Los Reducto de la Varita de Saúco eran potentes, de eso no cabía la menor duda. Pero no eran lo suficientemente potentes para romper las paredes de aquella infernal celda de roca negra en la que Horace Slughorn había encerrado al Hacedor de Reyes. Los Reducto que lanzaba para liberarse solo hacían saltar pequeños cascotes no más grandes que una nuez, y probablemente no hubieran sido capaces de hacer el menor daño a la piedra de no ser porque provenían de la varita más potente del mundo.
Albus sabía que el oxígeno se iba a agotar, pero eso no le preocupaba, pues podía usar un Encantamiento Burbuja. No creía que su padre tuviera intenciones de asesinarlo, solo de mantenerlo encerrado allí mientras masacraba a su ejército. Los sonidos de la batalla podían oírse, un poco atenuados, pero el Hacedor de Reyes no tenía idea de qué estaba sucediendo afuera. La idea de que Valerie debiera hacer frente a lo que fuera que su padre estuviera haciendo sin él a su lado era enloquecedora.
Pensó en la forma en que Slughorn había atravesado el suelo de la habitación. Dedujo que se trataba de una variante del hechizo de la Plataforma 9 y ¾, pero era un encantamiento que él jamás había aprendido en Hogwarts y que no recordaba haber leído en ningún libro. De haber sabido cómo realizarlo, el poder de la Varita de Saúco hubiera bastado para sacarlo de allí, pero esa falencia en sus conocimientos era insalvable.
Los pensamientos de Al se dirigieron hacia su hijo. Realmente esperaba que fuese una niña. Si hubiera sido un niño, habría sido todo un dilema escoger su nombre, pues hubiera querido homenajear a sus tres amigos muertos, Hugo y Louis Weasley e Isaac Prewett. Pero había un motivo más profundo para esa preferencia; temía que un hijo varón terminara desafiándolo, así como él mismo estaba desafiando a su padre.
“Sea varón o sea mujer”, concluyó, “voy a darle mi apoyo incondicional. No voy a poner ningún valor abstracto como prioridad. Eso es en lo que falló Harry. Cuando él haya muerto, la Casa Potter podrá empezar de cero.”
Pero solo podría hacer eso si lograba escapar de la habitación.
***
Hicieron falta varios Rennervates para despertar a Valerie. Cuando recuperó la conciencia, lo primero que sintió fue el dolor en la cabeza. Se palpó la nuca y vio que le habían colocado vendajes. Al mover el brazo, sintió otra punzada.
—¿Qué me pasó? —dijo, abriendo los ojos. Todo se veía borroso, así que solo supo darse cuenta que quien le hablaba era el novio de su hermano porque reconoció su voz.
—Un trozo de vidrio se clavó en tu brazo, uno bastante grande —dijo Lysander—. Y un ladrillo te golpeó la cabeza. Fuera de eso, estás bien.
—¿Dónde está Louis? ¿Dónde está mi hermano? —preguntó Valerie, y al fin pudo distinguir el rostro de Lysander, cuyo pelo rubio estaba pegado a la frente por el sudor, y tenía un cardenal en la mejilla.
—Se fue —dijo el joven—. Se transformó en paloma y salió volando.
—¿Acaso…? —preguntó Valerie, mientras una idea espantosa se formaba en su cabeza.
—No —replicó Lysander con firmeza—. Dijo que volvería. Volverá.
—¿Dónde estamos?
Ahora que su visión se había aclarado, se dio cuenta que ya no estaban en la calle. Se hallaban en la sala de estar de una casa, y ella había estado acostada en un sofá. No lo sabía, pero era la misma casa donde, la noche anterior, Harry Potter se había encerrado para protegerse del ataque de la camarilla de vampiros. Había una veintena de magos y brujas en la casa, varios de ellos heridos.
—Cuando caíste, Jezebel ordenó que entráramos en las casas. Hasta ahora Harry Potter y los suyos no han atacado, solo sobrevuelan la manzana.
—¿Ha muerto alguien? —preguntó Valerie.
—No, pero cuatro de los nuestros han huido… —el rostro de Lysander se oscureció al decir eso.
