Memorias de Livius Black XIII

[NOTA: Quiero dedicarle este capítulo al lector Albus Potter, que cumple quince años mañana, y a Billy, que cumplió años el 21 de noviembre.]

Cuando recuerdo la operación para rescatar a Albus, lo que más me sorprende es la rapidez con la que pudimos organizarla. No, aquí debo corregirme: lo que debí escribir fue «la rapidez con la que su padre pudo organizarla». Porque desde el día en que él y la señora Weasley se pusieron de acuerdo en liberar a nuestro amigo, Harry trabajó incansablemente y puedo decir que si bien no fue él quien concibió todos los pasos del plan, nadie demostró tanto entusiasmo.

Su primer paso fue contactarse con el único de los amigos de su hijo que sabía a ciencia cierta que creía en su inocencia: Scorpius Malfoy. Primero le pidió permiso a su padre, y tras insistirle un poco, Draco accedió a permitirle visitar a Scor en Fontainebleau. Scorpius le contó acerca de nuestra reunión, el día anterior al funeral de Hugo, y le dijo quienes habían estado presentes. También se ocupó de contarle acerca de las dudas de Agamenón Lestrange. Por eso Agamenón fue la última persona a quien acudió, y lo hizo indirectamente, enviando a Lily como intermediaria (no es que sospechara que a Agamenón le gustaba su hija, pero como sabía que ambos estaban en la misma Casa supuso que ella lo conocía mejor que él y sabría cómo abordarlo).

Harry nos vino a ver a Alcyone -que por suerte estaba disfrutando conmigo de su receso navideño- y a mí el 26 de diciembre, y se mostró muy persuasivo. Nos dijo que estaba decidido a rescatar a su hijo aún si el único dispuesto a irrumpir en el Ministerio para sacarlo era él, pero que mientras más personas participasen más posibilidades habría de éxito. Nosotros estuvimos de acuerdo en ayudarlo. Durante el resto del día, Harry fue visitando a todos los que habían asistido a la reunión y logrando su adhesión al plan.

Los únicos que se unieron al complot sin haber estado en la reunión en la Mansión Malfoy fueron Teddy Lupin, James Sirius Potter, Rose y Louis Weasley.

Rose fue puesta al tanto del plan por su madre Hermione, que sabía que su hija era demasiado inteligente como para poder ocultárselo durante demasiado tiempo viviendo bajo el mismo techo. Louis llegó a Gran Bretaña al día siguiente del funeral de Hugo; el primo de Al fingió haber estado varios días en la Costa Azul con su novia Melusine, motivo por el cual, dijo, se había enterado demasiado tarde del asesinato de Hugo. En realidad se enteró al mismo tiempo que los demás, pero quiso mantenerse alejado de su familia hasta que las aguas se aquietasen un poco. Le alegró no haber estado presente en el funeral de su primo, un evento que él sabía que sería muy problemático a causa del parentesco entre la víctima y el supuesto victimario (a quien él, además, consideraba inocente). Fue informado del plan por Rose y por Hermione, a quienes visitaba todos los días.

James había renunciado a la División de Aurores pocas horas después que su padre y por el mismo motivo: no quería participar de la búsqueda de su propio hermano. Fue más bien un gesto simbólico, porque él era apenas un Auror en entrenamiento y era muy improbable que lo destinaran a la riesgosa tarea de aprehender a dos magos oscuros tan peligrosos como Albus y su novia. Ahora pasaba mucho más tiempo en su casa que antes, y fue él el primero en advertir los extraños movimientos de su padre. No sabiendo en quién podía confiar y no teniendo mucho trato con nosotros, decidió comentarle sus sospechas a Teddy Lupin, a quien consideraba bastante ecuánime y bien informado. Los dos jóvenes llegaron a la conclusión de que Harry estaba planeando ayudar a Albus de alguna manera y decidieron hablar con él. El ex jefe de los Aurores decidió que el auxilio de su hijo mayor y de su ahijado le sería muy útil y les contó acerca del plan.

