La llegada de Rose

Saussure y Livius se quedaron paralizados ante la primera reacción de Albus. El propio Albus también se quedó en silencio, como si reflexionase sobre las palabras que acababa de pronunciar. De pronto su mirada giró hacia la lechuza, y una sonrisa comenzó a formarse en sus labios poco a poco.

-No puedo creerlo -musitó-. Crouch no pudo… Ellos no pueden ser tan…

-¿Qué estás diciendo, Albus? -preguntó Saussure.

-Sé quienes hicieron esto -dijo Albus-. Bueno, no sé exactamente quiénes secuestraron a Louis, pero es fácil darse cuenta de una cosa: no estamos lidiando con delincuentes profesionales como los que me raptaron a mí.

-¿Por qué no?

-Porque mandaron una lechuza. Cuando me secuestraron, la carta con el pedido de rescate y la prueba de vida no fue entregada por una lechuza, sino que apareció debajo de la puerta de nuestra casa. Uno de los secuestradores fue allí bajo un Encantamiento Desilusionador, le colocó un encantamiento similar a la carta, se paró cerca de la entrada y la hizo levitar hasta la puerta con un Wingardium Leviosa. O al menos eso se supone que hicieron, porque nunca vieron ningún ave.

«En cambio, estos imbéciles mandaron su mensaje con una lechuza, como si fuese una carta a una tía enferma en vez de una nota de rescate. Eso solo puede significar una cosa: que son novatos.

Mientras escuchaba hablar a su amigo, Livius sacó su bloc y garrapateó una nota.

Si lograron secuestrar a tu primo no pueden ser novatos. Él fue campeón de Beauxbatons, ¿recuerdas? Louis es un estupendo duelista.

-Oh, sí -dijo Albus tras leerla-. No dije que los secuestradores sean magos débiles, pero es claro que carecen de experiencia en este tipo de delitos… este y cualquier otro.

-¿De qué estamos hablando, entonces? -dijo Saussure.

-Aurores -dijo Albus, mientras se acercaba a la ventana y acariciaba la cabeza de la lechuza-. No hace falta que hablemos con el ministro, señor Saussure. Creo que esto podremos resolverlo nosotros mismos. ¿Podría llamar a mis amigos y a sus hijos a, digamos, el salón dorado?

Y poco después de decir esto, Albus tomó una bolsa de polvos Flu que descansaba sobre la repisa de la chimenea, arrojó un puñado a las llamas y, diciendo «casa de los Delacour», entró al fuego verde y se esfumó.

***

No había mucha gente en la Terminal de Trasladores Internacionales de París cuando Scorpius Malfoy fue a recibir a Rose Weasley, y la única que viajaba con ella era una bruja anciana de cabellos grises que no tardó en irse del lugar. Scor, cuya ansiedad le había hecho ir a la Terminal casi media hora antes del horario en que Rose tenía que llegar, se sorprendió por lo cansada y abatida que parecía su novia, y las sonrisas que intercambiaron fueron más bien muecas.

-¿Cómo has estado? -dijo él, mientras la abrazaba.

-Muy mal -respondió Rose, agradeciendo el no tener que estar mirándolo a los ojos-. No tienes idea de cómo lo extraño… Nunca me había dado cuenta de cuánto lo quería. Debí decírselo todos los días en vez de preocuparme por idioteces como tener un trabajo en el Ministerio, y…

-No te culpes a ti misma, Rose. Nadie pudo prever lo de Hugo.

-Y mi madre… -dijo Rose, como si no lo hubiera oído-. Preferiría que estuviera destrozada, llorando en cada rincón de la casa, en vez de como está…

-¿Qué ocurre con Hermione?

-Está convencida de que tiene que mantener una fachada de fortaleza delante mío… y de todos los demás, creo. Pero la escucho llorar todas las noches.

-¿Por Hugo?

-Por Hugo y por papá. Los ha perdido a los dos. Uno está muerto y al otro lo considera muerto. Nunca va a perdonarlo por lo que hizo.

-Al menos Albus y ella tienen eso en común -comentó Scorpius con amargura, y se arrepintió al instante, pues sintió cómo Rose se ponía tensa al escuchar el nombre de su primo. Temiendo un enfrentamiento, se apartó un poco de ella para poder ver su rostro, pero Rose se limitó a decir:

-Deberíamos irnos. Hay un hechizo anti-Aparición aquí, ¿no es cierto?

-Sí. Como imaginarás, no es seguro que en un lugar como este -con tantos magos yendo y viniendo del extranjero- uno pueda Desaparecerse así como así. Podrían invadir Francia en un abrir y cerrar de ojos.

La pareja pasó a los dos Aurores franceses que realizaban los controles de seguridad y salió a la calle. Había un callejón no muy lejos de ahí que todos los magos y brujas recién llegados utilizaban para Desaparecerse. Tomándola de la mano, Scorpius la condujo a las puertas de la mansión de Etienne de Saussure.

