo. Si lo hubiera hecho, se hubiera salvado, porque es físicamente imposible para una rata estrangularse a sí misma; sus patas son demasiado cortas. Es verdad que fue una situación que lo tomó completamente por sorpresa, pero aún así opino que murió por su propia idiotez.

En la Nochebuena, los Malfoy invitaron a varias familias de sangre pura a una cena de gala. Albus jamás había tenido que vestirse con tanta formalidad, pero consiguió acostumbrarse a su túnica al cabo de poco más de una hora. Durante la celebración se reencontró con varios compañeros y compañeras de Slytherin, como Roberta Goyle, Antoine Zabini, Portia y Brutus Nott, que venían acompañados por sus familias. La madura pero todavía pasmosamente atractiva madre de Blaise Zabini, que acababa de «perder» a su decimosegundo marido, fue capaz de inspirarle a Albus una de sus primeras erecciones. Es probable que no haya sido el único.

Más tarde, los adolescentes consiguieron pasar de la relativamente inocua cerveza de manteca al whisky de fuego, con resultados que hubieran sido catastróficos en otras circunstancias. Pero como sus propios padres se encontraban algo achispados, y aún sobrios solían hacerles la vista gorda a sus retoños, los jovenes se salvaron de su castigo por la borrachera. La resaca forzó a Albus a posponer su regreso a Grimmauld Place del mediodía a la tarde del 25.

***

En febrero, el profesor MacMillan anunció a sus alumnos que Harry Potter vendría a darles clases especiales sobre los Dementores y los métodos para combatirlos. Era algo común en todos los terceros años, lo cual no impedía que los estudiantes lo esperasen con impaciencia.

La primera clase con Harry finalmente se realizó el 9 de febrero. Harry llegó a Hogwarts casi de incógnito, y en rigor nadie lo vio hasta que hizo su aparición en el salón de Defensa Contra las Artes Oscuras.

-Chicos, les presento a Harry James Potter, jefe del Departamento de Aurores -dijo MacMillan, y los estudiantes lo recibieron con un breve aplauso.

-Gracias, muchas gracias -dijo Harry-. Como siempre, me alegra y me enorgullece que me inviten a dar esta clase en mi querido colegio.

«Primero comenzaré hablándoles acerca de los Dementores. Imagino que ustedes ya saben que hasta 1996, el Ministerio de la Magia empleó Dementores para custodiar la prisión de Azkaban y sus ocupantes. Hay que decir que utilizarlos fue un error. Los Dementores eran -son- criaturas absolutamente perversas, y el tormento al que sometían a los prisioneros era aberrante. Además, no eran ni son criaturas dignas de confianza, y lo demostraron cuando en 1996 se unieron a las huestes de Tom Ryddle, alias Lord Voldemort. El Ministerio volvió a usar Dementores entre agosto de 1997 y mayo de 1998, cuando cayó en manos de los Mortífagos, pero cuando Ryddle fue vencido en mayo de 1998 Kingsley Shacklebolt se deshizo definitivamente de ellos.

«Lamentablemente, es imposible matar o destruir a los Dementores, porque son criaturas semicorpóreas. Es imposible siquiera decir a ciencia cierta si están vivos o muertos. Sin embargo, es posible ahuyentarlos, y eso es lo que hizo el Ministerio. Actualmente los Dementores están «exiliados» en el noreste de Groenlandia.

«No obstante, la probabilidad de que en algún momento de sus vidas ustedes deban enfrentarse a un Dementor es real. Ha habido casos de Dementores que no conseguimos expulsar del país y han atacado a muggles. Cada vez son menos, pero no han desaparecido del todo. Por eso se insiste en mantener el tema de los Dementores y de los hechizos para defenderse de ellos en el currículum de Defensa Contra las Artes Oscuras.

«El Dementor se alimenta de todos los buenos sentimientos de los seres humanos, siendo capaz eventualmente de quitarselos por completo. Pero lo peor es que también se alimentan de almas. El llamado Beso del Dementor consiste en que un Dementor devora el alma de su víctima, privándola de su conciencia y convirtiéndola en el equivalente a un vegetal. Un destino peor que la muerte, debo decir.

«Es por eso que es imprescindible que sepan protegerse de los Dementores. El principal método para enfrentarlos es el encantamiento Patronus. ¿Alguien sabe cómo funciona?

Rose alzó la mano enseguida y Harry le concedió la palabra.

-El mago o bruja proyecta todas sus emociones positivas y las usa como escudo entre él o ella y el Dementor.

-Exactamente -dijo Harry, sonriente-. ¿Diez puntos para Ravenclaw, Ernie? -añadió, mirando al profesor MacMillan.

-Harry, te lo he dicho mil veces: cuando estás dando tú la clase puedes darles o quitarles puntos a los alumnos a discreción.

-Bueno, bueno -dijo Harry, ruborizándose un poco-. Este escudo, denominado Patronus, también puede atacar al Dementor y de esa manera hacerlo huir. Pero para ello debe ser corpóreo. ¿Alguien sabe qué significa?

Rose volvió a levantar la mano.

-Significa que tiene una forma definida. Generalmente es un animal.

-Sí, Harry, diez puntos para Ravenclaw -dijo Ernie por su cuenta, haciendo que muchos se rieran. Harry se unió a las risas por un momento, y luego retornó al rol de profesor.