—Dijiste que mi hermano regresaría —dijo Valerie, notando la mirada lúgubre del Ravenclaw.
—No es él quien me preocupa. Me temo que Ash es uno de los que escapó.
—¿Cuándo fue la última vez que lo vieron?
—Antes de que el Hacedor de Reyes entrara a la casa. Cuando comenzó el ataque, él había desaparecido.
—Maldita sea —dijo Valerie.
—No sabemos si Ash desertó, Valerie —dijo Lysander—. Puede que algún Desmaius lo haya alcanzado y que nadie lo viera caer, o que lo hayan tomado prisionero.
—No voy a matarlo apenas lo vea, si es lo que te preocupa —dijo Valerie—. Pero espero que tenga un muy buen motivo para no estar aquí. Ahora, ¿dónde está Jezzie?
—En la casa de enfrente, con Livius —dijo Lysander—. Habilitamos varias conexiones a la Red Flu para poder comunicarnos sin tener que salir de las casas.
Valerie empezó a levantarse, pero se sintió repentinamente mareada.
—Ten cuidado —le advirtió Lysander—. Acabas de sufrir un golpe duro.
—He tenido peores —replicó ella—. Ayúdame a llegar a la chimenea.
Tomada del brazo de Lysander, Valerie se acercó a las llamas.
—¿Jezzie? —llamó.
—¿Valerie? —respondió la Auror—. Me alegra que estés bien.
—No podemos quedarnos aquí —dijo Valerie—. Potter quizá planee dejarnos aquí encerrados y luego ofrecernos una rendición, pero apuesto a que Draco Malfoy y esa perra de Lily lo están presionando para que destruya las casas desde el cielo.
—Tienes razón. Tengo aquí a un grupito de magos que trajeron sus escobas, pero tienen miedo de salir a patrullar. Si hubiera una batalla en el aire, estarían ampliamente superados en número.
—No queda otra que salir a la calle y combatirlos desde el suelo —dijo Valerie—. ¿Se sabe algo de Albus?
—Mandé a Livius a ver qué había sucedido, pero dijo que no pudo entrar a la casa. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas mágicamente, y no se atrevió a tratar de abrirlas, pues le hubiera tomado mucho tiempo y estaba muy expuesto ahí afuera. Pero dijo…
—¿Qué, qué dijo? —inquirió Valerie.
—Dijo que la ventana de la habitación donde estaba la persona que Albus fue a detener había desaparecido. No había sido cubierta por tablas o ladrillos, simplemente había desaparecido. Solo había una pared.
***
Ahora había silencio. Albus estaba sumido en la oscuridad, a excepción de la solitaria luz de su varita, y no era capaz de escuchar ningún sonido proveniente de la calle.
¿Habían sido ya derrotados? ¿Valerie habría ordenado una retirada? ¿Estarían muertos? El silencio y la penumbra no le inspiraban otra cosa que pensamientos sombríos.
Súbitamente, un rayo de luz entró en el cuarto. Albus apuntó su varita hacia el punto de donde provenía, y vio que un fragmento muy grande de roca negra se había desplomado y se podía ver el exterior de la habitación del otro lado de la grieta. Otros trozos de piedra comenzaron a caer, uno a uno, hasta que la grieta en la pared fue tan amplia como para permitir su salida.
Y al otro lado de la grieta, en el pasillo, estaba Horace Slughorn, con Ash Bennett apuntándole al cuello con la varita.
—Perdón por la tardanza, Al —dijo Ash—. El profesor Slughorn fue muy testarudo.
—¿Qué le hiciste? —preguntó el Hacedor de Reyes, maravillado.
—Es cómico: un hombre puede estar muy dispuesto a morir, pero rara vez está dispuesto a perder… ciertas partes del cuerpo. Aún cuando hace décadas que no las usa, está muy apegado a ellas. Oh, perdón, profesor —añadió, dirigiéndose a Slughorn—. No es de buena educación hablar de alguien como si no estuviera presente. Hora de tomar una siesta.
