[NOTA DEL AUTOR: Hace pocos días, Facu Jibsi, el mismo lector que me presionó incesantemente para que retomara el fanfic, escribió una especie de fanfic del fanfic, relatando cómo sería la Batalla Final si él la escribiera. Yo solo le recordé un par de datos menores (como que Albus es ambidiestro), el resto es todo producto de su imaginación. Pueden descargarlo en formato pdf haciendo clic acá.]
Scorpius había intentado guardar sus cosas en las cajas usando magia, pero la furia que sentía le impedía concentrarse en los sencillos hechizos necesarios para mover los objetos y papeles de un lado a otro, de modo que lo hizo manualmente, como un muggle. “Mi padre estaría orgulloso si me viera”, pensó.
La noticia de que Albus había sido atacado lo había llenado de cólera, al igual que al resto de sus amigos. Se dispuso a obedecer ciegamente cualquier orden que recibiera de parte del Hacedor de Reyes para vengarse de los bastardos que habían intentado matarlo. Pero lo único que Albus le pidió que hiciera era destinar celdas para alojar a Helen Gamp y Michael Milton. Saber que los dos jóvenes estaban destinados a Azkaban lo alivió un poco. Por mucho que ellos dos hubieran sido los autores materiales del ataque, eran apenas unos adolescentes —técnicamente mayores de edad, pero merecedores de cierta indulgencia, al menos a sus ojos— y estaba claro que los verdaderos responsables eran los magos adultos que habían sido los responsables intelectuales de la traición. Así que puso a Gamp y Milton en dos celdas relativamente confortables y se dispuso a esperar que Albus le ordenara encargarse de recibir a los muchos prisioneros que estaba seguro que llegarían.
Aquella mañana, luego de recibir informes de los guardias de la prisión, que le notificaron que la prisionera 027 padecía una enfermedad estomacal seria que quizá hiciera necesario llamar a un Sanador para que la revisara, y algunas otras noticias por el estilo, Scorpius fue al Ministerio.
Fue allí que se enteró de la “tragedia” del Parlamento Mágico. El edificio estaba cerrado, excepto para los funcionarios de más alto rango, y la versión que circulaba en los pasillos era que la Cámara había sido atacada en plena sesión y que treinta y un miembros habían muerto. El Profeta aún no había publicado nada al respecto, y todo lo que los civiles —entre los que estaban los ansiosos y preocupados familiares de las víctimas— sabían era que había una “emergencia” en la sede del Ministerio y que muchos funcionarios habían sido convocados.
Scorpius no tuvo dificultad en deducir lo que había ocurrido, en especial luego de que le dijeran que los legisladores habían muerto envenenados por un gas tóxico. Él conocía bien el Mimhe Gorm, y sabía que nadie más que Albus habría podido utilizarlo para matar a tanta gente al mismo tiempo. Y luego llegó la noticia de que se había producido otra “tragedia”: un incendio había consumido la casa del profesor Ernie MacMillan, matándolo. Era fácil sumar dos y dos.
Espantado, Scorpius regresó a Azkaban, y ordenó a los guardias que le informaran de inmediato si el viceministro de la Magia ingresaba a la prisión por cualquier motivo. Fue entonces que le dijeron que Albus Potter, de hecho, ya estaba en la isla y que había solicitado sacar a los prisioneros 107 y 108 (es decir, Gamp y Milton) de sus celdas. Scorpius preguntó dónde estaba y fue hacia el patio dispuesto a detener lo que estuviera haciendo Al, pero arribó demasiado tarde. Gamp estaba muerta y Milton estaba muriendo. Lo único que atinó a hacer Scor fue a poner fin a su sufrimiento con una veloz Maldición Asesina, y por un breve instante, dominado por la adrenalina y la rabia, deseó poder lanzarle otra a Albus.
Pero en vez de eso, se marchó. Regresó a su despacho con paso frenético, sacó un pergamino, escribió algunas palabras en él, y luego comenzó a guardar sus cosas en un par de cajas de madera que hizo aparecer con su varita. No habían pasado aún cinco minutos cuando la puerta de la oficina se abrió.
Albus no parecía nervioso ni enfadado. Entró a la habitación como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo.
