Memorias de Livius Black X

-Esos cigarrillos van a matarte -dijo Scorpius Malfoy mientras se sentaba al lado de Livius en la arena. Su amigo sonrió tristemente. Tomó una rama y la usó para escribir en la arena las palabras «¿Importa?».

-Por supuesto que importa, Livius. Sabes bien qué puede pasar si tú mueres.

«Fumo por el mismo motivo por el que escribo mis Memorias», escribió Livius en su bloc, iluminándolo con su varita. «Para no pensar en mi situación actual».

-¿Pero no se te ocurre que los hechos que recopilas en tus Memorias son los mismos que te condujeron hasta esta situación de la que hablas? -preguntó Scor.

Livius reflexionó durante algunos instantes y luego escribió: «Sí, pero tal vez el revivirlos me sirva para aceptar mi destino».

-¿Ya has llegado a hablar de Albus? -preguntó finalmente Scorpius.

«Sí», respondió Livius.

-¿Y cómo… cómo lo retratas?

«Tal y como fue», escribió el mudo.

-Estás conciente de lo que él hizo por ti, ¿verdad?

«Por supuesto. Me salvo la vida dio un motivo para aferrarme a la vida, pero supongo que viene a ser lo mismo. Pero no por eso voy a dejar de ser sincero.»

-Nadie podrá leer tus memorias, ¿lo sabes? Al menos no si escribes sobre lo último que hizo Albus con absoluta sinceridad.

«No me interesa que me lean. Escribo para mí mismo».

-Entonces continua con tu labor. Quizá sea bueno para ti -dijo Scorpius al tiempo que se ponía de pie y se iba por donde había venido.

***

Albus Potter retornó a Gran Bretaña junto a su novia Valerie Rosier, y lo primero que hizo fue contactarse con todos nosotros para encontrarnos en el Caldero Chorreante. Fuimos todos sus amigos excepto Louis y Hugo, que seguían en Lyon.

Fue una tarde muy agradable la que Alcyone y yo pasamos en esa taberna tan concurrida. No solo nos reencontramos con Al sino que también pude estar de nuevo con Scorpius, Agamenón, Ash e Isaac. Bebimos solamente cerveza de manteca y escuchamos los relatos de Albus sobre Guinea Ecuatorial y Francia, aunque no quiso hablar de los misteriosos acontecimientos de Kirite -y nosotros no quisimos preguntarle.

Al caer la noche Albus y Valerie (que nos había caído bien a pesar de ser una chica tan reservada) se disponían a irse, cuando Teddy Lupin y James Potter ingresaron en el local. Albus los saludó alegremente y los invitó a sentarse con nosotros.

-Venimos por asuntos oficiales, Al -dijo James solemnemente.

-¿Ah, sí? No sabía que mandasen Aurores en entrenamiento para esas cosas. ¿Qué ocurre? ¿Tienen algún arresto que hacer en el Callejón Diagon?

-No -respondió Teddy, claramente incómodo-. Venimos a entregarte esta notificación.

Le tendió un pergamino; Albus lo tomó con aparente curiosidad y lo leyó en silencio.

-¿Instigación al asesinato? ¿Magia ilegal? ¿Qué diablos es esto? -exclamó de repente.

-Nuestro tío Ron encabeza una investigación. Según él, hiciste esas cosas en Guinea Ecuatorial -dijo James. Sus mejillas estaban comenzando a ruborizarse.

-¡Tonterías! -dijo Albus, que parecía molesto- No sé qué ha estado tomando nuestro tío Ronnie, pero no pienso responder ante acusasiones tan absurdas. Yo no maté a nadie en África.

-Tienes que presentarte, Al -dijo Teddy-. Esta es una orden oficial, no puedes desobedecerla.

-¡Y no pienso hacerlo! ¡Pero están cometiendo una injusticia! -bramó. Todos los parroquianos del Caldero Chorreante estaban callados, oyendo el intercambio atentamente.

-Cálmate, Albus -dijo James-. No somos nosotros los que te acusamos, es él.

-Sí, sí -dijo su hermano menor-. Pero esto es una verguenza. ¡Si el tío Ron quiere saber qué pasó, pues que venga y me lo pregunte!

-Dice que te lo preguntó cuando llegaron a Kirite -dijo James-. Según él te fuiste sin responder.

-¿Crees que se limitó a preguntarme? Apenas vio ese cuerpo me etiquetó mentalmente como sospechoso, o quizá ya como culpable. ¡Siempre ha pensado lo peor de mí! ¿Te sorprende que me haya sentido tan irritado que prefiriera largarme antes que quedarme a darle explicaciones?

-Todo esto no nos lleva a nada -dijo Teddy-. La audiencia es en tres días, a las diez de la mañana -Luego el joven Auror se inclinó y susurró algunas palabras al oído del hijo de su padrino-. Eso es todo. Disfruten sus bebidas -concluyó, y se fue junto con James.

