Draco Malfoy era conciente del peligro que significaba su relación con Lily Potter. No solo podía ser descubierto por su mujer, Pansy (que se habría enfurecido menos por la infidelidad que por el hecho de que su marido la hiciera cornuda con la hija de una Weasley), sino que si el padre de Lily se enteraba de lo que estaban haciendo, su “asociación especial”—Draco se rehusaba a considerar que lo que lo unía a Potter fuera una amistad— llegaría a su fin, y el frente unido que presentaban contra el Hacedor de Reyes se rompería.
Sin embargo, luego de varios meses de encuentros secretos, Draco debía admitir que estaba loco por ella. No la amaba, pero Lily era la mejor de todos los amantes —hombres y mujeres— que había tenido en sus más de cuarenta años de vida. No era solo la típica atracción de un hombre maduro por una muchachita vivaz que lo hace sentir joven otra vez: Draco no solo gozaba del cuerpo de Lily Luna, sino de su astucia. Lily era tan taimada como él mismo, y muchas veces Draco se sorprendía de que hubiera sido Albus, y no ella, el único Potter en ir a Slytherin. Pero luego maliciaba que Lily había debido convencer al Sombrero de ponerla en Gryffindor, pues ¿quién podría sospechar de una Gryffindor? Muchos Slytherin pedían ser enviados a otras Casas (Hufflepuff era la gran favorita) porque consideraban que ser subestimados por los demás magos y brujas era favorable a sus fines retorcidos; claro que no expresaban sus deseos de forma coherente, ningún niño de once años tiene pensamientos tan avanzados, pero sin duda había cierta clase de deseo subconsciente que el Sombrero detectaba y al que daba satisfacción. Draco podría haber seguido ese camino, de haberlo deseado, pero la tradición de los Malfoy había sido ir siempre a Slytherin, y él tenía tan internalizado ese deseo que bastó con que el Sombrero rozara su cabeza para que lo pusiera en la Casa de las serpientes.
Además, Lily había sido la única capaz de convencer a su padre de poner fin a su cautiverio luego del asesinato de Louis Weasley. Hermione también había hablado a su favor, pero Lily había sido quien lo persuadió de que lo mejor era dejar que se marchara; Draco les era más útil, dijo ella, como un ciudadano libre y en apariencia respetuoso de la ley que como un prisionero. Draco todavía recordaba con amargura el momento en que Harry le había roto su varita, y los dos días que había pasado encerrado en ese cuartucho miserable en la vivienda muggle donde se estaban escondiendo, pero había salido de la experiencia sin nada peor que su orgullo herido, y sabía que debía mostrarse agradecido, habiendo desatado la ira de un mago tan poderoso como Potter. Al volver a la Mansión Malfoy Scorpius no le pidió explicaciones por su ausencia, y su madre y esposa, que podrían haberle hecho preguntas inconvenientes, se encontraban ya fuera del país.
Lo que Draco no había esperado era que cuando los Aurores llegaran a la Mansión Malfoy a detenerlo, él estaría en un hotel muggle con Lily Potter. Un elfo de la Mansión se Apareció en su suite y, tapándose los ojos para respetar la desnudez de su amo y de su acompañante, le informó que los Aurores estaban rompiendo las protecciones mágicas de la Mansión y que en cuestión de minutos ingresarían allí.
Draco no se sorprendió de la decisión de Albus de hacerlo arrestar; en todo caso, se preguntó por qué habría tardado tanto tiempo en hacerlo. Era un alivio saber que su madre y su esposa estaban a salvo en Fontainebleau, al otro lado del Canal de la Mancha, y que su hijo se les había unido. Scorpius había regresado a la Mansión desde Azkaban y había anunciado sorpresivamente a Draco que había renunciado a su cargo y planeaba irse a Francia por una temporada.
Las relaciones entre padre e hijo eran frías y formales desde la toma del poder del Hacedor de Reyes; eran como dos desconocidos que vivían por pura casualidad bajo el mismo techo. Draco hubiera deseado sonsacarle más información a su hijo, pero se limitó a despedirse de Scorpius de manera reservada y solemne. Le dio la impresión que Scorpius deseaba decirle algo más, pero luego le estrechó la mano, dijo “Adiós, padre” y se marchó a la Terminal de Trasladores Internacionales.
