Luego de la cena, y al igual que Albus, Agamenón terminó retirándose a su habitación. Estuvo un rato preparando sus notas para la clase de Pociones del día siguiente, y luego abrió una carta de su madre que había recibido por la mañana pero no había tenido tiempo de leer hasta aquel momento. Esperaba que la misiva fuera otro de los innumerables mensajes de preocupación que venía recibiendo de su madre desde que el Hacedor de Reyes tomara el poder, pero resultó ser mucho más corto y positivo: ella había encontrado una estampilla del Congo Belga de 1913 que él venía buscando desde hacía muchos años para incorporar a su colección. Luego de retirar cuidadosamente la estampilla del interior del sobre, Agamenón la pegó en la página de su álbum que le había asignado cuando se fijó la meta de conseguirla.
Satisfecho por su nuevo hallazgo, el joven profesor se sentó a tomar el vaso de whisky de fuego que Albus no había querido compartir con él antes. Como tenía escasa resistencia al alcohol, y siempre que se embriagaba se ponía a pensar en aquello que estando sobrio su mente prefería evitar, comenzó a recordar a Lily Luna. Albus les había contado a todos sobre su traición, sobre como había destruido el Mapa del Merodeador y la Piedra Filosofal y liberado a Hermione Granger antes que pudieran usarla para obligar a Harry Potter a rendirse (borrando la memoria del pobre Livius en el proceso), y sin embargo los sentimientos de Lestrange por ella no habían cambiado. Se preguntó qué habría pasado si, antes de poner en marcha su plan, Lily acudía a él para pedirle su ayuda. ¿Habría intentado convencerla de no volverse contra su hermano? ¿Habría informado a Albus? ¿O —lo que era más problemático— habría sido capaz de desertar por ella?
De pronto, vio una forma de luz plateada aparecer frente a donde él estaba sentado. Reconoció al áspid del Patronus de Albus, y por algún motivo se sintió como si lo hubieran descubierto in fraganti cometiendo una deslealtad, aunque sabía que los Patronus no podían usarse para hacer Legeremancia.
—Agamenón, te necesito —dijo la voz de Albus, muy débil—. Ven a mi cuarto ahora. No hables con nadie. Ven solo.
Dicho eso, el Patronus se desvaneció. En otras circunstancias, a Agamenón le habría resultado un poco gracioso que el mensaje de su amigo pudiera ser interpretado como algo romántico (“te necesito”, “ven a mi cuarto”, “no hables con nadie”), pero algo sonaba terriblemente mal en la voz de su amigo, así que tomó su varita, se puso un Chivatoscopio en el bolsillo y salió de inmediato de su habitación.
Ya todos se habían ido a la cama o estaban a punto, por lo que los pasillos del castillo se hallaban casi desiertos. Se cruzó con un par de profesores en el camino y les deseó las buenas noches con el mínimo indispensable de cortesía. Cuando por fin estuvo frente a la puerta del dormitorio de Albus, golpeó la puerta. No pudo escuchar ningún sonido al otro lado, pero sintió cómo varios hechizos protectores, y un Muffliato, se desactivaban antes que la voz de su amigo lo invitara:
—Pasa y cierra la puerta rápido.
El cuarto del Hacedor de Reyes parecía haber sido dado vuelta. Su cama estaba volteada, una de las puertas de su ropero estaba reducida a astillas, la lámpara del techo colgaba precariamente, como si estuviera por desplomarse, y había trozos de espejo por todo el suelo.
Y había dos personas pegadas al techo.
En la semioscuridad le costó distinguir sus rostros, pero veía que eran un hombre y una mujer. Estaban los dos Aturdidos, y alguna clase de encantamiento los mantenía flotando en el aire y apoyados contra el techo, como si fueran dos globos de helio.
Agamenón estaba tan sorprendido por los dos sujetos que tardó un rato en dedicar su atención a Albus. Estaba sentado en el suelo de espaldas a él y parecía estar acariciando algo que no podía ver. Lestrange se le acercó para ver de que se trataba, y cuando sus ojos pudieron distinguir lo que era, se le hizo un nudo en la garganta: era una serpiente de cascabel con la cabeza cortada de cuajo.
—Oh, no —dijo—. Godric.