El día 27 Harry compró una casa en el campo. La operación fue muy rápida para los parámetros muggles, pues el señor Potter adquirió el inmueble por la mañana y lo ocupó esa misma noche. Harry no solo tuvo que desembolsar bastante más dinero del que habría tenido que gastar en circunstancias normales, sino que también debió utilizar un par de Confundus para saltearse los pasos burocráticos que conllevaba la compra de la casa. Al final todo salió bien y en la noche del 27 de diciembre todos nos reunimos a cenar y ultimar los detalles del plan.

Louis Weasley y Teddy Lupin tendrían los roles más difíciles. La función del primero sería liberar a Albus y a Valerie de sus cadenas en la sala del tribunal y, en caso de que estuvieran en dificultades, ayudarlos en el combate. La de Teddy sería capitanear a los Aurores que seguramente se reunirían en el Atrio para enfrentar a Al y a Valerie si escapaban de la sala del tribunal, asegurándose de que no los matasen o Aturdiesen hasta nuestra llegada, momento en el que la lucha seguramente estaría muy pareja y podríamos escapar. Si todo salía bien, ni Louis ni Teddy tendrían que pelear a favor de Albus y Valerie.

La clave del plan era Louis. Harry sabía que solamente lo dejarían entrar a la sala mezclado con el público que iría a presenciar el juicio, pero también sabía que apenas pisase el tribunal sería registrado por los Aurores para asegurarse de que no tenía ninguna varita escondida. Así que se le ocurrió una forma perfecta de que Louis eludiera el control. Cuando viera a los supuestos asesinos de su primo, debería simular que perdía los estribos, apartarse de la fila y abofetearlos o escupirlos. Harry conocía bien la psique de los Aurores como para saber que ese incidente los desconcertaría y que olvidarían registrar a Louis. Además, en caso de que lo hicieran, creerían que Louis había traído la varita para agredir a los prisioneros y no lo castigarían con tanta dureza como si creyeran que la había traído para ayudarlos. En caso de que los Aurores lo dejaran sentarse en las gradas y presenciar el juicio, Louis tendría que aprovechar el momento en que los jueces votasen por la inocencia o culpabilidad de Albus para liberarlo con un Relashio no verbal.

Si Albus conseguía hacerse con una varita, liberar a Valerie y escapar del tribunal por su cuenta, Louis seguiría fingiendo ser un mago leal al Ministerio y a Servilia Crouch. Si Albus tenía dificultades, Louis debería intervenir a su favor y pasaría él también a ser un criminal. Pero a Louis no le importaba: los Saussure -la familia de su novia- eran lo bastante influyentes en Francia como para asegurarle que jamás sería extraditado a Gran Bretaña. Louis Weasley podría gozar de un exilio dorado y burlarse del poder del Ministerio de la Magia británico.

Por suerte, todo salió de acuerdo al plan. Los Aurores sujetaron a Louis y estuvieron a punto de sacarlo a rastras del tribunal, pero el chico insistió en que quería quedarse a ver como «esos dos hijos de puta» eran condenados y John Dawlish decidió autorizarlo a permanecer allí.

Otro rol importante que cumplió Louis fue conseguirnos el cabello que necesitábamos para la poción multijugos. Para mayor seguridad, el primo de Al propuso que utilizásemos muggles franceses en vez de británicos, y cuando Harry se mostró de acuerdo, el chico cruzó el Canal de la Mancha y en un solo día logró Aturdir y desmemorizar a diez franceses. Incluso calificó muy bien las muestras de cabello, separando con cuidado las de varones y las de mujeres.

La experiencia de personificar a otro fue interesante para mí más que nada porque, durante unas pocas horas, pude hablar. El muggle cuyo cabello me dio Louis tenía cuerdas vocales y una voz bastante agradable. Y sin embargo, no me gustaba. No era mi voz, no era la voz de mis pensamientos. Creo que debo haber pronunciado menos de diez palabras durante esa memorable mañana, y estoy seguro de que la última que dije fue mi propio nombre.

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