—¿Estoy muerto? Es decir, sé que no estoy muerto, sé que estoy respirando, que mi corazón sigue latiendo en mi pecho. Sé que sigo con vida. Pero dime, sobrino, ¿acaso estoy muerto? Porque así me he sentido todos y cada uno de los días desde que me nombraron Ministro de la Magia.
Percy Weasley estaba caminando en círculos por el recinto del Parlamento Mágico. Los cadáveres de los legisladores habían sido retirados y estaban en el pasillo exterior, colocados en filas en el suelo, cubiertos con sábanas. A Percy y otros veteranos de guerra les recordaron vivamente a los cuerpos de los magos y brujas muertos en la Segunda Batalla de Hogwarts. El rostro de Percy estaba tan rojo como sus cabellos y gesticulaba animadamente.
—Realmente creo que un cadáver podría haber hecho más como ministro de la Magia que yo. Al menos así me tratan a diario. ¡El Parlamento Mágico fue atacado, la mayoría de sus miembros están muertos, y yo soy el último en enterarme!
El Hacedor de Reyes estaba sentado en una de las bancas vacías y miraba impasiblemente a su tío.
—¡Quiero saber quiénes hicieron esto, por qué lo hicieron, y qué planeas hacer al respecto! Albus, tú eres mi sobrino y te quiero, ¡pero tienes que empezar a tomarme más en serio! ¡No soy una figura decorativa, soy el ministro de la Magia, maldita sea! ¡Dime qué pasó aquí anoche! ¡Ahora!
—Una tragedia —dijo Albus, reprimiendo un bostezo—. Muchos magos y brujas murieron. Los responsables serán descubiertos pronto.
—¡No me trates como un tonto, muchachito! —dijo Percy, pronunciando la última palabra como si fuera un insulto—. ¡No nací ayer! ¡Y no me subestimes tampoco! ¡Ahora que el Parlamento fue masacrado, yo soy la única y máxima autoridad del gobierno mágico que queda! ¡Necesito saber todo lo que está pasando! Te lo advierto, Albus: pienso asumir plenamente mis responsabilidades, y quiero que tú me ayudes, ¡o me buscaré otro viceministro!
Albus se puso de pie, veloz como un áspid, y pronto Percy se halló con la punta de la Varita de Saúco apretada contra su cuerpo.
—Escúchame bien, Weatherby —dijo Al, reviviendo el apodo despectivo con el cual sus hermanos Fred y George habían llamado a Percy cuando fue ayudante de Barty Crouch padre, que era incapaz de recordar su apellido—. Tú no eres una autoridad, tú no eres ni siquiera una figura decorativa: tú eres un espantapájaros. Tu único poder es el que yo te permito tener, y yo no te he dado poder alguno. El único motivo por el cual te hice Ministro (no te “nombraron”, yo te di este puto cargo) es porque eras un funcionario con una larga carrera de lameculos en el Ministerio, y el único Weasley lo bastante ambicioso y rastrero como para aceptar. Lo que vas a hacer, Weatherby, es seguir siendo ministro de la Magia, al menos de nombre. Vas a irte a tu despacho, vas a quedarte hasta las cinco o seis de la tarde, vas a volver a tu casa, vas a cenar con tu familia, vas a tener un sucedáneo de sexo con la tía Audrey, si hoy resulta ser el día del cuatrimestre en que le das una alegría, vas a levantarte mañana por la mañana, vas a cagar, lavarte los dientes, desayunar y regresar al Ministerio, donde permanecerás en tu oficina hasta las cinco o seis de la tarde. Y así lo harás hasta que los que realmente somos útiles al país solucionemos esta crisis. Lo único que necesitamos de ti es que la gente te vea haciendo de Ministro de la Magia, que la gente sepa que hay un Ministro de la Magia, por más que no lo parezca. Si no te gusta, nombraré a otro Ministro.
Percy ahora estaba pálido, aunque no se hubiera podido decir si de terror o de ira.