Albus estalló en carcajadas, y cuando el Desmaius de Ash derribó a Horace al suelo e hizo que las tablas temblaran por el peso de su voluminoso cuerpo, se dobló de la risa.
—¿Cómo lograste atraparlo?
—Me eché un Encantamiento Desilusionador y te seguí cuando entraste en la casa. Sé que habías dicho que querías encargarte de esto tú solo, pero…
—Me alegra que me desobedecieras, Ash —lo interrumpió Albus, con una sonrisa—. ¿Qué mierda está pasando afuera?
—Por lo que pude ver, tu padre y su ejército no se habían ido del pueblo, solamente estaban encima de él. Estaban todos en el aire, con escobas voladoras, probablemente escondidos con Desilusionadores. Por eso los Homenum Revelio no los detectaban: estábamos apuntando en la dirección equivocada.
—Mi padre fue listo, muy listo —admitió Albus.
—¿Qué proponer hacer ahora?
—Voy a darles un poco de fuego y sangre —replicó Albus, esbozando una sonrisa mucho menos dulce que la que le dirigió a Ash momentos antes.
***
Harry no recordaba haber pasado nunca tanto tiempo sobre una escoba, ni siquiera durante sus partidos de Quidditch. Era extraño pensar que se hallaba a más de cien metros de altura de sus enemigos, y que en una de esas casas debajo, su hijo estaba encerrado.
Esperaba que Horace hubiera conseguido llevar a cabo su estratagema. Originalmente el plan de Harry había sido atacar a todo el ejército del Hacedor de Reyes, comandante incluido, desde el cielo, pero Draco Malfoy y Horace habían pergeñado un plan para separar a Albus de sus tropas y mantenerlo confinado mientras ellos las vencían.
No todo el plan había funcionado como Harry esperaba. Su deseo más íntimo era que, privados de la presencia de su líder, los soldados de Albus se dispersaran, escapando en todas direcciones. Sin embargo, las jóvenes Rosier y Smith habían logrado contener a la mayoría de sus tropas; y luego de que Rosier hubiera sido herida, Smith mandó a todos a refugiarse en el interior de las casas.
Draco y Hermione volaron hacia donde se encontraba Harry.
—No hemos visto a nadie salir de las casas desde que Livius Black intentó ir a buscar a Albus al número 9 de Gaveston —informó Hermione.
—Bien —dijo Harry—. ¿Se sabe algo de Horace?
—Nos mandó un mensaje por su moneda diciendo que logró encerrar a Albus en el cuarto y que cerró todas las puertas y ventanas de la casa. Nadie vendrá a rescatarlo —aseguró Draco—. Y si lo hacen, nosotros seremos los primeros en verlo.
—Excelente. Llegó el momento de bajar a negociar con Smith y Rosier —dijo Harry.
—¿Negociar? —preguntó Hermione.
—Por supuesto —dijo Harry—. Albus es a quien yo quiero detener. Les haremos una oferta de rendición.
—¿Y en qué consistirá exactamente? —preguntó Draco.
—Ellos deberán entregar sus varitas. Montaremos un pequeño campo de prisioneros aquí, y cuando hayamos arreglado las cosas con el Ministerio todos serán juzgados por el Wizengamot.
—¿De veras crees que eso es conveniente? —dijo Hermione—. ¿Crees que se rendirán si eso implica ser procesados y posiblemente mandados a Azkaban?
—¿Tienes una mejor idea? —dijo Harry.
—Sí, la tengo. Todos en el ejército de Albus podrán marcharse a sus casas, excepto sus amigos. Los hermanos Rosier, el matrimonio Black, Bennett, Smith, el hijo de Luna… exigiremos que ellos se entreguen como prisioneros como condición para dejar ir al resto. Con ellos encarcelados podremos ocuparnos de Albus. Y las tropas de Al nos los entregarán en un santiamén si les ofrecemos libertad y amnistía a cambio.
—No —dijo Harry—. Nadie tendrá impunidad. Cada uno será juzgado por lo que hizo, y recibirá el castigo que le corresponde.
