Reflexiones

[NOTA: No sé por qué, pero no me gusta mucho cómo quedó este capítulo. Espero que en el próximo esté más inspirado. Entretanto, quiero dedicárselo a tod@s aquell@s que cumplan años hoy o que hayan cumplido o vayan a cumplir en estos días.]

Al día siguiente de la fuga de Albus Potter y Valerie Rosier, la búsqueda de los futigivos y de sus posibles cómplices se volvió más intensiva. Harry, James y Lily, sabiendo que su casa sería vigilada y que una prolongada ausencia haría que los Aurores los considerasen los sospechosos número uno, debieron volver al número doce de Grimmauld Place y dejar a Al y Valerie en compañía de Hermione y Rose Weasley. Por ser madre y hermana de una de las supuestas víctimas de «la infame pareja de delincuentes» -como los llamaba El Profeta-, y esposa e hija de otra de las víctimas, consideraron que nadie en su sano juicio pensaría que las dos mujeres estaban ayudando a Valerie y a Albus.

Por supuesto que la separación de Hermione y Ron podía levantar las sospechas de los Aurores acerca de dónde residía la lealtad de la funcionaria, pero ella misma se había ocupado de difundir entre sus colega del Ministerio la versión de que había sido Ron quien había querido «poner distancia» entre él y su esposa, pues su relación ya no era la misma tras el duro golpe de haber perdido a su hijo menor. La muerte de Hugo fue el motivo que le atribuyeron a las ausencias de madre e hija a sus trabajos en el Ministerio (Rose había comenzado a desempeñarse como empleada de bajo rango aquel mismo año, al concluir sus estudios en Hogwarts).

Los amigos de Albus también tuvieron que volver a sus casas, y casi todos (porque la información de Crouch acerca de quienes pertenecían y quienes no pertenecían al círculo de amistades de Al era incompleta) recibieron una visita de los Aurores. Afortunadamente, Harry se ocupó de modificar sus recuerdos para que pudieran engañar a la Veritaserum durante los interrogatorios, de modo que complot para liberar a Albus y Valerie se mantuvo en secreto. Además, Harry colocó un encantamiento Fidelius en la casa donde su hijo y su novia estaban escondidos y se convirtió a sí mismo en el Guardian del Secreto, por lo que aún si alguno de los amigos de Al y Valerie hubiera sido incapaz de ocultar su participación en la fuga a los Aurores, no habría podido decirles dónde estaban.

La convivencia era difícil para Albus. Al hecho de estar encerrado se sumaba la invisible tensión que existía entre él y las tres mujeres con las que estaba conviviendo. Hermione y Rose, si bien se esforzaban por ser amables con él, parecían sentir un poco de rencor hacia Al por el asunto de Ron. Ellas condenaban el hecho de que Ron hubiese asesinado a los tres muggles tan enérgicamente como Albus, pero condenaban con la misma firmeza el hecho de que su sobrino y primo hubiera intentado matar a Ron de una forma tan sádica. Nunca lo manifestaban expresamente, pero Albus lo podía percibir cada vez que conversaban.

En cuanto a Valerie, ella le aplicaba un «tratamiento de silencio» (así lo definía amargamente Al en su fuero íntimo). Su novia y él dormían en cuartos separados y no se hablaban ni en público ni en privado. Valerie, eso sí, intentaba mantener las apariencias y jamás hacía notar ni con gestos ni con palabras que tuviese desavenencia alguna con Al. Y Al respondía con la misma actitud, pero hasta él era incapaz de soportar cierto nivel de hipocresía, por lo que intentaba pasar la mayor parte del tiempo solo. Lo único que lo alegraba eran las esporádicas visitas de su padre, hermanos y amigos.

Lo cierto es que Albus se sentía en un limbo. Su padre y Hermione le habían dicho que llevarían a cabo su plan contra Servilia Crouch en enero, cuando terminasen las vacaciones de Navidad y (esperaban ellos) el clima de histeria colectiva que había generado su fuga se hubiese calmado un poco. Pero a medida que pasaban los días y Albus seguía reflexionando sobre sus posibilidades de éxito, el plan de su tía y de su padre le gustaba cada vez menos. Pero pese a todas sus objeciones, Albus se sentía impotente, como si fuera un niño que se hubiera portado mal, y ahora los adultos tuvieran que salvarlo de las consecuencias de su travesura.

***

Pero si pensar en los planes de Hermione y Harry lo desanimaba, pensar en las cosas que había discutido con Valerie directamente lo deprimía.

«¿Valerie tendrá razón? ¿Será el objetivo final de mi padre y mi tía neutralizarme de esa manera? Porque esa es la clave. Si mi padre está actuando con buenas intenciones, entonces lo correcto es convencerlo de que su plan fracasará y que lo mejor es vencer a Crouch a mi manera. Pero si las intenciones de mi padre son así de torcidas, entonces tengo que hacer lo que dice Valerie y romper definitivamente con él.

«¡Pero lo lastimaré tanto! Él me ama, de eso estoy seguro. Me ama y me teme al mismo tiempo. Valerie… es posible que lo que ella dijo sea cierto, que si mi padre y su descabellado plan tienen éxito mi carrera política será abortada. ¡Pero necesito saber si eso es lo que mi padre quiere! La intención es lo que cuenta.

«¿Y qué es lo que quiere Valerie, por otra parte? ¿Realmente me ama? ¿O solo quiere utilizarme para conquistar el poder?

«No puedo cuestionar eso», se reprendió mentalmente. «Valerie me ama tanto o más que mi padre. Pero… creo que al mismo tiempo no está satisfecha conmigo. Es como si me considerase inferior a ella, pero capaz de mejorar, de ascender, de evolucionar. Valerie cree sinceramente que si yo hago lo que ella me pide, si derroco a Servilia Crouch y gobierno el mundo mágico, lograré estar a su nivel. ¡Por mi sangre, por la maldita e insuficiente pureza de mi sangre! ¡Apuesto a que si yo fuese ese insoportable de Antoine Zabini a ella no le importaría un carajo que yo gobernase o no!

«¡La odio! ¡La odio con todo mi corazón! ¡Y no puedo dejarla! ¡Es como una droga! ¡Es como un cáncer enterrado en lo profundo de mi cerebro que no puedo extirparme! No puedo vivir sin ella. Sin su apoyo, sin su aprobación. ¡Yo podría matarla! Sería tan fácil… ¡Soy un mago mil veces más poderoso que ella, mil veces más poderoso que cualquiera! Pero ella es mas fuerte que yo. Me domina con solo dejar de mirarme, con solo permanecer en silencio.

«Tengo que hacerlo. Tengo que hacer lo que ella quiere. Solo así recuperaré mi paz mental. No puedo hacer otra cosa. Si ella me deja… No puedo volver a estar separado de ella. Valerie es la única que sabe qué clase de persona realmente soy. Mis amigos y mi familia lo intuyen, pero nadie sabe tanto como ella y nadie será capaz de aceptar y perdonar todo lo que he hecho. Solo un monstruo como ella puede amar a un monstruo como yo.»

***

Y mientras Albus continuaba sumido en aquellas desorganizadas y desesperadas reflexiones, Valerie Rosier descansaba en su cama tranquilamente, con los ojos clavados en el techo, mientras escuchaba caer la nieve. Conocía muy bien a Albus. Sabía que volvería a ella… aunque quizá requiriese alguna clase de incentivo para dar el paso definitivo.

Sonriendo, Valerie giró en la cama y trató de conciliar el sueño. Al día siguiente celebrarían Nochevieja.

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