—Espero que aún no hayas guardado ese whisky de fuego tan bueno que te trajiste de la Mansión Malfoy. Oh, veo que no. ¿Te molesta? —dijo mientras abría una de sus botellas y se servía un vaso. Se acercó al escritorio, vio el papel que Scor había escrito y lo leyó en voz alta— “A quien corresponda: Yo, Scorpius Hyperion Malfoy, presento mi renuncia indeclinable al cargo de director de la prisión de Azkaban…” Supongo que ese garabato que figura debajo es tu firma. ¿Pones “Malfoy” o “Scorpius”?
—Da igual que ponga “Merlín” o “Salazar Slytherin” —dijo Scor—. No creo que necesite traducirte lo que significa ese texto, Potter. Búscate otro director para esta cárcel.
—No será difícil —dijo Albus, al tiempo que se sentaba en una silla frente al escritorio de Scor—. Pero me gustaría que discutiéramos esto antes.
—No hay nada que discutir. Pusiste a esos dos prisioneros bajo mi custodia y luego los asesinaste —dijo Scor.
—Oh, perdona, Scor, había olvidado que mi prioridad debe ser respetar siempre tu jerarquía.
—Vete a la mierda —dijo Scorpius—. ¿A cuántas personas mataste hoy? ¡Medio Parlamento Mágico, Ernie MacMillan, esos dos chicos y solo Merlín sabe cuántos más!
—Creo que esa es una lista admirablemente sucinta —comentó Al.
—¿Es para esto que peleamos tanto tiempo? —preguntó Scorpius—. ¿Para ejecutar sumariamente a quien se nos antoje, cuándo se nos antoje? ¿Esta es la “libertad” que nos trajiste?
—Ay, Scor. Hay un malentendido fundamental entre nosotros. Yo jamás prometí libertad. Prometí progreso. Prometí cambiar el país. Y prometí que todos los que intentaran resistir al tren del progreso deberían apartarse de las vías o ser arrollados. Si treinta y cuatro personas se acuestan en la vía del tren, ¿es culpa mía si terminan destrozados?
—¡Bueno, tu “tren del progreso” está por caer al abismo, Potter! ¿Cómo esperas mantener la lealtad y la obediencia de la gente si asesinaste a los mismos hombres y mujeres que te pusieron al mando del Ministerio?
—¡Yo me puse al mando del Ministerio! ¡Yo soy el Hacedor de Reyes, yo soy el Amo de la Muerte! ¡Ellos solo legalizaron el lugar que ya me correspondía por derecho! —dijo Albus, al tiempo que se ponía de pie. El ojo verde del mago miraba con un enfado creciente, pero Scorpius no se amedrentó.
—¡No me vengas con esos delirios de grandeza, Potter! ¡”Hacedor de Reyes”! ¿Realmente te crees que porque te puse ese apodo estando borracho mereces llevarlo como un título de nobleza?
—No es culpa mía que quienes me admiran me llamen así —dijo Al.
—Quienes buscan lamerte el culo, querrás decir. Pero dado que tengo talento para ponerte apodos pegadizos, ¿qué tal si te doy uno nuevo? ¿Te gustaría que te llame “Servilia Crouch Con Verga”?
Fue esto lo que hizo que Albus perdiera los estribos. Había estado tratando de controlar su ira a duras penas, no porque lo que le estaba diciendo Scorpius fuera especialmente hiriente, sino porque provenía de él. Y ser comparado con Servilia Crouch por él, entre todas las personas, era más de lo que podía soportar. Le lanzó un puñetazo al rostro, pero Scorpius lo esquivó fácilmente. Intentó volver a pegarle, pero se acercó demasiado a Scor, y el hijo de Draco fue más rápido, asestándole un rodillazo en pleno estómago. Scorpius luego sacó su varita y le apuntó a su amigo, que estaba caído en el suelo.
Los dos jóvenes se quedaron congelados en sus posturas durante varios segundos, evaluándose mutuamente. Albus todavía tenía encima su propia varita y podía sacarla, y cuando eso pasara estarían en un verdadero duelo y no una simple pelea física muggle. Pero si Scorpius lo atacaba…
—¿Qué quieres hacer, Malfoy? —preguntó Al—. ¿Matarme? ¿Torturarme? Hazlo. Inténtalo. Tal vez salgas con vida. Pero si lo haces, quiero que siempre recuerdes que fuiste tú el que abrió esa puerta. Tú fuiste quien se enfrentó a su mejor amigo, al chico que conoces desde hace doce años. Solo tú.
