Hacer nuestra propia música

[NOTA 1: Quiero dedicarle este capítulo a Kreacher_lovegood, que cumplió años ayer, y a Cruel 92, que cumple años mañana.

NOTA 2: Helena Dax publicó ayer el segundo capítulo de Alianza. A partir de ahora parece que irá publicando un capítulo nuevo cada lunes.

NOTA 3: Este es el único video de esta gran canción de Mama Cass Elliot con buena calidad de sonido que pude encontrar en YouTube. Lástima que esté tan lleno de spoilers de Lost.]

-No debiste haber hecho eso en el patio, Albus. Podíamos verlos desde la ventana. Ahora todo el mundo está preguntándose cuál fue el recuerdo que le borraste a Louis -dijo Valerie media hora después, mientras entraba al dormitorio que ella y Al compartían en la casa segura y colocaba un Muffliato en la puerta.

-No se me ocurrió utilizar el Muffliato. Además, quería respirar un poco de aire fresco. Hacía demasiado tiempo que estaba encerrado.

-Entiendo -dijo Valerie, sentándose al lado de Albus en la cama.

-Por Merlín, hace menos de veinticuatro horas que me liberaron y siento que estoy de vuelta prisionero. Ellos… no puedo creer que mi padre haya planificado tan bien nuestro rescate y sea incapaz de ver que su plan para limpiar nuestro nombre está destinado al fracaso -dijo Albus.

-Tienes razón -dijo Valerie-. Pero por suerte estamos nosotros, ¿cierto? No necesitamos a tu padre ni a tu tía, podemos llevar a la práctica nuestros propios planes.

-No creo que haga falta llegar tan lejos. Hermione y mi padre no son tan tontos. Si somos pacientes y les explicamos cómo se deben hacer las cosas… -empezó a decir Albus.

-¡Ya no hay tiempo para eso! -lo interrumpió Valerie- ¡Olvida a tu padre, Albus! ¡Tú y yo podemos deshacernos de Crouch por nuestra cuenta!

-¿Por qué te molesta que mi padre esté involucrado? -preguntó Albus.

-¿Por qué me molesta? ¡La verdadera pregunta es por qué no te molesta a ti! -exclamó Valerie.

-¿Qué quieres decir? -preguntó Albus.

-¿Acaso no lo ves? -dijo Valerie- ¿No te das cuenta de que tu padre y tu tía te están utilizando, de que te han estado manipulando desde que pisaste esta casa? ¡Ellos no quieren protegerte de Crouch! ¡Sí, quieren quitarla de en medio, pero en realidad lo que buscan es neutralizarte a ti! ¡Ellos te temen más a ti que a ella!

-Estás loca -replicó Albus.

-¿En serio? -dijo Valerie- Entonces dime por qué ellos parecen totalmente dispuestos a dejar que cuando todo esto termine y Crouch esté en Azkaban el Wizengamot te condene a prisión domiciliaria por lo de Chris Wickham. ¿No lo ves? ¡A ellos les viene como anillo al dedo! ¡Te tendrán encerrado en el número doce de Grimmauld Place o en algún otro lugar durante varios años, y no serás una amenaza! ¡No podrás aspirar a nada!

-Valerie, mi padre quiere lo mejor para mí -dijo Albus.

-Tu padre quiere lo que cree que es lo mejor para ti, y para él -repuso Valerie-. Una vida tranquila y ordenada, carente de gloria. No quiere que seas un héroe, no quiere que seas una persona poderosa: ¡simplemente quiere que seas otro mago rico que vive de sus rentas!

-No estoy dispuesto a seguir escuchando estas cosas -dijo Albus, levantándose y dirigiéndose hacia la puerta. Valerie también se puso de pie.

-¡Vuelve aquí ahora mismo! -gritó, y Albus se detuvo.

-¿Quién eres tú para darme órdenes? -dijo Al en un tono muy peligroso.

-Soy la única persona aquí que se da cuenta de lo que te tienen preparado -dijo Valerie-. Y porque te amo, no puedo permitir que caigas en la trampa de tu padre y de Hermione.

-¿Me pides que deje de confiar en las dos personas que me salvaron -¡y que te salvaron a ti!- del beso del Dementor? ¿Me estás pidiendo que me rebele contra ellos?