—Estoy de acuerdo —intervino Draco. Tanto Harry como Hermione lo miraron con sorpresa—. Todos deben ser castigados. Propongo que ataquemos ahora, que están todos encerrados en solo dos casas. Usamos Reductos e Incendios y arrasamos todo.
Harry contempló a Draco, estupefacto. Abrió la boca para protestar, pero antes de poder emitir una palabra, un potente rugido se escuchó en el aire.
—¿Qué es eso? —dijo Hermione.
—Parece… —dijo Harry, cuya mente se había llenado de pronto de recuerdos de su cuarto año, del Torneo de los Tres Magos.
—¡DRAGÓN! —gritó un mago, que pasó volando a toda velocidad entre ellos.
Draco, Hermione y Harry miraron en la dirección de la que provenía el rugido, y divisaron una forma negra a lo lejos. No era fácil distinguir con claridad su aspecto, pero sus enormes alas no dejaban duda alguna en relación a lo que era.
Un dragón se aproximaba al Valle de Godric.
***
Valerie ya podía caminar por sí misma cuando se escucharon los golpes en la puerta.
—¡Soy yo, Albus! —dijo la persona que aporreaba la entrada—. ¡Salgan!
Los magos y brujas presentes parecieron animarse, y una mujer corrió a abrir la puerta, pero Valerie la detuvo.
—No sabemos si es realmente él —dijo ella—. Déjame hablarle primero.
—¡Apresúrense, no tenemos mucho tiempo! —dijo quien afirmaba ser Al.
—Albus, antes que te abra la puerta, necesito que me digas algo.
—Lo que quieras, amor, pero que sea rápido.
—¿Cuál fue el piropo que me dijiste en tu tienda? —dijo ella, bajando la voz.
—Dije que eras la respuesta al acertijo de Sansón —respondió él, en un tono igual de discreto—. ¿Ahora sí puedes abrir?
Valerie desactivó los encantamientos de protección de la puerta y la abrió de par en par. Albus estaba en el umbral, y Ash Bennett estaba a su lado.
Él la tomó entre sus brazos y luego de besarla, la miró con preocupación.
—Estás herida. ¿Qué te pasó?
—Los escombros de una casa destruida por tu padre me golpearon. Pero ya estoy bien. Lysander me curó.
—Gracias, Lys —dijo el Hacedor de Reyes, dando una palmada al joven Scamander—. ¿Y Louis?
—Se marchó —respondió Lysander. Valerie vio que Albus iba a hacer un comentario, pero le lanzó una mirada de advertencia y le hizo guardar silencio.
—¿Qué te pasó? —le preguntó, para cambiar de tema.
—Era una trampa —dijo Albus—. Ash me rescató. No hay tiempo para explicar más. Quiero que salgamos todos a la calle.
—¡Pero nos atacarán! —dijo alguien, a espaldas de Valerie.
—No, no lo harán —respondió él—. Ya me encargué de eso. Los combatiremos desde los techos de las casas. Pero debemos salir para organizarnos.
Y sin esperar respuesta, salió corriendo en dirección a la casa donde estaba Jezzie con su mitad del ejército. Se escuchó entonces un espantoso rugido, pero Albus no pareció alarmarse, y continuó trotando a la misma velocidad.
***
El ejército de Harry estaba sumido en el caos. Algunos magos permanecían en sus puestos, pero casi todos estaban huyendo despavoridos ante el avance del dragón, que ya estaba lo bastante cerca como para poder identificar su especie. Sus escamas negras y ojos violetas, según señaló Hermione, revelaban que era un Hébrido Negro. No tan peligroso como el Colacuerno Húgaro, pero muy agresivo.
El miedo de los magos a los dragones era incontrolable. Harry sabía que si ese dragón continuaba su curso hacia el pueblo, ni siquiera los magos más valientes se quedarían. Debía ser detenido.
Sin consultarlo con Draco o Hermione, sin tener la menor vacilación, Harry salió disparado como una flecha, dispuesto a enfrentar al Hébrido.
