[NOTA 1: Quiero dedicarle este capítulo a mi amigo Lucas, que suele comentar usando como nick el nombre de nuestro protagonista, y que mañana cumple 21 años, si no me equivoco.
NOTA 2: También quiero avisarles que ayer creé una página de Facebook del fanfic. Allí se compartirán automáticamente los nuevos capítulos que publique en el futuro, así que les recomiendo darle «Me gusta».]
Habían transcurrido varias horas desde que Ernie habló con Fedden, y aún no había recibido noticias del Ministerio. Aquel silencio estaba resultando más inquietante que cualquier novedad adversa que hubiera podido llegarle, y su mujer y sus hijos podían verlo. Finalmente Susan reunió el coraje para acercarse a él.
—Ernie, quiero que me digas qué está pasando ya mismo —le dijo—. Si te has involucrado en algo peligroso, necesito saberlo. Quizá todavía podamos resolver el problema en el que te hallas.
—Es demasiado tarde para resolverlo, amor —replicó Ernie—. Ya se ha derramado sangre, y tengo que nadar o ahogarme. No hay marcha atrás.
Susan se sentó frente a su marido y lo miró a los ojos.
—¿A qué te estás refiriendo? —insistió— ¿La sangre de quién? Por favor, dímelo. No puedes dejarme al margen de esto.
—Ya es tarde, Susan. Te dejé al margen cuando lo estuvimos planificando porque sabía que te opondrías, dado lo bien que te va bajo este gobierno…
—¡Dado lo bien que nos va! —dijo Susan—. A menos que estés sugiriendo que me gasto mi salario en carteras y zapatos.
—¡O sea que tú estás perfectamente satisfecha mientras te paguen bien! ¡No te importa que Albus Potter estuviera llevando a nuestra comunidad al abismo!
—O sea que involucra a Albus Potter —dedujo Susan.
—Sí, querida. Si estás tan interesada en saber la verdad, te lo contaré. Tu jefe el Hacedor de Reyes ha muerto. Yo ayudé a matarlo.
Susan contuvo el aliento.
—Pero… Ernie, ¡él fue tu estudiante! ¡Es el hijo de Harry!
—Tom Ryddle fue el estudiante de Albus Dumbledore y no por eso Dumbledore dejó de buscar su muerte. Cuando un alumno se convierte en mago oscuro, un profesor queda liberado de cualquier deber de protegerlo. Y en cuanto a su padre… él nunca lo dirá, pero estará agradecido porque alguien más le haya quitado de las manos la responsabilidad de librarnos de su aborrecible hijo.
—¡Estás loco, Ernie! ¡Harry jamás te agradecerá por haber asesinado a su hijo! ¡Un padre jamás perdona a quien mata a su hijo! ¿Te das cuenta que te has ganado la enemistad del mago más poderoso del país?
—Albus Potter era el mago más poderoso del país, y mira dónde está ahora —se jactó Ernie—. Harry tendrá que tragárselo. De todos modos, no fui yo quien mató personalmente al Hacedor de Reyes, si es lo que te preocupa. Estuve involucrado, pero solo fui un enlace entre los alumnos del colegio que ejecutaron el ataque y Francis Fedden.
—¿Fedden? ¿Te aliaste con ese cerdo arrogante? ¡No se puede confiar en él, todos en Londres lo saben! Fedden te usará para…
—Convertirse en el nuevo viceministro de la Magia —completó Ernie—. ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que me importa? Fedden es un político venal y inescrupuloso, pero no es un Hacedor de Reyes. Él restaurará las cosas al estado en que se hallaban antes que el mocoso viniera a trastocarlo todo, como un elefante en un bazar. Jamás podrá llegar a acumular tanto poder como Potter hijo. Él no es el verdadero peligro.
—No tiene idea de la razón que tiene, profesor —dijo una tercera voz. Una voz que tanto Susan Bones como su marido conocían demasiado bien.
—¿Potter? —dijo Ernie, sacando la varita con un veloz movimiento. Susan lo imitó, pero ninguno de los dos pudo detectar de dónde provenía la voz. Había sonado como si él estuviera parado en la sala junto con ellos. David e Irene llegaron a toda prisa, también con las varitas en la mano, para reunirse con sus padres.
—Escuché la voz de Albus —dijo David—. ¡Sonaba como si estuviera al lado mío!