Cuando el Auror y el aprendiz de Auror salieron del bar, todas las miradas se clavaron en Albus. El chico tomó de la mano a Valerie y se despidió de nosotros. La pareja se marchó de la taberna con la frente muy alta y un aspecto genuinamente indignado.

***

Alcyone me propuso ir al Ministerio cuando llegó la fecha de la audiencia de Albus para manifestarle nuestro apoyo, y yo estuve de acuerdo. Llegamos a las diez menos cuarto y nos sorprendimos agradablemente al encontrar a los demás amigos de Al en el Atrio. El ambiente, sin embargo, era muy tenso.

Cinco minutos antes de las diez Albus llegó acompañado por Valerie y, para sorpresa de todos, su hermana Lily. Aparte de Ron Weasley y de Harry Potter, que por los cargos que ocupaban estarían presentes durante la sesión del Wizengamot, y de Scorpius, Alcyone y yo, que éramos primos lejanos de Al, la menor de los Potter era la única familiar que vino al Ministerio para estar con Albus. Los demás parientes de nuestro amigo eligieron no asistir a este pleito donde estaría de un lado el tío y del otro el sobrino.

Fue Harry Potter quién salió al Atrio para conducirnos al salón donde se realizaría la audiencia. Aunque el evento no estaba cerrado al público, solamente nosotros estuvimos allí, pues El Profeta no había difundido la noticia. El ministro Shacklebolt quería que todo se realizase con la mayor discreción posible.

Harry hizo que entrasemos en dos grupos al ascensor, que nos llevó al noveno piso, lugar donde se encontraba la sala del tribunal, así como el Departamento de Misterios. El señor Potter nos hizo ingresar al interior de la sala sin hacer comentarios. Se trataba de un lugar inmenso, oscuro y tétrico, donde más tarde supe que juzgaron a Barty Crouch hijo, a Bellatrix, Rodolphus y Rabastan Lestrange. Agamenón ya lo sabía, y ese detalle hizo que se pusiese más serio y callado que de costumbre. Nos fuimos ubicando en las gradas, y Albus se sentó en la silla con cadenas ubicada en el centro de la estancia.

Como obedeciendo una señal, los jueces del Wizengamot entraron, seguidos por Ron Weasley. Advertí que tanto Harry como Albus hicieron un gesto de desagrado al advertir esa llamativa proximidad. Isaac, que estaba sentado a mi izquierda, me susurró:

-El tío de Al debe haber estado preparando el terreno con los jueces para que lo condenen.

Las últimas dos personas en entrar a la sala fueron Kingsley Shackleblot y Servilia Crouch. A mí me sorprendió que la directora de Hogwarts estuviera allí, pero Alcyone comentó que no era tan extraño considerando que el proceso afectaba a alguien que seguía siendo formalmente alumno del colegio.

Cuando todos los jueces ocuparon sus lugares, Kingsley habló con su profunda voz.

-«Audiencia indagatoria del 12 de julio de 2023, por los delitos de violación al Estatuto Internacional del Secreto, autoría intelectual del homicidio de Rodrigo Barfleur y ejecución de hechizos ilegales contra la persona del mencionado Rodrigo Barfleur, cometidos por Albus Severus Potter, residente en el número doce de Grimmauld Place, Londres.

«Interrogadores: Kingsley Basil Shacklebolt, ministro de la Magia; Harry James Potter, jefe de la División de Aurores; Ronald Bilius Weasley, vicejefe de la División de Aurores; Susan Beatrice Bones, jefa del Departamento de Seguridad Mágica. Escribiente: Laura Patricia Kirke.

-Los cargos contra el acusado son los siguientes -dijo Ron, después de que Kingsley se sentó.

«Que, durante el viaje a Guinea Ecuatorial que emprendió en marzo de este año, llegó a la aldea de Kirite, residencia de los magos Emma Barfleur y Rodrigo Barfleur. Que durante su estadía allí no ocultó a los muggles del lugar su condición de mago, en violación a la Sección 13 de la Confederación Internacional del Estatuto del Secreto de los Magos. Que en algún momento de su estadía el acusado, con la posible complicidad de Emma Barfleur, utilizó un hechizo ilegal contra el señor Barfleur consistente en robarle sus poderes mágicos. Y que en la noche del 28 de abril instigó a los aldeanos habitantes de Kirite a asesinar al señor Barfleur.

A continuación Ron se volvió hacia Albus, que había escuchado sus palabras con calma.

-¿Es usted Albus Severus Potter, residente en el número doce de Grimmauld Place, Londres?

El chico abrió la boca para responder, pero una voz femenina procedente del estrado donde estaban ubicados los jueces lo detuvo.

-Un momento, por favor.

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