***
Cuando Albus terminó de hablar, sus tropas lo miraron con admiración. La idea que había tenido para dispersar al ejército de su padre y darles tiempo para organizar una contraofensiva era brillante. Su confianza en sus cualidades se había restablecido. Mientras hacían caso omiso a los rugidos cada vez más cercanos del dragón, y los gritos de terror pánico de los enemigos, Albus fue dividiendo a sus hombres en distintas formaciones.
De pronto, el Hacedor de Reyes clavó la vista en el cielo, y una sonrisa se fue dibujando en su rostro.
—Más buenas noticias —dijo, mientras miraba cómo una paloma negra descendía hacia el asfalto de la calle.
Louis Rosier recuperó su forma humana, y devolvió la sonrisa a Albus.
—Hola, cuñadito —lo saludó. Lysander llegó corriendo hasta donde él había aterrizado, y le dio un largo beso mientras los demás los aplaudían.
—¿Dónde diablos estuviste? —preguntó el Ravenclaw, luego de separar sus labios de los de Louis.
—Volví al campamento. Y traje algunos suvenires —respondió Louis.
Sacó una bolsita de un bolsillo de su túnica, y de allí extrajo un manojo de ramitas del tamaño de escarbadientes. Los depositó en el suelo, apuntó su varita y lanzó un Finite Incantatem.
Las decenas de ramitas que Louis había traído se convirtieron en escobas voladoras.
—Muchachos —dijo Albus—, cambio de planes. Vamos a darles a esos bastardos un poco de su propia medicina.
***
Harry no había peleado con dragones desde la primera prueba del Torneo de los Tres Magos, pero se consideraba capacitado para derrotar a uno. Sabía que el único punto débil de un dragón eran sus ojos, y estaba decidido a atacarlo con un Diffindo. No le importaba dejar ciega o tuerta a aquella bestia: quería ponerla fuera de combate rápidamente.
El Hébrido Negro pareció notar su presencia y detuvo su vuelo, manteniéndose en el aire con el movimiento de sus alas. Lanzó otro rugido amenazante, pero Harry no se detuvo. Entonces, abrió sus fauces y emitió un chorro de fuego.
Las llamas no llegaron a tocar a Harry, pero él se hallaba lo suficientemente cerca como para sentir su calor… si hubiera habido calor. El fuego del dragón no le produjo a Harry ningún cambio de temperatura. Harry recordaba lo que había sentido cuando las llamas del Colacuerno Húngaro lamieron la roca detrás de la que él tuvo que cobijarse durante su prueba, cómo pese a que el fuego no lo tocaba se había sentido arder, y esto no estaba ocurriendo ahora. Sopesó la posibilidad de que, como el Hébrido Negro era más pequeño que su congénere húngaro, sus llamas tuvieran menor alcance, pero la desechó. Grande o pequeño, el fuego de dragón era fuego.
Entonces Harry volvió a lanzarse directamente contra el dragón. El Hébrido abrió las mandíbulas y volvió a lanzar fuego. Las llamas bañaron a Harry, dejándolo casi ciego por su brillo… pero no lo quemaron. Ni siquiera chamuscaron su ropa. Harry entonces le apuntó al dragón con su varita y le lanzó un Desmaius.
El rayo de su hechizo atravesó limpiamente al dragón. Si la criatura hubiera sido real, el Desmaius tendría que haber rebotado en sus escamas.
—¿Te gustó el dragón del titiritero, padre? —preguntó una voz burlona a sus espaldas, mientras el falso Hébrido Negro se desvanecía en el aire, como un espejismo.
Cuando se dio vuelta, vio a Albus suspendido en el aire detrás de él. No usaba escoba.
Desde la última vez que lo vio, su hijo menor había perdido mucho peso. Su cabello parecía menos brillante, su rostro tenía ojeras, sus pómulos eran más salientes. Pero todo su cuerpo parecía irradiar poder. Era como si su magia se estuviera alimentando a expensas de su fragilidad física.
Y más atrás, por encima del Valle de Godric, la batalla estaba en pleno fragor. Las tropas de Albus habían conseguido escobas voladoras y estaban atacando a las de Harry. Se lanzaban hechizos de todo tipo entre sí, y Harry pudo ver cada vez con más frecuencia los rayos verdes de las Maldiciones Asesinas, aunque no se daba cuenta quiénes eran los alcanzados por ellas.