—Albus, me necesitas… Yo soy la única…
—El Wizengamot es la única autoridad mágica del país que realmente cuenta ahora. Shacklebolt y mi padre y tú y las otras abejas obreras del Ministerio lo vaciaron de poder cuando crearon esa farsa del Parlamento, pero ahora reasumirá las funciones legislativas que tuvo hasta hace pocos años.
—Pero… el Wizengamot no es electo…
—Y el Parlamento sí lo era. Mira lo bien que le fue. Hazme caso, Weatherby. Vete a tu oficina y deja que los adultos resolvamos este problema. Mamá irá a cambiarte el pañal y limpiarte el culo cuando tenga tiempo. Lárgate.
Tratando de mantener una actitud digna, Percy Weasley salió del recinto, con tanta mala suerte que tropezó en uno de los escalones y estuvo a punto de desplomarse sobre el suelo. Una vez que Percy abandonó la sala, Albus se volvió hacia su otro intelocutor.
Isaac Prewett estaba sentado en otra banca, con una petaca de whisky de fuego en la mano. Al ver que su amigo lo miraba, el joven alzó la botella como si brindara con él.
—¿Me vas a gritar a mí también?
—No si no me das motivos, Isaac.
—No hay nada que pueda darte, Al. Yo era tu hombre en el Parlamento Mágico, y ahora no hay Parlamento Mágico. Trabajé años para llegar aquí, y ahora se acabó.
—¿Y qué hiciste tú para evitarlo? —dijo el Hacedor de Reyes—. Como bien dijiste, eras mi hombre en esta Cámara. Y de repente, en el seno de la institución, sin que tú lo supieras, surgió una conspiración en mi contra. ¿Cómo pudiste pasarla por alto? Eres un Slytherin, Isaac. Se supone que la política está en tu sangre. Deberías ser un sabueso, olfateando complots e intrigas a kilómetros de distancia.
—Tú también eres un Slytherin y no pudiste olfatear nada —replicó Isaac—. Tenías a MacMillan y a Milton y Gamp bajo tus propias narices… y ahora solo te queda un ojo.
Albus, quizá porque ya había soportado su ración de impertinencias de parte de un amigo cercano en su previo enfrentamiento con Scorpius, no se inmutó ante la burla. Además, Isaac estaba empezando a embriagarse.
—El hecho es que Fedden te tomó por estúpido, Isaac. Se suponía que tú eras el clásico discípulo superando al maestro, y el viejo bastardo terminó estando a punto de apuñalarte por la espalda.
—Pensé que Fedden era confiable, a su manera retorcida. Pensé que sus ambiciones no llegaban tan lejos.
—Pues te equivocaste. Ahora dime qué podemos hacer con esto.
—La equivocación fue tuya al matarlos, Al. Debiste haberlos puesto bajo arresto y destituido, reemplazándolos con gente leal. Hubieras suprimido una amenaza y te habrías asegurado el apoyo de muchos otros magos. Al matarlos has enviado una señal que nos alienará de los elementos más moderados de la sociedad mágica.
—No me dices nada que ya no sepa. Repito: ¿qué podemos hacer?
Isaac tomó un largo trago de su petaca, hasta dejarla vacía. Se puso de pie, se la guardó en el bolsillo y dijo, con la voz ya algo pastosa.
—No es problema mío, oh, Hacedor de Reyes. Tú te metiste en este embrollo, tú saldrás de él solo. Ahora mismo, lo que yo voy a hacer es volver a mi casa, llamar a Jezzie Smith luego que termine su turno, abrir otra botella de whisky de fuego con ella y tener sexo (no un sucedáneo de sexo como el que les atribuyes a tus tíos, sino sexo de verdad, puro y duro) hasta el amanecer. Y luego voy a volver aquí fresco como una lechuga y descubriré que encontraste una solución brillante; te felicitaré por tu astucia, y voy a decir “Es por eso que tú eres el jefe, Al”. Porque estoy seguro que eso es lo que harás: encontrar por tu cuenta una solución brillante. Así que si me disculpas…
Luego de hacerle una reverencia, Isaac salió del recinto con mucha mayor elegancia que Percy, pese a su inferior sobriedad. Albus no pudo evitar sonreír ante la desfachatez de su amigo. Sabía que Isaac era demasiado amoral como para abandonarlo, como había hecho Malfoy. Y era cierto que él le habría debido pedir consejo antes y no después de la masacre.