—Es el Encantamiento Sonorus —dijo Susan—. Lo que no me explico es cómo pudo…
—¿Escuchar lo que decían? —dijo la voz del Hacedor de Reyes—. La Varita de Saúco hace maravillas con ciertos hechizos. Aunque nada de lo que pueda realizar con ella esta noche superará a lo que hice con cierto grupo de políticos díscolos hace no mucho tiempo.
Ernie estaba sencillamente estupefacto, pero Susan pensó rápido. Con un movimiento de su varita, cerró todas las persianas y cortinas de la casa, y luego empleó un Accio para tomar un bloc de notas que había dejado en la cocina. Escribió en él “¿Qué hacemos ahora?” y se lo mostró a su marido. Ernie, como si saliera de un sueño, tomó el objeto que tenía más cerca y ejecutó un Portus no verbal para convertirlo en un Traslador. Se lo dio a Susan, y les pidió a sus hijos que pusieran sus dedos sobre él. Pero cuando vio que su padre no hacía lo mismo, David protestó.
—¡Ven con nosotros, papá!
Ernie garabateó furiosamente.
VETE AHORA MISMO. Yo me quedaré a retrasar a Potter. Si quieres que me sienta orgulloso de ti, cuida a tu madre, tu hermana y a tu sobrino. Váyanse. Faltan 2 minutos para que el Traslador se los lleve.
David leyó la nota y miró a su padre como si fuera la primera vez que lo veía. Cuando vio que su hijo asentía, Ernie le dio un abrazo. Besó a su hija en la mejilla y le acarició el vientre en el que crecía su nieto. Besó a su mujer en los labios. Se alejó un par de pasos de su familia, y al cabo de unos momentos, el Traslador y los tres magos que estaban tocándolo se desvanecieron.
—Creo que me perdí una escena conmovedora —dijo la voz de Albus—. Déjeme imaginar: su familia se marchó, supongo que por Traslador, ya que puse un hechizo anti-Aparición alrededor de tu casa y la Red Flu está vigilada. Pero usted se quedó a hacerme frente. Muy Gryffindor de su parte, profesor.
—No te tengo miedo, Potter —dijo Ernie—. Yo te enseñé todo lo que sabes.
—No, profesor. Mis enemigos me enseñaron todo lo que sé —dijo Albus—. No hay mejor maestro que el enemigo. Y usted recién se unió a las filas de mis enemigos declarados esta noche, así que no ha hecho una contribución significativa a mi educación.
Ernie abrió las cortinas que su mujer había cerrado y desde una de las ventanas pudo ver al Hacedor de Reyes parado frente a su casa. Aún con la escasa iluminación de los faroles de la calle, Ernie pudo ver que tenía una espantosa herida en el lado derecho del rostro.
—¿Le gusta cómo me dejaron sus amigos?
—Esperaba que Milton usara una Maldición Asesina —dijo Ernie—. No entiendo cómo pudo pasar eso.
—Yo tengo una idea aproximada —dijo Albus. Resultaba muy extraño ver al joven hablándole a varios metros de distancia y escuchar su voz como si estuviera en el mismo cuarto—. Milton quería verme agonizar. Un Avada Kedavra es demasiado veloz. Pero degollarme con el Sectunsempra es ideal, ya que tendría tiempo para darme cuenta de lo que había ocurrido mientras me desangraba hasta morir. Quería que supiera que había sido derrotado.
—Él te confesó todo eso, ¿no?
—Él me confesó muchas cosas —dijo Albus—. Supongo que pensará que el Fidelius estuvo mal ejecutado, pero le aseguro que no fue así. El problema es que cuando el sujeto está dispuesto a revelar el secreto, hay muchas maneras de darlo a conocer sin violar los términos del encantamiento, si uno hace las preguntas…
—¿Por qué no te callas? —dijo Ernie—. ¿O acaso piensas hacer que me suicide para terminar con el tedio de escuchar tus monólogos arrogantes de mierda? Fedden y yo fracasamos. Alguien más intentará matarte y tendrá éxito. No necesito que me expliques cómo pasó. ¿Quieres bailar? Ponte los zapatos y ven a la pista.
—El duelo entre usted y yo ya terminó, profesor MacMillan —dijo el Hacedor de Reyes.
—¿Qué?
—Usted ya está muerto, solo que aún no lo sabe.
—En el nombre de Merlín, ¿qué…?
—Droch Teine —dijo Albus, apuntando con la Varita de Saúco a la casa de Ernie.