—Hijo —dijo Harry—. Esta es tu última oportunidad de evitar más derramamientos de sangre. Ríndete ahora.
—Déjame hacerte una contraoferta. Ríndete ahora, y te daré una muerte rápida. Perdonaré las vidas de los que te acompañaron en esta aventura. Solo quiero la tuya.
—¡Nadie tiene que morir, Al! ¡Podemos terminar esto ahora!
—Oh, sí —replicó el Hacedor de Reyes—. Lo terminaremos. ¡Avada Kedavra!
La Maldición Asesina de Albus fue fácil de esquivar. Harry se sentía en su elemento montado sobre su escoba. Era solo un juego de Quidditch, y los maleficios de su hijo eran las Bludgers.
Albus pronto cambió de táctica, y en vez de intentar alcanzar a su padre, buscaba destruir su escoba con un Diffindo o un Reducto. Sin embargo, Harry demostraba una agilidad superior.
—¡Vamos, cobarde! —gritó el Hacedor de Reyes, cada vez más encolerizado—. ¡Pelea conmigo! ¡Esto no es una danza!
Harry abrió la boca para responder, pero antes de poder decir algo, vio algo que lo dejó helado.
A espaldas de su hijo, un rayo verde había sido disparado y estaba a apenas segundos de impactarlo de lleno. La Maldición Asesina provenía de la varita de Draco, quien había volado hacia donde estaban ellos, quizá escondido bajo un Encantamiento Desilusionador.
Harry estuvo a punto de lanzar un grito de advertencia, cuando un segundo rayo, de color turquesa, desvió el Avada Kedavra de Draco, salvando a Albus.
Ash Bennett, el amigo de su hijo de cabello rizado, había aparecido justo a tiempo. Draco profirió un terrible grito de frustración y comenzó a lanzar maleficios contra Bennett. Albus se dio vuelta, y vaciló durante algunos segundos entre ayudar a su amigo y seguir peleando contra su padre.
Esos segundos resultaron cruciales.
Draco disparó un Reducto tan potente que la escoba sobre la que estaba montado Bennett quedó reducida a astillas. Harry vio que las piernas de Bennett también quedaban gravemente heridas, pero el joven comenzó a caer al suelo tan velozmente que no fue capaz de mirarlo más detenidamente.
Albus salió de sus dudas y se lanzó en picada, intentando atajar su caída, pero Draco dirigió sus hechizos contra él. Harry estaba gritándole a Draco que se detuviera, pero Malfoy seguía disparando Maldiciones Asesinas contra Albus, forzándolo a esquivarlas o desviarlas, e impidiéndole ayudar a Bennett.
Harry decidió intervenir, y lanzó en dirección a Bennett un Levicorpus, intentando suspenderlo en el aire para frenar su caída, pero ya se encontraba demasiado lejos para que el hechizo lo alcanzara.
El cuerpo de Ash Bennett se estrelló contra el pavimento de una ruta que conducía al Valle de Godric. Harry pudo ver cómo su cráneo se abría, desparramando algo rojizo sobre el asfalto.
Fue entonces cuando comenzó a vomitar, mientras escuchaba el rugido de dolor y cólera de su hijo, más espantoso que los del dragón del titiritero.
Uy, me mato de la emoción D:! La verdad me da un poco de pena que todos han ido cayendo poco a poco, pero imagino que es inevitable u,u.
La guerra es la guerra ¯\_(ツ)_/¯
Saludos!
Estas matando al ka-tet uno por uno, por lo menos deja a livius y a alcyone
Pronto sabrán quiénes se salvan y quiénes no.
Saludos!
Me ganaron la pregunta, pero la cambio: ¿Podrá Albus salvar a quienes realmente ama ?
¡AHH! Ahora si que se puso buena la cosa. Curioso, pensé que Ash sería el primero en Traicionar, no el primero en ir al rescate de Albus y el primero en caer. Esto me gusta a cada momento más, veamos que pasa con Albus y su cólera, a cada amigo que pierde también pierde parte de su cordura.