-Bravo, Rose. Ahora, al principio los Patronus suelen ser incorpóreos, o sea que se ven como una nube. En esa etapa solo sirven como protección. No obstante, con el paso del tiempo serán capaces de hacer Patronus corporeos como éste: ¡EXPECTO PATRONUM! -exclamó, haciendo que muchos se sobresaltasen. De la punta de su varita emergió un ciervo plateado, que trotó por todo el salón. Albus ya lo conocía, pero la mayoría de sus amigos no, y lo miraron sorprendidos hasta que desapareció.

-En esta clase se dedicarán a practicar el Patronus. Lo más probable es que solamente logren formar Patronus incorpóreos, pero no se desanimen. Tarde o temprano conseguirán Patronus como el mío.

***

Harry no se equivocó: todos los estudiantes pudieron crear Patronus incorpóreos en aquella primera clase. Sin embargo, aquello le pareció suficiente al Auror/profesor Potter para dar inicio a la segunda fase del programa, enfrentar a los chicos con su primer Dementor.

Las medidas de seguridad fueron extremas. No solo Harry y Ernie estaban allí para vigilar a la criatura, que Hagrid trajo encerrada en una gran caja, sino que también estaban presentes los profesores Flitwick, Slughorn y Longbottom y la directora Crouch, todos listos para intervenir inmediatamente en caso de que la situación se descontrolase. Una vez que llegaron los alumnos, los profesores conjuraron sus Patronus, cercando a la caja que contenía al Dementor, tras lo cual les ordenaron que se pusiesen en fila. A diferencia de cuando se enfrentaron por primera vez al boggart, esta vez no los pusieron por orden alfabético sino que simplemente dejaron que los alumnos se organizasen solos. Así, los tres primeros de la fila fueron Scorpius, Livius y Albus. Harry hizo que su Patronus se colocase entre Scorpius y Livius, de manera de proteger al resto de la fila del efecto del Dementor.

Finalmente, Hagrid abrió la caja, liberando a la criatura. Scorpius sintió un frío inmenso y comenzó a oir la voz de su madre Pansy, diciéndole que era una verguenza para la familia Malfoy y que terminaría como un traidor a la sangre… Ella le había dicho eso cuando tenía cinco o seis años, y las palabras le habían quedado grabadas hondamente. Reponiendose, Scor buscó su recuerdo más feliz, y lo encontró: él acostado en su habitación, viendo como en las páginas de un diario aparecían las palabras «Cada vez me gusta más Scorpius, y no sé qué hacer». Sintiéndose un poco más fuerte, gritó: «¡Expecto Patronum!» y la nube que había producido tantas veces el día anterior reapareció y formó una barrera frentre al Dementor.

-Bien hecho, Scorpius -dijo Harry-. Cinco puntos para Slytherin. Ahora tú, Livius.

Livius pasó al frente, mientras el Patronus de Scor se disolvía. Él también sintió el frío y la desesperanza invadirlo, e hizo fuerza para recordar un momento feliz. Consiguió concentrarse en el 1º de septiembre, cuando Albus le había presentado a Alcyone Hitchens, y así logró lanzarle al Dementor una nubecita plateada igual a la de Scorpius.

Cuando le tocó el turno a Albus, el chico se encontró reviviendo el momento en que Valerie lo torturaba con la maldición Cruciatus. Levantó la varita y trató de pensar en algo feliz, pero fracasó. El humito plateado que salió de ella fue incapaz de frenar al Dementor, y el monstruo comenzó a deslizarse hacia él.

-¡Piensa en algo más alegre, Al! -dijo Harry,

A diferencia de su padre, Albus no podía usar el recuerdo de su primer vuelo en escoba, porque hubiera sido contraproducente (Al era pésimo volando y en su primer intento casi se había estrellado contra un árbol). Tampoco hubiera podido usar el recuerdo de cuando se enteró que era un mago e iría a Hogwarts, porque como su primer estallido de magia involuntaria se había producido cuando Al era bebé, había crecido no solo conociendo la existencia de los magos y las brujas sino que él era uno de ellos. La carta de Hogwarts había sido para Albus la confirmación de algo que él ya esperaba.

Albus recordó su primer orgasmo, un par de meses atrás, pero esos pensamientos eran más lujuriosos que felices, de modo que su segundo intento también fracasó. El Dementor le mostró ahora lo que él había visto al luchar contra el boggart, y Albus tuvo que reprimir sus deseos de llorar. De repente, la desesperación fue reemplazada por una furia asesina.

-¿Así que quieres vencerme haciéndome ver eso otra vez, bestia inmunda? -gritó Al, y luego decidió revivir el momento en que se encontró con su animal interior y se convirtió en Animago- ¡Toma esto! ¡EXPECTO PATRONUM!

La estrategia tuvo más éxito del que Albus pensaba, ya que de su varita salió no solo una voluta de humo sino una forma muy definida. La de un áspid gigante. La serpiente abrió la boca, exhibiendole sus colmillos amenazadoramente al Dementor, pero este avanzó un poco más hacia el Patronus. Albus entonces se dirigió al áspid.

-Atácalo.

Obedientemente, el Patronus se precipitó hacia el Dementor. Harry esperaba que se limitase a embestirlo con la cabeza, como hacía la mayoría de los Patronus que él había visto, pero el áspid plateado le clavó los colmillos en el hombro. De la capucha del Dementor salió un grito de dolor completamente inhumano que les heló la sangre a todos. Aparentemente herido, el Dementor retrocedió casi hasta meterse de vuelta en la caja.

-Te felicito, Albus -dijo Harry cuando se recuperó de la sorpresa-. Has sido el primero de tu clase en crear un Patronus corpóreo. Treinta puntos para Slytherin.

Orgulloso, Albus hizo que su Patronus se desvaneciese y volvió a colocarse detrás del de su padre.

Siguiente capítulo