Todo está guardado en la memoria

[NOTA 1: Como habrán visto, en la barra lateral ahora hay una dirección de gmail. Pueden usarla para cualquier consulta que tengan acerca del fanfic (salvo que quieran saber cómo termina, jeje). No sé si podré responder todos los mails, pero haré lo posible.]

Pocas horas después, un Albus Potter exhausto, mal alimentado, con dos fracturas y el rostro manchado de sangre apareció tambaleándose en el jardín delantero de la Madriguera. Los primeros en advertir su presencia fueron los Aurores que el Ministerio había puesto para custodiar la residencia temporal de Harry Potter, su esposa y sus hijos. Dean Thomas y Seamus Finnigan se interpusieron entre Albus y la casa, con las varitas levantadas.

-¡Alto! -exclamó Seamus- ¿Cuál es la última novela muggle que leíste?

–El lobo estepario -respondió Albus en un tono casi inaudible.

-Es él -dijo Dean-. ¡ALBUS ESTÁ AQUÍ! -gritó a continuación, y la puerta frontal de la Madriguera se abrió de golpe. Harry y Ginny salieron corriendo del interior con expresiones de alivio en sus rostros. Pronto Albus se halló envuelto en abrazos mucho más estrechos y paralizantes que los de sus elfos domésticos. Sintió los besos de sus padres en sus mejillas y su frente y cerró los ojos.

-Al, ¿estás bien? -fue lo último que alcanzó a escuchar antes de desmayarse de puro cansancio. No reconoció la voz que formuló esa pregunta.

***

El sueño de Albus fue mucho más largo que su previo descanso en la cama de Sophie y Gilbert. Cuando despertó, eran casi las siete de la tarde y el sol estaba por ponerse. Las cortinas del dormitorio -que era el que había pertenecido a su tío Ron durante su juventud- estaban abiertas, dejando entrar la bella luz rojizo-dorada del atardecer, y Albus no pudo evitar esbozar una sonrisa satisfecha.

Al cabo de diez o quince minutos el muchacho escuchó que alguien entraba al cuarto, y cuando giró la cabeza en dirección a la puerta se encontró con su tía Hermione, que había entrado para chequear su estado. La mujer abrió los ojos al ver que su sobrino estaba despierto, y se dio vuelta para llamar a los demás, pero Albus la detuvo.

-Aguarda un momento, tía. ¿Hace cuánto que estoy aquí?

-Bueno, llegaste a las dos de la mañana y son las siete menos cuarto de la tarde, así que has dormido durante casi diecisiete horas.

-Guau, debo haber roto algún record. ¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?

-¿No lo sabes?

-Solo recuerdo estar frente a la Madriguera. No sé cómo llegué allí. ¿Me rescataron? ¿Qué pasó con los secuestradores? -preguntó Albus.

-No tenemos idea. Esperábamos que tú nos dieras la respuesta -dijo Hermione clavando sus ojos en los de Al.

-No entiendo qué pasó. Casi todos mis recuerdos después de que me secuestraran son tan borrosos… Me acuerdo de cuando me golpearon y de otras cosas, pero nada más. Era difícil darme cuenta del paso de los días. Las luces que veía desde mi cuarto podían ser artificiales o la del sol, no sabía distinguirlas. ¿Cuánto tiempo me tuvieron secuestrado?

-Fuiste raptado el 13 de julio. Hoy es 28.

-¿Quince días? -exclamó Albus, francamente sorprendido.

-Sí. Los peores quince días de mi vida, debo decir. Y también de la de Ron y tus padres. Él se sentía tan culpable por lo del juicio… Y además Ron y Harry dirigen la División de Aurores, el hecho de no haberte podido proteger contra dos ataques en menos de un año les generó mucho malestar.

-¡Tonterías! Es obvio que mi envenenamiento y lo que pasó ahora no están relacionados -dijo Albus, y Hermione creyó advertir un brillo extraño en su mirada-. Quién me dio el Nullum Potens quería perjudicarme a mí, específicamente a mí. Fue un ataque muy personal. En cambio, esto fue un secuestro extorsivo. Podrían haberse llevado a Lily o a James.

-¿Y por qué no lo hicieron? ¿Qué te hacía a tí un blanco más fácil que Lily o James? -preguntó Hermione.

-Bueno, James está estudiando para ser Auror. Los secuestradores tal vez lo habrían considerado más difícil de capturar. Y Lily no suele ir a lugares muggles con tanta frecuencia como yo. Prefiere ir al callejón Diagon o Hogsmeade, y casi nunca la dejan ir sola. Secuestrarla en lugares tan llenos de magos y brujas sería una misión prácticamente imposible. Estoy seguro de que esa es la razón.

-¿Y por qué no se llevaron también a Lily cuando te raptaron a ti?

-¿Quién sabe? Tal vez solamente estaban preparados para mantener a un rehén y no a dos. Tal vez tenían miedo de que si trataban de llevarnos a los dos mis amigos tendrían tiempo para resistirse más eficazmente. La verdad es que no lo sé -concluyó Albus.

-Bueno -dijo Hermione en tono comprensivo-. Voy a llamar a tus padres y a tus hermanos ahora.

***

«Hay un límite a la cantidad de hipocresía que puede soportar un ser humano, y yo estoy a punto de excederlo», pensó Albus. Ya habían pasado tres horas desde su despertar, y se le hacía cada vez más difícil estar en compañía de sus padres, hermanos, abuelos, tíos y primos. No es que la hipocresía fuese de ellos -estaba clarísimo que todos estaban sinceramente felices de verlo con vida, incluso Ron-, sino de él. «Ni siquiera un cortesano florentino podría seguir sentado aquí sonriendo y comiendo torta», pensó Albus, mientras su sonrisa empezaba a mutar cada vez menos imperceptiblemente en una mueca.