—Sí —dijo Albus, mientras deslizaba su mano con afecto por las escamas frías del reptil—. Murió salvándome. En los últimos meses no le había estado dedicando toda la atención que debía, pese a que habíamos pasado años separados. Me hubiera gustado llevármelo conmigo a Durmstrang, pero era imposible sacarlo de Hogwarts. Cuando volví, hablé con él un poco, pero no muy a menudo. Recuerdo que la última vez, hace dos o tres semanas, me había pedido que le consiguiera una serpiente hembra para formar una familia, y había prometido crearle una o comprarla, pero lo olvidé. Y ahora ya no podrá tener crías.
—¿Cómo pasó esto? —preguntó Agamenón.
—Helen Gamp —dijo Al. Debido a que seguía sentado y mirando al cadáver de Godric, Agamenón no podía ver su rostro—. Me abordó en el pasillo y me pidió… hablar a solas en mi cuarto. La dejé entrar, pero no estaba sola. Su novio, ex novio o lo que sea Michael Milton usó un Encantamiento Desilusionador para meterse junto con ella sin que me diera cuenta, y esperó a que me… distrajera para tratar de degollarme con una maldición Sectunsempra.
—Oh, Al, ¿estás bien?
—Estoy vivo. El bastardo de Milton me lastimó el ojo, pero creo que estaré bien.
—¿Por qué no te dio en el cuello?
—Gracias a Godric. Estuvo en el momento preciso, Agamenón. Le clavó los comillos en el tobillo y permitió que la maldición se desviara. Me salvó la vida, pero no pudo evitar que luego Milton le cortara la cabeza con otro Sectunsempra de mierda. En ese lapso pude recuperar mi varita y vencerlos a los dos.
—Lamento mucho lo de Godric, Al —dijo Agamenón, apoyando su mano sobre el hombro del Hacedor de Reyes—. Era muy leal.
—Gracias, amigo. Nunca la olvidaré. Y Michael Milton tampoco la olvidará, te lo prometo.
Agamenón debió reprimir un escalofrío al pensar en lo que le esperaba a Milton a manos de Albus. Como todos, no sabía exactamente qué le había hecho su amigo a Blaise Zabini, pero estaba seguro que había sido algo atroz… lo cual Zabini merecía con creces, por su participación del asesinato del pobre LW. Y ahora Milton había matado a la querida serpiente de Albus.
—Necesito que examines mi ojo ahora, Agamenón —dijo Albus, volviéndose hacia él. Agamenón pudo ver que había roto una de sus sábanas para atarse una tira alrededor del ojo, a modo de venda rudimentaria—. Siempre fuiste mejor que yo con los hechizos curativos y las pociones.
—Pero Al, el Sectunsempra es…
—¡No importa! —gritó Al— ¡Mira mi ojo y dime qué tan malo es el daño! Uno de los hechizos que usé hizo trizas el espejo.
Amedrentado, Agamenón desató suavemente la venda y la separó lentamente del rostro de Albus Potter. La cicatriz que le cruzaba el lado derecho del rostro era un espanto, pero peor era lo que había en donde había estado el ojo. El globo ocular de su amigo había reventado, y la cuenca estaba vacía.
—Al… lo siento. Has…
Albus no tuvo necesidad de que completara la frase para comprender; le bastó con la expresión del rostro de Agamenón. Su boca se apretó.
—Así que he perdido a Godric y he perdido un ojo. Bien. Milton, Gamp y todos los que los ayudaron van a perder mucho más. Esa es otra promesa.
Yo pensé que aquí comenzaba el declive de Al, pero veo que sólo es el inicio de una nueva batalla :S
Y Godric fue siempre muy leal, no merecía morir, pero así son las cosas: mueren los que menos lo merecen D:
Mi morbosidad desea saber de antemano qué sucederá con la parejita de helio : ) Buen capítulo, corto pero mueve las cosas.
Buen capítulo, corto pero bueno. Alimenta mis ganas de seguir leyendo, mis felicitaciones!!
Así que Agamenón es filatelista ^^
Pobre Godric, murió defendiendo a su dueño como una mascota ejemplar. Ahora a Albus le pesan las promesas no cumplidas y eso junto a la muerte de la serpiente y su ojo derecho de algún modo va a influir en el destino de Helen, Milton, y supongo que de Fedden y Ernie. Ernie sabía bien a que clase de mago se enfrentaba, aceptar la propuesta de Milton no fue una decisión demasiado lúcida. Parece que sus neuronas no hicieron sinapsis.