Habiéndose marchado Isaac, Albus se quedó solo. El recinto del Parlamento Mágico ya había sido limpiado y estaba libre del olor a deposiciones y de las ligeras manchas de sangre que el asesinato de los legisladores había dejado. Las puertas estaban firmemente cerradas, y Al había dado órdenes de no ser molestado, de modo que gozaba de total privacidad. Sacó de su bolsillo la Piedra de la Resurrección y la hizo dar vueltas en sus dedos.
Los dos fantasmas no tardaron en materializarse. Albus les sonrió respetuosamente.
—Bueno, supongo que conocen bien la situación, señores. ¿Tienen algún consejo que deseen ofrecerme?
—No les tengas miedo a esta escoria, Potter —dijo el espectro de Salazar Slytherin. El inglés en el que el fundador de su Casa hablaba era casi incomprensible por lo arcaico que era, pero Albus le tenía paciencia. Slytherin aparecía ante él no como el anciano demente que había sido cuando encerró al Basilisco en la Cámara Secreta, sino como el mago de mediana edad, alerta y decidido, que había sido cuando ayudó a fundar Hogwarts—. Eres el mago más poderoso del país y puedes hacer lo que desees. La magia reconoce al mago que tiene la supremacía. A la hora de la verdad, todo se resolverá en el campo de batalla.
El Hacedor de Reyes sonrió, agradeciendo el consejo, pero pensó que había sido inútil convocarlo. Slytherin no era un tonto, pero su mente había sido formada en la Alta Edad Media, donde las guerras eran la solución para casi todos los conflictos políticos. Slytherin era astuto solo comparado con Godric Gryffindor, que era un guerrero de pies a cabeza, valiente hasta la idiotez. Sin embargo, era reconfortante saber que el propio Slytherin lo respaldaba, por más que no le fuera de gran ayuda.
—No creo que las cosas estén maduras para una batalla final, Salazar —comentó el segundo fantasma, que se había sentado en una banca y tenía las largas piernas estiradas despreocupadamente—. El Hacedor de Reyes necesita seguir reuniendo apoyos.
Pese a que Gellert Grindelwald había nacido en Alemania, su inglés era mucho más fácil de entender que el de Slytherin. Era un hombre rubio y apuesto, con un aire desenvuelto y sofisticado que conservaba aún después de muerto.
—¿Qué opina usted, Gellert?
Grindelwald se acarició la barbilla, con una sonrisa taimada.
—Cuando Herr Adolf Hitler decidió quemar el Reichstag en 1933, se reunió con sus más estrechos colaboradores para planear los pasos a seguir. Él recién había asumido el poder, y algunos de sus funcionarios le recomendaron postergar el ataque hasta que se hubieran fortalecido, o directamente suspenderlo. Yo guardé silencio hasta que Herr Hitler me pidió mi parecer, y le dije: “Adolf, tú puedes hacer absolutamente todo lo que quieras… siempre y cuando primero busques un chivo expiatorio”. Herr Hitler me hizo caso: apenas el Reichstag fue incendiado, Goebbels estuvo listo para culpar a los comunistas del atentado, y todo funcionó de mil maravillas. Herr Hitler consiguó que Von Hindenburg le diera poderes especiales, que era lo que había estado buscando.
“Así que permítame repetirle a usted mi consejo, Herr Potter. Busque un chivo expiatorio, y podrá hacer lo que usted quiera.