Ahora que ya está muerto, puedo revelar que Ash iba a traicionar a Albus junto con Agamenón, pero al final cambié de opinión y decidí que muriera en combate.
Saludos!
Por lo visto, la relación de James con Ash no tiene futuro jajaja
Al menos cumplieron su promesa de no pelear el uno contra el otro en la batalla final.
Saludos!
¿James con Ash? wow, en serio he olvidado varias cosas. ¿Tendrían la amabilidad de pasar el enlace al capítulo en donde se muestra eso?
Ocurre en este capítulo y el siguiente.
Saludos!
Dios tengo como 3 meses leyendo el fan art y nunca había comentado, joder este capítulo si que fue emocionante, draco si entiende que esto es una guerra, llego el momento de frustración de albus…
Yo creo que Draco cometió un error, no necesariamente al matar a Ash, sino al hacerlo delante de Harry. Ahora es menos probable que Harry intente protegerlo de la ira del Hacedor de Reyes.
Saludos!
Quieres decir con esto que Draco va a morir?, no mates a Draco siempre me ha caido bien.
Que muerte mas brutal.
Soy fan de tus constantes referencias a Canción.
Espero que hayas captado la del «dragón del titiritero» 😉
Saludos!
Y todo el mundo convencido que es Aegon…
Esto sies un relato deuda batalla épica!!!
Era muy fácil la Victoria para Harry encerrando a Albus.
Sigue así , es muy emocionante!!
Saludos
Evidentemente la batalla no podía terminar solo con el Hacedor de Reyes encerrado.
Saludos!
Perdón prole corrector jajajajja
Después de que Bennett salvara a Al dos veces… lo matas!?? Martín te gusta matar a los personajes como JKR… falta poco para terminar.. P.D. al menos mata a Draco… no me enojaría..!!
Draco va a tener que afrontar las consecuencias de haber asesinado a un amigo de Albus muy pronto. Servilia Crouch y Blaise Zabini no salieron bien parados…
Saludos!
No inventes no quiero ver cono va a matar al a draco… Bueno si quiero leer esta genial ash o pobre no ma, impactante Martin impactante
El martes veremos cómo sigue esto 😉
Saludos!
Muy emocionante todo, como Ash rescata a Al, no tenia duda de que seria el quien lo haria cuando Smith dijo que se habia ido; siempre he confiado en la lealtad de Ash. Uno de los personajes al que mas tenia cariño y me fue muy triste verlo morir de esa manera. Que bueno que no hiciste que traicionara a Al con Agamenon.
Espero con ancias ver morir a Draco a manos de Al, y tambien me encamtaria ver la reaccion de James al enterarse de la muerte de Ash
Gracias por la constancia en los capítulos!!
Muy triste por Ash, Mich 😦
Muy pronto verán ambas cosas (el enfrentamiento Al/Draco y la reacción de James).
Y respecto de Ash, como siempre digo, valar morghulis.
Como siempre un capítulo 10. Cuando apareció el dragón me quedé con la cara, pensé que Albus ya tenía se su parte a todas las criaturas magicas guays. Y lo Ash me dolió mucho, yo quería que traicionara a Albus y fuera feliz con James.
Y otra cosa que quería comentar es que me parece que el Harry de este capítulo es un poco «blandito». Estamos hablando de un auror con muchos años de experiencia y de alguien que luchó en una guerra en la que murieron muchísimos amigos suyos. Y sin embargo se pone a vomitar, por que muriera un enemigo cayéndose de la escoba? No se, a eso no le veo mucha lógica. Pero fue lo único, como ya dije capítulo de 10
En su defensa, probablemente tenía el estómago bastante revuelto por todas las volteretas con la escoba voladora 😀
Saludos!
jajajajaj naaaaaaa. Harry no haría eso. Y también me escoce un poco el que sea tan lento tratando de salvar a los amigos de Al de las manos de sus «aliados». :$
Rayos. Un plan tan bien cuadrado para terminar en tamaño desastre. Maldito Draco. Debiste quedarte tratando de matar a Al… 😦
Genial como siempre! Draco, el único que entiende que están en una guerra. Harry, sigue anteponiendo el cariño por la familia a la ´verdad´ de entender que su hijo debe ser detenido. Me dolió la muerte de Ash, pero siempre una muerte importante en la batalla le pone más ‘sabor’ =P No quiero esperar para saber cómo termina esta parte =? =P
En realidad lo de Draco podría ser leído como un exceso de genre-savviness.