Tras una ronda de besos y una tonelada de abrazos que le hizo temer seriamente sufrir otra fractura (mientras Al dormía, su costilla y su mandíbula rotas habían sido arregladas por Cho Chang, ex novia de su padre, amiga de su madre, Sanadora y responsable de haber ayudado a Ginny a dar a luz a sus tres hijos), los Potter-Weasley habían sentado a Albus a la cabecera de la mesa y le habían obsequiado un banquete innegablemente delicioso. A pesar de que tenía bastante apetito pues no había comido nada sólido en dos semanas, al poco tiempo Albus tuvo deseos de largarse de la mesa. Esa atmósfera de alegría era tan empalagosa como la torta de chocolate que su abuela Molly preparó y sirvió para el postre. Albus tenía que sonreír y fingir que simplemente estaba contento de hallarse de vuelta en casa; él, la inocente víctima de un secuestro que por un milagro había salido con vida. Por algún motivo que ni él mismo comprendía, Albus se sentía incapaz de desempeñar ese papel. Era como una impostura.

Finalmente Albus no pudo más y se levantó.

-¿Les molesta si me voy a la cama? -dijo Albus- Ya se hace tarde y estoy muy cansado.

-Pero si has dormido todo el día -señaló Molly-. Y mira, apenas has probado tu porción de torta…

-Está bien, Molly -dijo Harry-. Al ha pasado una experiencia muy difícil y necesita reposo. Pero ¿podríamos hablar a solas antes, hijo?

-¿Tú y yo?

-Y Hermione y Ron, si no te molesta. Podemos posponerlo hasta mañana, pero creo que es mejor que lo hagamos lo más pronto posible.

-Está bien -dijo Albus, simulando reprimir un bostezo-. Buenas noches -saludó al resto de la concurrencia.

***

El cuarteto abandonó el comedor de la Madriguera y acompañó a Albus hasta su dormitorio. El chico se sentó en la cama, mientras que su padre y sus tíos permanecieron de pie.

-Bien, ¿qué necesitan decirme?

-Hermione nos dijo que no recuerdas cómo escapaste de tus secuestradores -dijo Harry-. Necesitamos verificar si es cierto.

-¿Y cómo van a hacerlo?

-Veritaserum -dijo Ron, sacando un frasquito del bolsillo.

-¿Qué? ¿Van a hacerme tomar eso? ¿Qué creen, que estoy mintiendo? -dijo Albus, repentinamente escandalizado. Ron abrió la boca para responder, pero Harry se le adelantó.

-Es una cuestión burocrática, hijo. En un caso tan grave como este, tu tío y yo decidimos que es necesario que todos los involucrados, incluso la víctima, presten declaración bajo la Veritaserum.

-¿O sea que mis amigos también tuvieron que hacer lo mismo? -preguntó Albus, irritado.

-Sí, todos ellos. Hasta tu hermana tuvo que hacerlo.

-¡Ellos jamás me habrían traicionado!

-Está claro que no. Yo mismo los sometí a interrogatorio y agoté todas las posibilidades. No tuvieron nada que ver -dijo Harry.

-Me alegra tanto saber eso -replicó Albus con un poco de ironía.

-Ahora necesitamos tu testimonio -intervino Hermione-. Puedes hacerlo aquí, frente a nosotros tres, o frente al Wizengamot.

Albus la miró con cara de pocos amigos, y notó que el propio Harry estaba muy incómodo ante aquella amenaza de su cuñada. Ron se hacía el distraído.

-De acuerdo, lo haré -dijo Al, y extendió la mano hacia Ron, quien le dio el frasco. Albus lo destapó y se bebió su contenido.

Tras unos minutos de espera, los tres adultos comenzaron a interrogar al adolescente.

-¿Conocías a los que te secuestraron?

-No.

-¿Cuántos eran?

-Cuatro. Tres varones y una mujer.

-¿Se llamaban con algún nombre delante tuyo?

-La mujer se identificó como «Sophie» la primera vez que hablamos, y se dirigió a uno de los hombres llamándolo «Rupert». No sé cómo se llamaban los otros dos.

-¿Fueron ellos los que te golpearon?

-Fue Rupert.

-¿Por qué?

-No lo recuerdo -respondió Albus sin vacilar.

-¿Estás seguro? -preguntó Harry, desconcertado por primera vez.

-Hay un motivo por el cual le dicen «la poción de la verdad» -replicó Albus con sorna.

-¿Cómo escapaste de tu cautiverio? -preguntó Hermione.

-No lo recuerdo -dijo Albus pausadamente y mirándola a los ojos con una expresión casi desafiante.

[NOTA 2: Por cierto, la conclusión preliminar de la encuesta es que un porcentaje importante de los lectores extranjeros de mi fanfic son mexicanos. Igual eso es una cuestión puramente cuantitativa. En lo cualitativo se borran las fronteras nacionales.

NOTA 3: Estoy pensando en poner una encuesta para saber si la mayoría de l@s lectores/as son varones o mujeres. Y una voz traviesa en mi cabeza (algo así como la voz de Valerie en la de Albus) me pide que ponga una sobre la orientación sexual, aprovechando que el voto es secreto y anónimo. ¿Qué opinan?]

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