***
El programa de Lee Jordan en la Red Mágica Inalámbrica era el de mayor audiencia de la emisora… lo cual no era muy difícil, tratándose de la única emisora de radio mágica en Gran Bretaña, y estando el ciclo en un horario central, entre las siete y las doce de la mañana, cuando las amas de casa y muchos oficinistas y empleados sintonizaban los receptores para entretenerse mientras comenzaban su jornada. No obstante, todos reconocían que Jordan era un gran locutor, realizaba excelentes entrevistas y escogía muy bien la música que se trasmitía, combinando con habilidad música muggle con canciones de magos. Una joven periodista hija de muggles, Miranda Hartridge, conducía el programa junto con él.
Harry y Hermione escuchaban el programa de Lee por la mañana, sin salir de la cama. Les gustaba oír la voz de su antiguo compañero de Hogwarts, que tan amigo había sido de los gemelos Weasley, y como el programa de Lee muy rara vez hablaba de política, enfocándose en clima, deportes, música y espectáculos, era ideal para relajarse un poco.
Hermione se había despertado con ganas de volver a hacer el amor, y estaba besando el pecho de Harry lentamente, mientras su erección iba elevándose cada vez más alta por debajo de las sábanas. Por eso, no prestaron atención al tono de voz de Lee, mucho menos relajado que de costumbre, hasta que escucharon las palabras “anuncio de emergencia”.
—Espera, Hermione. Quiero oír esto.
Harry y su amiga se sentaron en la cama, e hicieron silencio para no perderse una palabra.
—Ustedes saben —estaba diciendo Lee— que en este programa normalmente omitimos hablar de política salvo que se trate de algún asunto urgente, de último momento. Lamento decir que en esta oportunidad, un asunto de esa naturaleza se nos ha presentado. Nos han informado que se ha producido una terrible tragedia en el Ministerio de la Magia anoche. Por primera vez, queridos oyentes, no tengo palabras para describir lo sucedido. Por suerte, el viceministro de la Magia, Albus Severus Potter, ha venido a visitarnos hoy y nos explicará lo ocurrido. Buenos días, señor Potter.
—Buenos días, Lee —dijo Albus.
—Con solo verlo llegar a la estación supe que algo espantoso había ocurrido. Lamento mucho lo que le sucedió.
—Muchas gracias, Lee. Y puedes decírselo a tus oyentes, que obviamente no pueden verme ahora.
—Le agradezco, señor Potter. Señores oyentes, quiero informarles que el viceministro de la Magia ha perdido un ojo.
—¿Qué? —dijo Harry, abriendo los ojos de par en par.
—Nadie mejor que él para contarnos en qué circunstancias esto ocurrió. ¿Señor Potter?
—Gracias, Lee. El sábado por la noche, en Hogwarts, yo fui atacado en mi propio dormitorio por dos estudiantes de séptimo año, Michael Milton y Helen Gamp. Milton intentó degollarme utilizando el maleficio de magia oscura conocido como Sectumsepra, que seguro tú conoces muy bien, Lee.
—El que le costó una oreja a George Weasley.
—Ese mismo —confirmó Albus—. El duelo en mi cuarto fue muy violento, yo estaba medio ciego, la habitación estaba casi a oscuras… pero conseguí vencerlos y capturarlos con vida.
—No hay nada peor para un profesor de Hogwarts que ver a sus estudiantes pasarse al lado oscuro, ¿verdad?
—Así es, Lee. Ellos eran criminales e intentaron matarme… pero eran solo chicos. Tenían toda la vida por delante.
—Dices “tenían”, no “tienen” —señaló Lee—. ¿Les ocurrió algo?
—Ya llegaremos a eso, Lee. Pero baste con decir que tomé los pasos necesarios para encarcelarlos en Azkaban. Convoqué a una sesión de emergencia del Parlamento Mágico para informarles de lo que acababa de suceder. Quizá si hubiera ido personalmente al Ministerio hubiera podido evitar lo que pasó, pero tenía que quedarme en Hogwarts para comprobar que no hubiera otros estudiantes involucrados, interrogar a los compañeros de Michael y Helen… Eso me tomó tiempo, y nuestros enemigos aprovecharon el descuido.
—¿Qué sucedió luego?