Ernest MacMillan había rodeado su casa con todos los encantamientos de protección que conocía, pero ninguno era lo suficientemente potente como para detener un Fuego Demoníaco. Solo le quedaba una opción: huir. Tomó uno de los cojines del sofá que tenía más cerca, le apuntó con su varita y gritó:
—¡Portus!
Pero no ocurrió nada. Ninguna magia brotó de su varita, el cojín no cambió. El hechizo estaba bloqueado. Ernie entonces corrió hacia el patio de atrás, lo más rápido que pudo, buscando alejarse del áspid de fuego que avanzaba a toda velocidad hacia su casa. Si lograba escapar por la parte posterior de su vivienda, salir del perímetro del hechizo anti-Aparición…
Ernie alcanzó a salir al jardín trasero y corrió unos cuantos metros, cuando de repente un muro invisible lo detuvo y lo hizo rebotar hacia atrás. Algo iba muy mal. Él reconocía la magia que lo había repelido como propia, como uno de los hechizos protectores que había colocado para defender su casa, pero ahora el efecto parecía haberse revertido: en vez de impedir la entrada de enemigos, las barreras mágicas le impedían a él la salida.
Ernie dio media vuelta y vio cómo el Fuego Demoníaco consumía su casa por completo. Parecía como si el áspid estuviera devorando aquella vivienda de dos pisos que Susan y él y sus hijos habían habitado durante más de veinte años. Ernie sabía que luego el Fuego Demoníaco vendría por él, y sabía que no había manera de detenerlo. Pero no iba a darle a la rata de Potter el placer de verlo quemarse vivo.
El mago apuntó la varita a su propio pecho.
“Susan. Irene. David”, pensó antes de lanzarse a sí mismo un Avada Kedavra.
Primer comentario *-*
Ok, ahora si voy a leer xD
Para cuándo el siguiente? No me digas que para dentro de 1 año otra vez!!!
Puedo decirte que será el año que viene, jaja
¡No! Más desapariciones de un año no xD
Ahora que hará con Milton? Sería interesante que lo castigue de alguna forma… Me gustaría saber que opinan Scor y Livius de todo esto… Saludos!
En el siguiente capítulo se responden tus dudas sobre Michael y Scor al menos 😀
Voy a «semicitar» a los redondos…
«Pintan mal las cosas para Ernie viejo, pintan mal»…
No sé porqué, pero no podía dejar de pensar en esa canción mientras leía el capítulo xD
Esperaba un duelo más encarnizado, pero se ve que Albus prefiere hacer las cosas con estilo. Me lo imagino ahí parado con su cuenca vacía y debe haber sido una visión aterradora.
En fin, el final de Ernie estaba cantado, y él se lo buscó sólo al aliarse con alguien de la calaña de Fedden. Al menos tuvo el sentido común de salvar a su familia, y el suficiente honor para morir, técnicamente, en sus propias manos.
Me gustó que reconocieran que el mago más poderoso del país es Albus, aunque en algún momento se va a cruzar con la horma de su zapato, como todos. Sin embargo, no lo veo muerto. Creo que tiene un largo camino por delante, derrocado o no del poder no lo veo muerto. No sé si es exactamente una «hierba mala», pero dicen que hierba mala nunca muere.
Sinceramente, espero verlo vivo por mucho tiempo. Es un antihéroe francamente delicioso. Comete sus errores, y sus medios para llegar a su fin son bastante reprobables, pero no es un racista como Voldemort. Aunque es un poco sociópata.
Cito a wikipedia: «las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.» «Las personas que padecen este trastorno sufren un mal de índole psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir las normas preestablecidas; no saben o no pueden adaptarse a ellas. A pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo incluso delitos graves.»
Creo que todos esos rasgos van como anillo al dedo con la personalidad de Albus, por lo cual, analizándolo, se puede llegar a la conclusión (quizá bastante obvia) de que es un sociópata xD
Y se quiera o no, lamentablemente, en muchos casos este tipo de personas tiene un gran carisma que acompaña a sus acciones.
Siendo sincero, a mí me cae bien Albus desde el principio. Y las formas en que están intentando asesinarlo no son las más correctas, y no van a llegar a buen puerto. Antes podrían haber utilizado su miedo por la traición como su punto débil, pero ahora ya demostró que ni siquiera confía plenamente en sus amigos, así que ese medio está un poco deslucido.