Saludos!
DE VERDAAAAAAD….??????
No puedo creer que el pobre Ash haya muerto, a pesar de ser un poco «raro» era el seguidor mas fiel del Hacedor de Reyes, un chico digno de admirar la verdad… Hasta el ultimo minuto dio el todo por el todo por Albus.
Tremendo capitulo Martin, de verdad que te admiro muchísimo y me encanta esa forma tan particular que tienes de voltear las situaciones y de crear nuevas estrategias para seguir haciéndolo interesante….
Pero andaaaaaa… por que tenias que matar a Ash??? Y del bando de Harry no muere nadie? Seria divertido ver morir a Draco, siempre lo he odiado por imbécil y patético…!
En toda guerra muere gente de ambos bandos; al fin y al cabo, este capítulo se titula «La Batalla del Valle de Godric», no «La Masacre» 😀
Y ya vimos morir a Minerva.
Saludos!
Sigo pensando que hay demasiados Weasley en el lado de Harry… ** MIRA DE UN LADO A OTRO ** 😀
P.s. Y demasiados Potter… ¡Haz algo con Lily por favor!. Algo tremendamente doloroso…
WOW WOW WOW no lo puedo creer Martin !!! mataste a Ash nunca te perdonare eso
Por favor que muera Draco y que tenga una muerte extremadamente horrible gore
Te felicitaria pero ya todos lo hicieron y ya sabes que sos un genio
Te quiero pedir algo:NO dejes que Albus o Harry mueran asi nomas que tengan una «charla» que Harry vea sus falencias como padre y que le pida perdon a Albus
Pdt:Estoy empezando a creer que Harry morira hacia el final del fic
Un momento !!!!!!! paren todo el acertijo de sanson…..
Valerie leyo ese pasaje de la biblia en un flashforward…
¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿ESO SIGNIFICA QUE VALERIE VA A TRAICIONAR A ALBUS Y QUE ESA SERA LA CAUSA FUNDAMENTAL DE SU CAIDA ?????????!!!!!!!!!!
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
En realidad, no. Lo del acertijo de Sansón es solamente un piropo de Albus a Valerie, y ella lo relee cuando se entera que está embarazada de nuevo porque recuerda que Albus se lo dijo cuando ella le dio la noticia de su primer embarazo (o segundo, si contamos la vez que se hizo un aborto en Hogwarts). No hubo traición de su parte.
Saludos
Berrooo!! No puedo con tanto, mira el montón de cosas que has publicado! No dejes de publicar, porfa. Está rebueno…!
«Fuego y Sangre» “dragón del titiritero” Me encanta tus guiños a Cancion de Hielo y Fuego.
La debilidad de Albus siempre fueron sus seres queridos, aun le queda algo de humanidad sino al a ver caer a Ash solo hubiese sido una caida mas, siempre sufre con mucha intensidad por los suyos y es algo que me gusta de el.
¡Ash Bennett no!
Es algo que me ha matado una parte de mi, como si hubieran matado uno de mis jamás realizados horrocruxes.
No entiendo por qué era Ash el muerto. Para mí, Ash debería haber continuado en la batalla y haber quedado mutilado o haberse exiliado sin haber querido contactar con nadie de esta oscura época.
En su lugar habría matado a LR o a Lysander. Seguiría siendo una pérdida irreparable, pero me sentiría seguro de que, al menos, si LR moría estaría junto al gran amor de su vida: Hugo, al que por mucho que haya dicho que era un amor infantil, si no hubiese muerto seguirían juntos hasta el fin de los tiempos (o por lo menos dejadme creerlo