—Francis Fedden tomó la responsabilidad de reunir a los legisladores y, por pedido mío, comenzó a darles la noticia de lo que había pasado. Fue en ese momento que alguien atacó el recinto. Utilizando una maldición de magia oscura inventada en Durmstrang hace pocos años llamada Mimhe Gorm, los agresores provocaron la muerte de todos los magos y brujas que se encontraban en la sala. Hubo un total de treinta y un víctimas fatales.
Lee pareció respirar hondo por unos segundos.
—Estas son noticias devastadoras, señor viceministro. Nuestras condolencias a las familias de los caídos. Próximamente leeremos una lista de las víctimas, y daremos instrucciones a los parientes para retirar los cuerpos.
—Como siempre, la Red Mágica Inalámbrica está junto a nuestra comunidad en los momentos más difíciles —comentó Albus. Se escuchaban los sollozos de una mujer en la misma habitación, y Harry dedujo que debía tratarse de la joven Hartridge.
—¿Se sabe quién es el responsable de este atroz hecho, señor Potter?
—Aún no tenemos evidencias concluyentes, pero me temo que hay fuertes indicios que apuntan a la identidad tanto de los autores materiales como de los intelectuales. Pero primero debo decir que el atentado contra mi vida no fue sino la primera fase de un plan meticulosamente planeado. El objetivo era primero asesinarme a mí y luego al Parlamento Mágico, dejando al gobierno sin cabeza. También creemos que mi tío, Percy Weasley, hubiera sido asesinado el sábado si no hubiéramos tomado medidas oportunas para protegerlo.
—Es un alivio saber que Gran Bretaña sigue teniendo un Ministro de la Magia —dijo Lee—. Pero la gente seguramente estará ansiosa por saber quién es el culpable del asesinato de los legisladores, y de su propio intento de homicidio. ¿Quién creen que lo hizo?
—Lamento muchísimo tener que decirlo, Lee. Las pruebas de las que disponemos nos hacen creer que fue mi padre, Harry Potter.
Juntar politica muggle muy criticada con politica mágica que está igual o peor… Felicidades, supiste hacerlo de maravilla. Muy buen capitulo.
Y a Salazar Slyherin me lo imaginé hablando como Cervantes pero en ingles.
Muchas gracias 😀
Sí, una de las cosas que muchos novelistas olvidan cuando hacen viajes en el tiempo o utilizan algún otro mecanismo para que personajes del presente interactúen con personajes históricos es que incluso si comparten la misma lengua materna, puede que les cueste entenderse. Es como leer a Shakespeare en el idioma original.
Entonces te lo imaginaste hablando como Shakespeare xd
De hecho xD
Ay, pobre Percy, todos lo odian pero él sólo quería ser popular… vale, no pero pese a que el fandom lo odie y le haga bullyg -y en algunos casos bashing (no digo que en tu fic, ojo)- yo lo sigo queriendo. Ahora, ¿en serio piensa que albus es inocente?, puede que si, de hecho dudo que alguien más aparte de sus amigos más cercanos sepa de lo que Al es capaz.
Creo que me acabo de enamorar de Isaac xD su diálogo es genialoso.
«No les tengas miedo a esta escoria, Potter», Salazar es tan tierno, provoca achucharlo. Me gusta que no sea el paradigma de la diplomacia y que piense la situación desde el contexto suyo, no de Albus. Gellert, por otra parte es mi mago oscuro favorito (Del canon, a tu Albus lo amo pero sigue siendo un fic), ahora me sorprende que Gellert no haya mencionado -o se haya burlado- del nombre de Albus, en plan «Pero mira qué irónico…» eso hubiera sido un puntazo, pero supongo que preferiste ir al punto. Esa sutil -no muy sutil- comparación entre Albus y Hitler :3
¿Tienen sexo mientras escuchan la vos de Lee? Eso… no sé, a mi me bajaría la libido, es que eso de tener sexo mientras escucho la voz de un viejo amigo… puede que Harry y Lee no fueran tan cercanos, pero se me sigue haciendo raro, a mi. Tal vez a ellos si los pone… cosas de gustos, supongo xD
Ay pobre Harry, toda la mierda le cae a él por ser el bueno del paseo. Me intriga mucho saber cómo es su reacción tras escuchar esto, pero no, tenías que cortarlo ahí ¡Te odio por eso! ¡Deshonra sobre tu vaca!.