-Hace frío -dijo Scor, atravesando la verja junto a Rose y lamentándose de no haber traído guantes.

La respuesta de Rose fue acercarse a su novio para darle un poco de calor en el trayecto. Scorpius siempre se sentía sorprendido ante esas demostraciones físicas de cariño. Sus padres y su abuela no eran muy propensos a ellas -aunque Draco y Narcisa solían manifestarle su afecto con gestos de otra índole-, por lo que Scor no había recibido gran cantidad de besos y abrazos en su niñez. Más o menos lo mismo ocurría con sus amigos, incluyendo a Albus. Rose había cambiado eso, y fue solo en ese momento cuando Scorpius se percató de cuánto la había echado de menos.

En el vestíbulo solo encontraron a un elfo doméstico acomodando unas flores en un jarrón.

-Elfo -lo llamó Scor.

-¡Scorpius! -protestó Rose- ¡No seas descortés, llámalo por su nombre!

-Eso haría si recordase cómo se llama -protestó Scorpius, aunque en el fondo estaba contento de ver que Rosie seguía siendo tan adorablemente mandona como antes.

-¿Cómo te llamas? -preguntó Rose, inclinándose para que su rostro estuviera al mismo nivel que el del joven pero no por eso menos feo elfo.

-Arión.

-Qué bonito nombre -dijo Rose-. ¿Tu amo sabe de mitología griega?

-No lo sé, señora. ¿Quiere que vaya a preguntarle?

-No, no es necesario, Arión -intervino Scor, haciendo énfasis socarronamente en el nombre del elfo-. ¿Podrías decirnos cuál es el cuarto asignado a la señorita Rose Weasley? Imagino que tu amo debe haberles dicho que ella vendría.

-Sí, señor Scorpius Malfoy. La señorita Rose Weasley se alojará en el segundo dormitorio del tercer piso. ¿Desea que lleve su equipaje?

-Sí, hazlo -dijo Scorpius, tendiéndole las dos valijas. Cuando el elfo se Desapareció, Scorpius y su novia subieron las escaleras. Pese a que se asomaron en el pasillo del primer y del segundo piso, no vieron a nadie, aunque notaron que un par de puertas de los dormitorios habían quedado abiertas. Rose y Scorpius finalmente llegaron al tercer piso, y encontraron el cuarto con el elfo Arión esperándolos en caso de que tuvieran más instrucciones.

-¿Donde están los demás, Arión? -preguntó Scorpius.

-Todos excepto el señor Louis Weasley están reunidos en el salón dorado, señor Scorpius Malfoy.

-De acuerdo, si te preguntan por mí diles que estoy aquí arriba con la señorita Rose y que no tardaremos en bajar para saludarlos.

Con una reverencia, Arión se Desapareció. Rose, entretanto, se había sentado en la cama. Scorpius tomó asiento junto a ella y comenzó a acariciarle los hombros.

-¿Cómo está Albus? -preguntó Rose de imprevisto.

-¿A qué se debe la pregunta?

-Solo quiero saber cómo está. Él es mi primo, ¿recuerdas?

-Claro que lo recuerdo, amor, pero no entiendo por qué preguntas por Al justo ahora. Estamos solos por primera vez en meses, y él es el último de quien quiero hablar.

-¿Por qué lo has seguido? -dijo Rose- Después de lo que te pasó cuando intentaste ayudarlo, no entiendo por qué te has arriesgado de esa manera.

-Él es mi mejor amigo -dijo Scorpius con fastidio-. En verdad, la pregunta que debería hacerse es por qué tú no lo has seguido. ¿Prefieres ver ganar a la asesina de tu hermano antes que a tu primo?

-¡No te atrevas a decirme eso! ¡Hace minutos te dije cuánto extraño a Hugo! -dijo Rose, levantándose de la cama- ¡Jamás perdonaré a Crouch por lo que le hizo! ¡Y deseo con toda mi alma verla muerta!

-¿Y por qué no ayudas a Albus a lograrlo? Él quiere lo mismo que tú.

-¡No! ¡Para él, librarse de Crouch es apenas un paso intermedio! ¡Su verdadero objetivo es el poder, Scorpius! ¿No te das cuenta…?

Pero las palabras de Rose fueron interrumpidas por el «crac» que hizo Arión al Aparecerse otra vez en el dormitorio.

-¿Qué quieres? -preguntó Scorpius, ahora muy irritado.

-Señor Scorpius Malfoy, el señor Albus Potter me pidió que le diga que necesita hablar con usted a solas y que lo espera afuera del salón dorado. También me pidió que le diga que se apresure.

[NOTA: Creo que debería aclararles que Scorpius sale para la Terminal de Trasladores de París poco antes de que lleguen a la mansión de los Saussure las lechuzas de Neville y los secuestradores de LW, y que él y Rose regresan a la mansión poco después de que Saussure reúna a su familia y a los amigos de Al en el salón dorado.]

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