Draco odiaba que existiera ese abismo entre su hijo y él, pero no tenía idea de cómo tender un puente entre ambos. Cada vez que deseaba tratar a Scorpius con más calidez, de mostrarse afectuoso con él y convencerlo de que estaban en el mismo lado, el rostro adusto y gélido de su padre Lucius aparecía en su mente y le impedía ceder a ese impulso. Alguna vez recordaba haberle escuchado decir “Mi padre le tenía miedo a su padre, yo le tenía miedo a mi padre, y mi hijo me tendrá miedo a mí”.
“Pues lo lograste, padre”, pensaba Draco con amargura. “La tradición Malfoy sobrevive”.
Cuando recibió la noticia de la incursión de los Aurores a la Mansión, Draco se sintió escasamente preocupado. Aún si los Aurores conseguían entrar, la ancestral residencia Malfoy estaba protegida por una magia muy antigua, similar al Fidelius. Potter y los suyos podrían recorrer los pasillos, leer los libros y documentos que encontraran, registrar hasta el último centímetro de la casa, pero jamás descubrirían los secretos más peligrosos de la familia. Solo Scorpius, que era un Malfoy por nacimiento, podría ayudarlos, y solo hasta cierto punto, ya que Draco era el señor de la Mansión, no él.
La fortuna Malfoy también estaba a salvo: Draco había transferido una parte, la que necesitaba para sus gastos corrientes, a bancos muggles ingleses, y la otra a la sucursal en París de Gringotts. Como una burla al Hacedor de Reyes, Draco había dejado apenas un knut depositado en su bóveda en la sede de Gringotts en el Callejón Diagon. De todos modos, estaba seguro que Potter estaba menos interesado en apoderarse de su dinero que en apoderarse de su persona.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Lily, que se había puesto una bata al ver al elfo doméstico Aparecerse en su habitación.
—Quedarme aquí, por el momento —replicó Draco—. Tipsy —añadió, dirigiéndose al elfo—, quiero que regreses a la Mansión y les digas a todos los demás elfos que se marchen antes de que los Aurores entren. Vayan al château en Fontainebleau con la ama Narcisa.
—¿No vas a pedirles que combatan a los Aurores? —preguntó Lily cuando el elfo se fue—. Cuatro elfos domésticos podrían causar muchas bajas, incluso enfrentándose a magos experimentados.
—Lily, querida, ¿tienes idea de lo caros que son los elfos? Podrían eliminar a unos cuantos Aurores, pero si los mataran sería como arrojar cuarenta millones de galeones a la basura. Hay formas más baratas de matar gente.
Lily soltó una risita y se acostó nuevamente.
—Entonces, ¿nos vamos a quedar aquí varias horas más? —preguntó, mientras se desataba lentamente los cordones de la bata y le lanzaba una mirada que Draco ya sabía interpretar a la perfección.
—Se me ocurren algunas cosas con las que podemos amenizar la espera —dijo Draco, que se había vuelto a meter en la cama y acercaba sus labios a su entrepierna.
***
Lily y Draco debieron esperar al día siguiente para escuchar la entrevista de Potter. Habían utilizado un hechizo sobre el reproductor de música de la suite para que pudiera sintonizar la Red Mágica Inalámbrica, sabiendo que pronto se anunciaría la noticia del intento de detención de Draco. Pero cuando se produjo la entrevista de Albus, supieron que la cosa llegaba mucho más lejos de lo esperado.
Al llegar al momento en que Albus implicó a Draco en la matanza, Lily dirigió una mirada nerviosa a su amante, pero el padre de Scorpius escuchó todo con expresión impasible. Solo al terminar la entrevista, manifestó una reacción a lo que el Hacedor de Reyes acababa de decir sobre él.
Se echó a reír.
Lily se quedó estupefacta. ¿Cómo podía encontrar gracioso que su hermano lo hubiera acusado públicamente de asesinar a más de treinta personas? Ella misma había sido acusada de formar parte de la masacre, aunque no en un rol tan protagónico como el que Al le había asignado a Draco, y se sentía lívida.
—¿Te has vuelto loco? —preguntó Lily, mientras veía a Draco limpiarse las lágrimas que sus carcajadas le habían causado.
—Amor, tu hermano es un bastardo. Quiero que sea derrotado por completo, no te equivoques. Pero por Merlín, eso fue magnífico.