Saludos y me alegra que estés con este maniático ritmo de publicación.
A mí me gusta Percy. De hecho, es mi Weasley favorito (así como Peter es mi Merodeador favorito y Hufflepuff es mi Casa; me gustan las opciones impopulares). Pero es demasiado divertido hacerle sufrir humillaciones al personaje. Lo mismo con Isaac, fue muy entretenido escribir ese diálogo en que, mientras Percy está indignadísimo, Isaac está emborrachándose y con una actitud de fuck it hacia toda la situación.
Yo creo que les gusta la música que transmite Lee. Además, dije que no le estaban prestando mucha atención a la radio, la prendieron por costumbre, luego Hermione comenzó a tocar la otra varita de Harry y se olvidaron por completo de ella hasta que escucharon lo del Parlamento.
En el próximo capítulo veremos cómo prosigue la entrevista.
Saludos!
Jajajajajajajajajajaja LO SABIA!!!!!.
Ya me imaginaba que le echarías la culpa de algo y desde que leí «chivo expiatorio» y «Harry y Hermione»… supe que lo harías pero aun así fue MEGA-GENIAL leerlo!!!!!. Que bárbaro hombre!!!!!!. No lo dejaste ni coger en paz!!!!. Sabes todos los años que esperó para eso??????. Casi ni le has dado «el placer»!!!!… Y ahora con esto no lo tendrá en mucho tiempo!!!!!!!.
Lo único que me consuela es que, hacerlo de esta manera podría salvarle la vida a Harry… Ahora todos los buscarán y al final, cuando lo tenga en su poder, solo querrá encerrarlo. Porque el imbécil de Milton no lo mencionó en ningún momento a Harry, cierto?. Albus Severus solo lo quiere de tapadera, no porque piense que de alguna forma tuvo algo que ver con el «atentado», cierto?????. Cierto??????. Porque no matarás a Harry, cierto??????. Y MENOS LO HARAS A ALBUS SEVERUS MATARLO, CIERTO???????. O VICEVERSA!!!!!
MY DEAR LORD!!!!. ME VA A DAR ALGO!!!!!!.
Albus no cree que Harry haya querido matarlo, solo busca matar —¡metafóricamente!— dos pájaros de un tiro acusándolo del crimen a él. Respecto de tus otras preguntas, deberás ser paciente 😀
¡ESPERO QUE SEA LA ÚNICA FORMA QUE USE CONTRA HARRY!. 😀
Que capitulo mas genial, Albus puso a su padre en contra de todo el mundo magico, pero eso es algo en lo que Harry ya tiene experiencia. Me gusta mucho tu fic, gracias por escribir.
Muchas gracias 🙂
Harry está acostumbrado a la mala publicidad, es cierto. Veremos quiénes le creen a Albus y al Ministerio esta vez.
Wow, Martín!
Tengo años (desde el 2008, creo) leyendo esta historia y nunca deja de sorprenderme.
Que genial eso de incluir a Grindelwald en la Segunda Guerra Mundial muggle, me encantó!
Tengo que admitir que me tomará unos cuantos capítulos más acostumbrarme (e imaginarme) al cíclope de Albus jaja
Saludos y sigue publicando así de seguido! 😀
Yo ya había vinculado a Grindelwald con los nazis en este fic corto, puede que te guste 😀
Saludos!
hombre esta claro no? nadie va ha pensar mal de harry es harry. Es un heroe si quisiese poder lo habria cogido en su momento. Creo.que aqui albus la ha cagado muy poca gente se pondra de su lado pienso la gente no puede ser tan tonta no? a ver supongo.que vistode fuera puede parecer que el gobierno no e tan corrupto ni al tan malvado pero la gente tiwne que sospechar
En el próximo capítulo veremos qué más le dice Albus a Lee Jordan 🙂
Saludos.