Scorpius Malfoy tenía apretados los dientes. Sostenía su varita con tanta fuerza que sus dedos estaban aún más pálidos de lo normal.
—No quiero matarte, ni torturarte. Me gustaría poder darte una paliza, hacer que entres en razones a los golpes, pero eso no es posible —dijo al fin Scor—. No sé quién eres. Quizá nunca lo haya sabido en realidad.
—Quizá. O quizá recién ahora sepas quién eres tú. Quizá solo ahora te des cuenta que no tienes el estómago para hacer lo necesario.
Scorpius guardó su varita, y Albus se levantó, pero los dos continuaron mirándose el uno al otro con actitud alerta, como dos serpientes a punto de volver a atacarse.
—Yo te he acompañado hasta la puerta del cementerio —dijo Scor—. Pero no me pidas que me meta en el ataúd contigo. Estás solo.
—¿Vas a luchar contra mí?
—No —dijo Scorpius de inmediato—. Pero ya no voy a luchar para ti.
—Me traicionas en el momento en que más te necesito —dijo Albus, con los puños apretados.
—No. Te estoy abandonando, no te estoy traicionando.
—Una distinción muy sutil —dijo Albus—. Una distinción que quizá no quiera molestarme en hacer…
—No vas a matarme, Potter. No puedes. Y yo tampoco puedo matarte a ti —dijo Scor—. Ni unirme a tus enemigos. No por lealtad a ti, sino por lealtad a ese niño de once años al que escuché hablar pársel en mi primera noche en Hogwarts.
Aquel recuerdo hizo que el rostro de Albus pareciera mostrar un ramalazo de dolor, pero sus palabras fueron hostiles.
—Vete, entonces. Ve a esconderte a una de tus mansiones. No me importa lo que hagas, Malfoy.
Habiendo dicho esto, el Hacedor de Reyes le dio la espalda a Scorpius y se puso a ver por la ventana de su despacho, que tenía una vista al mar que rodeaba la isla-prisión. Clavó su mirada en las olas y en el cielo gris mientras escuchaba a Scor terminar de recoger sus cosas y marcharse. Cuando oyó el ruido de la puerta cerrarse, se desplomó sobre el sillón del director. Le pareció sentir que el cuero todavía conservaba un poco del calor de Scorpius, pero pudo haber sido su imaginación.
Wow Martin, sigues siendo tan buen escritor como siempre, se que no comento casi mucho pero estos ultimos capis han sido muy buenos, nos revelan asuntos de la historia que estaban ahi, pero ahora todo esta cayendo. Albus como que se le subio el poder a la cabeza y esta perdiendo el control por eso, y en cuanto a sus aliados… Si sigue asi terminara con mas gente en contra que con él.
Saludos y sigue escribiendo, porque esta historia todavia tiene cabos sueltos que atar 😉
Muchas gracias, Belle. Podríamos decir que el mayor activo de Albus dejó de ser su inteligencia y pasó a ser su poder.
Saludos y gracias por comentar 😀
Aquí magnifico relato comienza la revelación de esta historia
Espero con ansias el siguiente.
Saludos Martin
Me alegra que te guste, Hiram
Saludos!
‘Clavó sus ojos en las olas…’, el hombre tiene uno nomás jaja. Buen capítulo, que bueno que hayas retomado el fic. Saludos 🙂
Debería poner «la mirada» la próxima vez. ¡Es tan fácil olvidar que Al ahora es tuerto! Gracias por avisarme 😀
Jejeje es cierto, y usa un parche o quiere verse más siniestro?
No lo usa cuando quiere intimidar a su interlocutor, sabe que su ojo faltante pone incómoda a la gente.
Indudablemente,nadie desearía ser uno de ellos. Gracias por aclararlo 😀
ALUCINANTE, me ha encantado que Scorp al final se apartase del lado de Albus y se marchase. Solo tengo unas cuantas preguntas ¿Cuánto queda para el final? ¿Y Harry qué es de él? ¿Veremos más partes del futuro o todo lo que queda ya es presente? Y por último gracias por seguir con el fic es uno de mis favoritos y espero que no dejes de escribir fics.