—¿Magnífico? ¡Fue repugnante! ¡Nos ha implicado a todos en un crimen salvaje en el que no tuvimos nada que ver!
—¡Y me ha usado a mí de chivo expiatorio! ¡Una táctica brillante! Todos en el mundo mágico aman a tu padre y lo respetan, pero yo no tengo tan buena reputación. Soy el ex Mortífago más rico del país y no pagué por los crímenes que cometí, como tampoco lo hicieron mi padre y mi madre. ¿Tienes idea de cuánta gente me odia? Apuesto a que ahora hay cientos de magos golpeándose la frente y exclamando “¡Por supuesto!”. Tu hermano ha encontrado la mejor manera de lavarse las manos. Yo, un mago oscuro simpatizante de Voldemort, he encontrado la forma de corromper al gran Harry Potter. Yo soy su titiritero, su monje negro. Eso hará que los simpatizantes del Hacedor de Reyes no sientan demasiada culpa al luchar por él, pues no estarán peleando contra San Potter sino contra mí.
—¿Y no te sientes furioso?
—La furia solo es útil en medio del combate —dijo Draco—. Pero en estos momentos, lo que menos necesito es enfadarme. Soy un Slytherin, Lily. No puedo dejar de admirar una buena mentira, incluso cuando está dirigida contra mí. Tu hermano hizo bien al estudiar la historia muggle. Ojala yo lo hubiera hecho a su edad.
—¿Qué quieres decir?
—Todo esto me recuerda a algo que leí en un libro de historia romana. En los meses previos a la guerra civil entre Octaviano y Marco Antonio, el primero no sabía cómo lograr que el pueblo de Roma lo apoyara, ya que Antonio era todavía muy querido en la ciudad. Pero la amante de Antonio, Cleopatra, la reina de Egipto, no gozaba de la misma popularidad. Entonces Octaviano utilizó a sus agentes para difundir la versión de que Antonio estaba completamente dominado por Cleopatra, que ella lo había corrompido con su “decadencia oriental” y que ahora hacía todo lo que Cleopatra le ordenaba. Luego de varios meses de machacar con esa historia y hacer que todos en Roma la creyeran, Octaviano le declaró oficialmente la guerra a Egipto, lo cual en los hechos significaba declararle la guerra a Antonio.
—¿Y ganó?
—Sí, los derrotó a ambos y tuvieron que suicidarse. Cleopatra usando un áspid, por cierto. Pero yo no tengo intención de terminar igual —dijo Draco, mientras comenzaba a vestirse—. Vamos a hablar con tu padre. Es hora de contraatacar.
Genial. Buen capítulo. ¿Sabes como me imagino a Draco? Algo así:
Muy bueno.
Bien pensado, ja ja.
Saludos!
Draco con historias muggles, eso es raro, pero de verdad quiero ver que Lily pague por lo que le hizo a Albus, dime que Albus le va hacer algo Martin.
Gracias por escribir
Recuerda que Draco dice «Tu hermano hizo bien al estudiar la historia muggle. Ojala yo lo hubiera hecho a su edad.» Lo que quiso decir con esto es que vio que Albus tenía un amplio conocimiento de la cultura muggle, lo reconoció como una fortaleza en su adversario y decidió tratar de imitarlo. El Draco de la saga original obviamente jamás se hubiera interesado por los muggles, pero este Draco ha madurado bastante.
** SONRISA COLGATE **
PERFECTO!!!!!
Me alegra que te haya gustado 🙂
pregunta Martin…¿no se suponia que Draco estaba prisionero de Harry por lo de LW?
Ups, una metedura de pata. Ese es el problema de haber retomado el fanfic luego de tanto tiempo. Ahora le agregué un párrafo a este capítulo explicando lo que pasó con ese cautiverio. Muchas gracias por avisarme 🙂
Hmmmm Lily y Hermione unidas por un frente común: Draco. Ya habías mencionado eso?. Me refiero a qué piensa Lily de su madrastra?. Lo sabe?. Habría sido Hermione tan aguda como en su momento con Ginny y por eso intercedió por Draco?.
Odie la frasesita esa de «Mi hijo me temerá» porque en serio, no creo que hubiera sido así, sin embargo, incluido eso FUE PERFECTO. GENIAL !!!!!!!
En el próximo capítulo veremos como van las cosas en el frente Potter-Granger.