-¡Te estoy pidiendo que actúes como un hombre! -gritó Valerie- ¡Te estoy pidiendo que hagas lo que siempre has soñado hacer: apoderarte del poder por tu propia cuenta! ¿No te das cuenta? ¡Crouch es una asesina y una traidora, pero hasta ella comprende que ahora el poder ya no depende de juicios y leyes, sino de la fuerza bruta! ¡Y yo creí que tú también lo comprendías, y que por eso decidiste secuestrarla! ¡Quizá en los tiempos de Shacklebolt hubieras podido alcanzar el poder pacíficamente, pero esos tiempos han pasado ya! ¿No lo entiendes? ¡No necesitamos a tu padre! ¡No necesitamos a nadie! ¡El poder está al alcance de nuestras manos!

-No… Estás totalmente equivocada. Cuando la situación se normalice, cuando todo vuelva a ser como antes, podré tener una carrera política como la que quería tener antes -dijo Albus, aunque su tono de voz no parecía del todo seguro.

-Las cosas jamás volverán a la normalidad. Servilia Crouch no es simplemente una persona: Servilia Crouch es un hecho político que jamás será olvidado. ¡Ella no consiguió el poder por mérito propio: ella lo asaltó, lo tomó utilizando engaños, violencia, asesinatos y corrupción! ¡Ella es una dictadora! Cuando se revele la verdad, el tablero político habrá cambiado para siempre.

«Y supongamos que aún así consigues lo que quieres, supongamos que te conviertes en Inefable y luego vas escalando hasta ser ministro de la Magia. ¿Qué importancia tendrá? ¡Todavía serás menos que tu padre! ¡No serás un héroe, serás solamente un político del montón! ¡No serás Albus Potter, serás el hijo de Harry Potter! -dijo en tono burlón.

Aquello último fue la gota que colmó el vaso para Albus, quien dio dos largos pasos hacia donde estaba su novia y la abofeteó con todas sus fuerzas. Por suerte la chica no cayó al suelo sino a la cama, pero apenas alzó la mirada Albus pudo ver una gota de sangre en la comisura izquierda de sus labios.

Sin mirarlo, Valerie se levantó y caminó hacia la puerta.

-¡Espera, Valerie, espera! -suplicó Albus, tomándola del brazo. Ella se soltó con una sacudida, como si el contacto con su mano la quemase-. ¡Perdóname! ¡No debí haberte pegado! ¡Fui un estúpido…!

-¡¿Crees que es por eso que me voy?! -rugió Valerie- ¿Crees que me importa que me hayas golpeado? ¡Me voy porque no puedo tolerar estar con un niño en vez de con un hombre! ¡Con alguien tan débil que está dispuesto a vivir el resto de su vida a la sombra de su padre!

-No… no es cierto, yo… -balbuceó Albus.

-¡Entonces demuéstralo! -gritó Valerie- ¡Actúa de una vez! ¡Sé un hombre!

-No puedo hacer lo que me pides… Mi padre…

-¡Tu padre quiere ponerle limites a tu grandeza! ¡Recuerda la profecía, Albus! ¡Tú y él terminarán enfrentándose tarde o temprano!

-¡La profecía miente!

-¡La profecía no hace más que señalar lo que cualquier persona atenta que los conozca a ustedes dos podría advertir! ¡Tú y él son totalmente diferentes! ¡Lo que él jamás se atrevería a hacer, tú lo has hecho decenas de veces! ¡Tú no tienes sus debilidades, sus vacilaciones, sus escrúpulos! ¡Tú eres todo lo que tu padre nunca será, y por eso él no hace más que poner obstáculos en tu camino!

-Valerie…

-Hace un tiempo, cuando éramos un poco más jóvenes y hablábamos del futuro, recuerdo que tú me dijiste una frase que jamás pude olvidar. Dijiste «Hay que bailar al son de su musiquita, pero solo hasta en día en que nos toque a nosotros dirigir la orquesta». ¿Lo recuerdas, Al?

-Sí, pero no entiendo qué tiene que ver con esto.

-¡Tiene todo que ver! ¿No lo comprendes? ¡Ha llegado el momento de dirigir la orquesta, Albus! Hemos estado bailando con la música de tu padre y de Crouch y de Shacklebolt durante demasiado tiempo. Es hora de que hagamos nuestra propia música.

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