No sé exactamente cuánto queda para el final, pero si puedo mantener el ritmo de publicación estoy casi seguro que podré terminar el fanfic este año.
Pronto veremos de nuevo a Harry y su grupo 🙂
No creo que tengamos más saltos temporales, el resto de la acción transcurrirá en el presente.
Saludos!
Me encantó el capítulo; al principio de la historia (en general) quería que Albus fuera el «héroe» o el «bueno», y siempre justificaba sus acciones con un «lo hace porque tiene razón» o «lo hace por el bien de los demás» ( como fiel seguidor de él jaja) pero poco a poco me fui dando cuenta que Albus actuaba de mala manera y sobretodo porque se dejó embriagar por el poder. Ahora que leo este capítulo me siento identificado con Scorpius y siento que yo hubiera actuado de la misma manera.
Felicidades Martin por escribir esta historia y gracias por capturarme de esta manera.
Saludos desde Ensenada, B.C. México.
Yo también haría lo que hace Scorpius… si fuera Scorpius 😀 Luego veremos qué opinan sus amigos al respecto.
Saludos!
Mertin, me encatnta la historia, y como atrapa! Esta buenisima! Gracias por escribir tan bien! Leí la batalla final de Facu Jibsi y me encanto! Estaria genial contactarme con el para felicitarlo! En cuanto a la historia en si, cada vez es mas emocianante! Si Qlbus sige asi lo van a abandonar todos, a exepcion tal vez de Jez Smith. Espero que Albus termine bien!
Saludos desde Corrientes, Argentina!
Me alegra que te haya gustado. Voy a hablar con Facu y, si él no tiene inconveniente y vos tampoco, voy a mandarte un mail con sus datos para que le escribas 🙂
Saludos!
Se que suena cursi pero solo puedo decir «Hermoso»
Muchas gracias 🙂
Prodigioso. Creo que nunca lo he hecho, así que lo haré ya: te felicito por el fanfic. Capítulo tras capítulo me has dejado impresionado con tu escritura, desde que retomaste esta historia, en diciembre.
Muchísimas gracias, me halaga que te guste tanto 🙂
¿Poder?. ¡Pero si le engañaron para meterse en su santuario, mataron a su mascota, le cortaron la cara, le sacaron un ojo y encima conspiran para seguir intentándolo hasta conseguir matarlo!. :O Tony Stark diría que Albus Severus siguió un plan: Atacar.
Que 32 adultos se sienten a esperar el asesinato de un chico que, francamente, no se ha metido con nadie después de haber puesto en su lugar a sus enemigos mientras dejan que dos jóvenes se ensucien las manos tomando todo el riesgo, me parece más monstruoso que tomar personalmente cartas en el asunto y atacar directamente al enemigo como lo hizo Albus Severus al Parlamento y menos riesgoso para terceros, ya que si hubiera habido una «batalla», habrían muerto muchos inocentes (aurores, más que todo) en nombre de la «justicia». Y, by the way, Albus Severus se expuso también porque cabía la posibilidad de que no todos fueran unos completos inútiles con varita.
Pensar en encarcelarlos solo habría funcionado si antes los sentenciaba al «beso del dementor» ya que es lo suficientemente inteligente para saber, sin tener que escuchar las palabras de Ernie (quien luego se lo dijo que con todas las letras) o los pensamientos de Milton (que esperaba al «siguiente» que diera el paso) que la persecución no tendría final nunca. Ahora se lo van a pensar. Y el no caerá en estupideces como la de meter a una chica en su habitación.
Incluso me parece que su «CONTRA-ataque» fue bastante «light» al encerrarlos y matarlos con gas. Con lo cabreado que está, hasta habría sido de esperar que purgara el Ministerio a punta de «Fuego» y no solo la casa de Ernie.
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¡¡¡ AMÉ COMO OCURRIÓ TODO ENTRE SCOR Y ALBUS SEVERUS !!!.
Yo creo que Albus Severus está sangrando por la herida y no necesariamente la del ojo y de allí todo el veneno que sale por su boca. Está enojado por el ataque a su persona (aun no siendo el Hacedor de Reyes, habría actuado exactamente igual) y también porque sus amigos no son capaces de ver lo que eso significa y/o porque ellos mismos no actúan de la misma manera pero Scor… esto le ha dolido más que cualquier otra cosa que haya sucedido antes.