La frase la puse por capricho, más que nada. Es una frase atribuida al rey inglés Jorge V: «Mi padre [Eduardo VII] le tenía miedo a su madre [la reina Victoria], yo le tenía miedo a mi padre, y mis hijos [Eduardo VIII y Jorge VI] me van a tener miedo a mí». Me pareció que a grandes rasgos coincidía con el tipo de relación que habrán tenido Lucius con Abraxas y Draco con Lucius, pero podría haber prescindido de ella.
Noooooo. 😦 No estrujes mi corazón.
Realmente no creo que Draco hubiera «temido» a Lucius y muchos menos, Scorpios a Draco, pero la verdad quedó muy bien.
Muy buen capitulo Martín, es mas me alegra que hayas corregido ese pequeño agujero en la trama, es mas, espero los corrijas todos (si es que hay mas puesto que yo ni cuenta me di), igual desearía saber ¿Que es de la Mansion Potter? Esa que «Albus» estaba interesado en reconstruir, amaría que fuese su nuevo hogar. Y una cosa mas, ¿Cuando crees, aproximadamente, que terminara el fanfic? Yo le calculo entre 80-100 capítulos mas o algo asi, al 300 creo que llega. Espero sigas con esta buen ritmo y nos des un gran capitulo final que llego esperando hace tiempo, uno de los 3 decisivos «Albus y Harry» y «Mas alla del mar» el otro era Sha-Mat pero como ya esta publicado…
Muchas gracias por recordar lo de la Mansión Potter. Pronto habrá un capítulo ambientado allí 🙂
La verdad es que no tengo idea cuántos capítulos faltan. Parafraseando a GRRM, yo no soy un arquitecto sino un jardinero.
Saludos!
hola Martín
felicitaciones por los buenísimos capis sobre todo el de la entrevista albus eres……. (blasfemias)
Harry que demonios esperas deja de cojer con la pen de Hermione
TEN EL PUTO VALOR DE AFRONTAR AL DESPOJO MANIACO DE HIJO QUE ENGENDRASTE …………
DISCULPEN EL COMENTARIO ESTOY INDIGNADA Y MAS
CON CIERTO TUERTO Y SU PADRE
MUCHAS FELICIDAS mARTIN EN HORA BUENA
Como dije arriba, pronto veremos la reacción de Harry 🙂
Saludos!
Me extraña que Draco Malfoy haya leído algo sobre historia romana ¿Por qué habría de haberlo hecho? Me alegro de que haya un ritmo de publicación fijo, sigue así ^^
Te remito a este comentario que dejé arriba.
Saludos! 😀
Jajajaja. Ginny parió una camada de loquillos… y a James wow ¿Qué pensará él de esta entrevista? xD
Si Draco no se enfurece es porque ya lo veía venir (Captain Obvious Strikes Again) demuestra que ya no es el niñito impulsivo y poco astuto que solía ser en Hogwarts, al menos hasta sexto curso.
Y me gusta que celebre el ingenio de Albus… es lo que yo haría (Mi lado Slytherin fangirlea con eso) xD
¿Por qué siento que ese «adiós, padre» es para siempre? Sentí algo extraño, como que Draco no termina vivo… bueno, de hecho cuando Scorpius y Rose se reencuentran no hay señales de Draco, ni de Pansy, ni de Narcissa, ni de nadie de ese lado de la familia así que o están lejos en Fontainebleau; o están muertos… ya, igual y están de fiesta y yo aquí me armo videos locos, a saber xD
Me sobró el final con es explicación de a historia muggle. No digo que después de todos estos años Draco no haya podido leer y aprender de la historia muggle. Solo que no lo imagino en plan «Voy a explicarle a Lily», no se, el profesor aquí es Albus no él. Siento que ese no fue Draco, sino tu. Es decir siempre eres tu por ser el escritor, obvio. Pero esta vez sentí que no era el personaje; sino el escritor quien me hablaba a través del personaje. Eso fue lo que me resulto un poco chocante.
Y bueno, es interesante tener un fic 100% Draco y Lily; pero sobre todo Draco (que yo recuerde).
Saludos 😀
Me gusto la frase de la tradición Malfoy,aunque no creo que Scorpius le tenga miedo a Draco, solo es que no son muy cercanos o eso imagino yo 😏.
La ultimas palabras de Scorpius a Draco sonaron a despedida y con lo profético que es Scorpius… 😭