La verdad, no sé cómo va a terminar la historia, sólo espero que este sociópata tan querido tenga líneas para rato ^^
Seguro, nuestro querido Hacedor de Reyes es un sociópata. El problema es que tiene enemigos estrechos de miras y dispuestos a recurrir a la violencia, lo cual le sirve para justificar ante sí mismo y los demás las atrocidades con las que responde.
Lleno de drama y acción. Me encantó. El nombre de los dos últimos capítulos suena fantástico y exótico. Bravii ^^
El gaélico es un lindo idioma para bautizar hechizos 😀
Así que ese fue el final de Ernie. Siento que se espero demasiado para unir con su familia. Incluso tal vez ya que el no tenía nada que ver con el ministerio debió haber salido del país y retornar hasta que hubiera confirmado el triunfo de su facción. Y solo entonces. Pero seguimos esperando la continuación
Porque falta saber que hará harry cuando se entere que su hijo sufrió tal lesión.
Ernie nunca fue muy brillante (y Michael tampoco). Olvidó el lema de Hogwarts, de no hacerle cosquillas al dragón dormido.
Saludos!
¡PRECISAMENTE!…
En cuanto a Ernie, lo que hace el enfrentarse a la muerte inmediata… Me gustó su final. No tan merecido, creo yo, por tanta desidia con respecto a su familia pero es grato saber que después de estar tan «aburrido de la vida» por lo menos al final se dio cuenta que tenía mucho por lo que ser feliz y por unos gloriosos minutos estuvo realmente con ellos.
Bien por ti Ernie. Ahora, ¡Ciao contigo!.
P.s. Espero que Albus Severus no vaya a por la familia… :$
Sí, a mí me gustó que pudiera despedirse, sobre todo de su hijo, que siempre ha pensado que Ernie estaba decepcionado de él. Quise darle eso
Espero que se vayan lejos y no se metan en esto. 🙂
Me muero de ganas de leer el próximo capítulo en el que se hable de las repercusiones de lo que Albus ha hecho. Es imposible que tanta muerte haya dejado indiferente hasta a sus amigos.
¿Y que pasa con los Aurores?. Es lo mas parecido a una policía/ejército que tienen en el mundi mágico y, aunque su dirigente sea hasta ahora pro-Albus, ¿en serio se van a quedar con las manos cruzadas?.
El Hacedor ha llegado a un punto sin retorno. No tiene la maldad de Voldemory, pero hasta este era mas «elegante» a la hora de cometer asesinatos en masa. Aunque bien pensado a lo mejor hace lo mismo el Hacedor, echarle la culpa de tantas muerte a algún grupo de terroristas antidemocracia (que hay mucha en el Ministerio ultimamenteXD) o, quien sabe, puede que acuse incluso a su padre………….
¡Elegantísimo que era Voldemort! En su época, eso parecía los disturbios del 89, jajajaja (al menos como fueron en Vzla, no sé si en Argentina igual). ¡Éste, en cambio, los reúne a todos juntos, los encierra, y los asesina como si fueran judíos en una cámara de gas! Y al Hermes de la conspiración lo liquida con un precioso acto de pirología, jajaja. Un buen dúo éste y el anterior capítulo: te felicito Martín.
Vodemort tomó el poder de forma silenciosa. El mandaba, pero no se le veía por ningún lado. Y las muertes que ordenaba o que él mismo ejecutaba eran, siempre que le fué posible, sin testigos. Y lo hacía por dos motivos: incrementaba el temor de los magos a su poder, y realmete les ponía en duda de lo que pudiera haber pasado pues Riddle casi seguro era el culpable, pero no había pruebas de ello.
Albus está matando de forma pública, y eso hace que la oposición tenga un objetivo claro contra el que oponerse. Y encima acaba con vidas que ningun crimen cometieron. Solamente llevado por la ira, ya mató a un hombre delante de todo el Parlamento cuando este le insultó a él y a Valerie, ¿y ahora se carga a 31 senadores?. Con eso acabó con cualquier apoyo de a opinión pública que le pudiera quedar, y solo podrá ejercer el poder a la fuerza, porque no le queda otra.
El mismo ha quemado sus barcos.
Hey Martín.! Seguís con el mismo toque de siempre para los capítulos che.! Jajaja…. Me alegró el haber podido seguir leyendo este fanfic. Te felicito por lo que hiciste (tal vez queriendo o sin querer), el haber atrapado a tantos jajaja… Un abrazo Martín.! Y feliz año nuevo.!
Muchas gracias 🙂 Sé que sos un lector de larga data, y me encanta que sigas fiel a la historia. Un abrazo