A ambos. 😦
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P.s. En este momento, Albus Severus me recuerda mucho a Tyrion y Scor a Jaime.
En realidad usar el gas y no el fuego para matarlos no fue misericordia sino lógica pura: un Incendio o un Fuego Demoníaco podría haber destruido todo el edificio del Ministerio, el Mimhe Gorm le permitía matarlos a todos dejando el edificio intacto. Al quizá no esté del todo cuerdo pero no es un tonto 😀
No, no. Yo no digo que sus acciones respondieran a la misericordia, digo que no «explotó» como lo hubiera esperado. Ahora bien, para mí tampoco responden a la «lógica pura». Si Albus Severus usara la lógica pura no habría buscado consejo en personajes como Gellert Grindelwald para tratar de «arreglar las cosas». Al momento de llegar al Ministerio habría ido con un plan de ataque más «elaborado». Habría matado con el gas a los Parlamentarios y luego los habría hecho «implosionar», por ejemplo, porque a esta altura ya dominaría el hechizo porque habría buscado dominarlo en vez de estar perdiendo el tiempo pensando en mujeres. De esta forma, no dejaba rastros de nada y ni siquiera hubiera tenido que «señalar» a su padre porque al saber lo que sucedió TODOS habrían recordado ipso-facto lo de la estatua y habrían pedido su cabeza y entonces Albus Severus podría haberse alzado y dicho: SIN IMPORTAR QUE SEA MI PADRE… SERÁ LLEVADO A LA JUSTICIA… o algo parecido…
Pero, en ese sentido, Albus Severus le hace más justicia a uno de los hombres por los cuales lo nombraron: Dumbledore. Albus Severus me recuerda mucho al Dumbledore joven (Y al Gellert joven), todo fuego y ansias de «arreglar» las cosas a su modo. Aunque con el tiempo y las pérdidas, Dumbledore se fue «serenando» hasta convertirse en un asesino despiadado y silencioso que se fijaba sus metas y hacía todo lo «necesario» para cumplirlas sin importar quienes cayeran en el proceso, tuvo que asesinar a su hermana «por accidente» para caer en cuenta de que debía «sosegarse». El asunto es que ya nada hará «tocar fondo» a Albus Severus… Si tan solo fuera un poco más como mi Severus…
La verdad, yo no cuestiono la cordura de Albus Severus… sino su temple… 🙂
Bueno, en el capítulo 228 veremos cómo hace Al para seguir encubriendo su participación en los hechos 😉
¡Excelente!. ¿Y los veremos de nuevo a Scor y a Albus Severus?. Le diste la oportunidad a Ernie… ¡Reclamo una oportunidad para ellos!. 😀
Quizá tengan un reencuentro, quizá no… Hay que ser pacientes 😀
Martín creo que nunca te había dejado un comentario, primero que nada es genial que hayas vuelto a publicar y con tan poco tiempo entre capítulos, a pesar de estar suscrita para que me llegaran los mails avisando si subías algo solía revisar la pagina por si no me llegaban jaja suena tonto pero era así, realmente es un fanfic muy bueno, y segundo empece a leer desde el principio la historia y acabo de terminar el capitulo » dos supervivientes» y es tan genial que de ese entonces el momento de este capitulo ( el abandono ) haya estado planeado ( aunque fuese solo en idea) es algo que habla realmente muy bien de ti como escritor y de que la historia esta bien pensada.
ojala sigas publicando como ahora 🙂
Me alegra que estés contenta por mi retorno 🙂
Saludos!
No quería comentar hasta que me terminara todo el fic, pero estoy me hizo llorar (no es la primera vez que lloro en tu fic Martín, pero esta me causo mucho sentimiento) Con lo que me gustaba la amistad de Al y Scor 😦
» —Yo te he acompañado hasta la puerta del cementerio —dijo Scor—. Pero no me pidas que me meta en el ataúd contigo. Estás solo.»
Sabia que se iban a separar por el capitulo en el que Scor se reconcilia con Rose años después, pero el hecho de que usara esas palabras haciendo referencia a cuando eran mas jóvenes… 😦