La verdad es que no fue muy inteligente Albus al decir el hechizo que se usó y donde fue creado. Se sabe que él fue a Dumstrang,
Harry puede saber como realizarlo, pues durante muchos años dirigió a los aurores y algo del tema tiene que saber, pero las primeras impresiones apuntarian a su hijo.
Aun así, el peligro no tiene que ser tanto el Niño que Sobrevivió, sino quizás de Lily Potter, una mujer mucho mas capaz de ensuciarse si la situación lo requiere..
Al no hubiera podido ocultar que los 31 muertos fallecieron a causa del mismo gas, tiene que entregar los cuerpos a la familia y un hechizo así deja rastros. Ya veremos cómo lo encubre 😀
Muy agudo lo de Lily.
Saludos!
Cuando vi el titulo por un momento pense que iba a traer de vuelta a los miembros del parlamento y obligarlos a legislar so pena de dejarlos errantes por la eternidad…
Tienes una mente creativa 😀
Saludos!
Ese Albus es todo un «Servilia Crouch» en potencia, es él ahora quien culpa a un inocente 😇 xd, simplemente brillante xd jajaja me encantó el capítulo:)
Sí, lo de «Servilia Crouch con Verga» de Scorpius resultó ser profético 😀
Esto que estas haciendo, es Perfecto, el declive de Albus se ve cercano y luego lejano y así nos vas a tener por capítulos hasta el final, que espero, veamos. Muy bueno Martin, debo felicitarte. Llevo leyendo el Fan-Fic desde el 2009, y lo sigo. Espero no nos hagas esperar de vuelta y sigue así, me encanta como has construido al personaje “Albus” de esa manera, se ha vuelto un monstruo, un monstruo que quedara en la historia Mágica, una leyenda. Espero que el “Equipo” de Harry reaccione de una vez y comience lo que todos estamos esperando.
Nos vemos, Martin.
Sigue así.
Haré lo posible por mantener el ritmo. Por ahora te comento que el capítulo 228 ya está escrito y programado para el martes 🙂
Saludos!
Gracias por volver Martin!!! Despues de un mas d un año crei q ya habias abandonado el fic pero q bueno q sigues con nosotros !! Es una excelente historia aunque me gustan mas las que hablan de Albus como heroe q como villano pero igual adoro al «hacedor de reyes» con todo y su mente retorcida jajaja gracias por la historia y espero q ora q volviste no la abandones hasta concluirla!!! 🙂
Muchas gracias, Tefy. Haré lo posible por mantener el ritmo de publicación 😀
Morí de risa con el: «Mamá irá a cambiarte el pañal y limpiarte el culo cuando tenga tiempo. Lárgate.» de Albus, jajajaja. Martín, me alegro muchísimo que hayas vuelto a escribir, es (sin exagerar) de las mejores historias que tenido oportunidad de leer. Sobre todo por la fascinante transformación de Albus a lo largo del fanfic (lo siento cada vez más salvaje y más soberbio)
Más sin embargo, hubo algo que no alcancé a comprender de este capítulo, si bien Slytherin, Grindelwald y Voldemort fueron los magos tenebrosos más grandes de su época, no entiendo porque Albus no convocó a este último y si a los otros dos, (en mi humilde opinión) considero que Voldemort hubiera sido más útil que Slytherin, ya que de los 3, era el antecesor directo de Albus y estaba más familiarizado con el entorno «moderno» (quizá) por el que se mueve Albus. (Se me ocurrió que o Albus no se considera a sí mismo como un mago oscuro, o que perdió su alma al estar fragmentada (esto último no lo creo mucho, porque si no mal recuerdo el alma se dividia al cometer asesinatos, y evidentemente tanto Grindelwald como Slytherin cometieron centenares de estos) o en el último de los casos, lo considera simplemente un mestizo ególatra y racista (cosa que lo diferenciaría de Slytherin por su senilidad) y por esto último no lo llamó) Por favor, si alguien sabe porque Voldemort no estuvo, aclareme mi duda)