Albus no quiso decirle a Agamenón que la pérdida de su ojo se debió a que actuó como un despechado acostándose con todo lo que se moviera xD
En fin, al menos ahora se va a parecer a Scarface. Aspecto badass on.
Igualmente creí que iniciaba su declive.
Seguiremos Atentos
Que sean cortos pero continuos
Saludos y gracias
Aaaaaaah Martin, los mejores regalos de navidad fueron estos dos capítulos nuevos, muy buenos como siempre! Nos hiciste creer que se aproximaba la caída de Al jaja, Un saludo!
A Helen y Milton, sea lo que sea que les hagan, les va a doler…
oh, oh, ya siento lastima por ellos. Albus ahora va a dar miedo sin ojo verdad? jope se que muere, y preferiría que fuese ya que lo mate Harry como la profecía decia creo. Albus sigue siendo su hijo, pero no cambiara. Jope no se si esto está llegando al final preo tengo ganas de saber que pasa
Godric no!!!
Oh ahora se pondrá interesante pensaba que querías terminar pronto pero ahora Al podrá divertirse un poco antes de su caída 🙂
Excelente verte tan activo Marth me alegra muchísimo, saludos y un gran abrazo!
Siiiiiiii… Antes me sorprendió lo de «la mejilla», era demasiado «light» pero esto es cien veces mejor que la otra «mutilación» que me vino a la mente… También fue completamente inesperada la entrada en acción de «Godric» y eso me encantó, fue como un «despertar» para Al para que deje de estar pensando en tonteras. No soportaría ver caer en desgracia a otro líder por culpa de una mujer y tal como iban las cosas con Al, era lo que me esperaba… Si no hubiera sido por su serpiente habría caído, pero ahora….
«Draco dormiens nunquam titillandus»… ¡¡¡ Oh si !!!…
AMO COMO ALBUS SEVERUS (DESDE AHORA SERÁ ALBUS SEVERUS… SE LO HA GANADO…) «GRITA»: ¡ENOUGH!.
No joda, ALBUS SEVERUS: ¡MÁTALOS A TODOS! (¡MENOS A HARRY!. ¡POR FAVOR!).
¡EXCELENTE!.
P.s. Recuérdame cómo es que le dice la bruja a Lord Tywin cuando firma el acuerdo para lo de la boda sobre lo «grato» que es que no lo decepcionen a uno…
Cada capítulo me alegra el día
Excelente Capitulo, Lo que no me Gusto fue el Titulo. Con leerlo supuse que Albus era salvado por una serpiente, no pense en Godric, pero lei predispuesto.
A lo mejor estoy divagando pero la muerte de Godric es como la de Hedwig, anunciaba el principio del fin, si???
Ajajajaja Ojoloco Albus xD (Lo siento pero es lo primero que me vino a la cabeza). Estuvo genial el capítulo, igual que el anterior, y por alguna razón no puedo dejar de imaginar a Albus poniéndose muy, pero que muy paranoico, hasta el punto de destruirse a sí mismo. Como un Alastor, pero más jarcor xD
Buen capítulo. Imagino a Albus buscando un ojo como el de Alastor. Incluso es posible que vaya al bosque en donde se celebró el Mundial de Quiditch de 1994 y busque el árbol en donde su padre enterró el ojo mágico en septiembre del 98. Sería una vuelta de tuerca un poco sádica, pero válida como para adornar la historia. ¡Seguí así! 🙂
Quisiera saber quién será el próximo en morir, jajajaja. Que bueno estuvo el capítulo! Sigue publicando 🙂 feliz navidad.
Por dios.. Martin.. no nos dejes asi, has que el sig. capitulo sea de la venganza de Al y que sea muy largo el cap. Me sorprendio lo del ojo de este y espero que eso no afecte mucho a las historias venideras…
No nos dejes asi (mucho tiempo estuvimos sin capitulo) asi que nos lo merecemos y hasta podria ser un buen regalo de navidad…
Sigues aun teniendo a los lectores a su filo de la silla…
Muchas gracias..
Feliz Navidad..!!!
Esta historia simplemente me ha conquistado!!!
Cada vez que leo sobre el patrunus en forma de Áspid o de Godric (R.I.P. u.u) y cosas que tienen que ver con serpientes, olvido mi ofidiofobia (miedo a las serpientes) y me dan ganas de seguir leyendo.
Muchas Gracias por seguir escribiendo, enserio MUCHAS GRACIAS!!!
Muchas Gracias por el capitulo *-*