Natural y antinatural

El casi enfrentamiento y posterior pacto de Albus con los centauros en la noche del 14 de marzo hizo que el muchacho olvidase la cercanía de su cumpleaños. No obstante, cuando llegó el 16 y se dio cuenta de que al día siguiente cumpliría quince años, Al puso manos a la obra.

Teniendo tantos amigos y familiares de distintas Casas, consideró muy imprudente celebrar en la sala común de Slytherin. De no ser por la necesidad de mantenerla en secreto (pues no todos sus allegados la conocían), habría usado la Cámara. Y supuso que sería complicado armar algo en alguna otra sala común. De modo que llegó a la conclusión de que el lugar ideal sería la Sala Multipropósito. James había terminado por confesarle que aquel lugar, que se creía que había sido destruido durante la segunda batalla de Hogwarts en 1998, era el que empleaba para fabricar sus pociones. No obstante, se había negado a revelarle su ubicación y cómo entrar a ella.

Albus decidió abordarlo en la tarde del 16, y tentarlo con la perspectiva de organizar una fiesta en la Sala. James se mostró muy reacio, pero la idea le resultaba muy atractiva y acabó por llegar a un entendimiento con Al. Su hermano accedió a explicarle cómo llegar a la Sala Multipropósito a cambio de que Albus le dejase usar la Capa de Invisibilidad durante el resto del año (salvo, por supuesto, en las semanas en que le tocaba usarla a Lily). Una vez hecho el acuerdo, James le dio todas las indicaciones y luego se dirigieron uno a la Torre de Gryffindor y el otro a la Sala, a hacer los primeros preparativos.

Los muchachos entraron a un pasillo algo oscuro y vieron a dos personas apoyadas contra la pared, besándose y acariciándose. Esto era algo bastante común en Hogwarts, y los dos estaban acostumbrados a pasar por su lado sin prestarles atención. Pero luego notaron que ambas personas llevaban el pelo corto y que una tenía el cabello de un color rojo que les pareció muy familiar. Y luego comprendieron la verdad: se trataba de dos varones y uno de ellos era su primo Hugo. En silencio, se aproximaron un par de pasos y distinguieron a quien lo estaba besando como su mejor amigo Louis Rosier. El rostro de James se puso colorado por la indignación y abrió la boca para protestar, pero su hermano menor le ganó de mano.

-¡ROSIER! ¿QUÉ DIABLOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO CON MI PRIMO? -bramó Albus, con los ojos echando chispas y una expresión de ira totalmente desequilibrada. Hugo y Louis dieron un respingo y empalidecieron, aterrados. Y de repente, en un abrir y cerrar de ojos, Albus comenzó a reírse a carcajadas, doblandose en dos.

-¡Si-si tan so-solo hubieran visto su-sus ca-caras! -exclamó, tartamudeando a causa de las risas y derramando lágrimas- ¡Parecía como si les hubiera lanzado una Imperdonable! ¡No me voy a olvidar nunca de este momento!

Hugo y Louis sonrieron, algo aliviados al ver que aquel estallido de cólera tan atemorizante había sido fingido. No obstante, James no opinaba lo mismo:

-¿Crees que esto es para reírse, Al? ¿Te parece bien que nuestro primo sea un…?

-Cuidado, James -lo interrumpió Albus, ahora totalmente serio-. Piensa bien en lo que vas a decir.

-¡Voy a decir lo que quiera! -gritó James- ¡No quiero que Hugo termine…!

Pero Albus no le dio tiempo a completar su frase, sino que sacó su varita con un veloz movimiento, le apuntó y dijo:

–Petrificus totalus.

James quedó paralizado, incapaz de seguir hablando. Albus se volvió hacia su primo y su nuevo novio.

-Bueno, así no podrá interrumpirnos -dijo en tono despreocupado-. ¡Me alegro tanto por ustedes dos! ¿Hace cuanto que están juntos?

-Dos semanas.

-Lo tenían bien escondido, ¿no?

-Si hubiera dependido de mí, no habríamos tenido que esconderlo -dijo Louis-. Pero tu primo aquí presente comparte las absurdas ideas de los muggles sobre la homosexualidad de tu hermano y consideraba que lo nuestro era algo vergonzoso. He tenido que estar estas dos semanas insistiéndole en que no hay nada de malo en esto.

-Y no lo hay, para nada. Yo puedo respetar mucho la cultura muggle, pero en lo que se refiere a la actitud frente a estas cosas, soy un mago de pura cepa.

-Bueno, tienes que entenderme, Al -dijo Hugo, ruborizándome-. Yo crecí en un entorno menos abierto.

-¿Pero Louis ya te ha convencido de cuál es la postura correcta, no? -preguntó Albus.

-Sí, sí -dijo Hugo de mala gana-. Pronto vamos a hacerlo público.

-Perfecto. ¿Cuántos años tienen, por cierto? Tengo mala memoria para los cumpleaños.

-Yo cumplí catorce en febrero y Hugo lo hará en mayo -respondió Louis.

-Supongo entonces que ya son lo bastante mayores como para… ya saben.

-Sí, pero todavía no hemos hecho nada -dijo Hugo, ruborizándose todavía más.

-Mejor, mejor. No se precipiten… Aunque en realidad no sé por qué les hablo así, como si fuese un gran experto en el tema del sexo.

-¿Qué, tú nunca lo hiciste?

-No. Me gustaría, pero no he encontrado a la chica indicada.

-¿»Chica»? -preguntó Louis- ¿Te gustan las chicas?

-Sí -dijo Albus, levantando las cejas-. ¿Qué te hace creer lo contrario?

-Es que… tú y Scorpius son tan…

Albus volvió a reírse.

-¡Scor y yo! ¡Por Dios, jamás! Miren, él y yo somos solamente amigos. Muy buenos amigos, podría decir que casi hermanos, pero nunca más que eso. Me temo que no juego para el mismo equipo que ustedes dos.

-¿Y él?

-No sé -dijo Al con indiferencia-. Creo que también es hetero. Escuchen, tengo una sugerencia. ¿Qué tal si se muestran juntos, es decir en pareja, en mi fiesta mañana? Eso hará que toda la escuela hable de ella al día siguiente y que se lamenten por no haber sido invitados…

-¿Por qué hablarían de eso? -preguntó Hugo.

-¿Por qué? ¡Porque tu padre es un héroe de la guerra contra los Mortífagos y el abuelo de Louis fue un Mortífago!

Louis empalideció.

-Entonces tal vez sería mejor ocultarlo durante un tiempo más.

-Yo creo que no. Si realmente se quieren, tendrán que enfrentar tarde o temprano a las habladurías de los demás. Además, no será tan grave. Tal vez solo lo verán como una curiosidad; al fin y al cabo tu abuelo Evan solamente peleó en la primera guerra. Si fueses hijo o nieto de algún Mortífago más prominente el escándalo sería aún mayor.

-¿Y qué hay del hecho de que seamos varones? -preguntó Hugo.

–Muggles… -suspiró Albus e intercambió una mirada de hastío con Louis- Mira, probablemente solo generará resquemores de parte de los alumnos hijos de muggles y algunos mestizos, pero los sangre pura no tendrán problema con eso. Bueno, dejando de lado a mi querido hermano mayor, que es la excepción a la regla.

-¿O sea que para ti está bien? -preguntó Louis.

-Claro que sí. Y recuerden esto: ustedes están bajo mi protección. Si alguien siquiera les dirige una mirada insolente, le daré su merecido como a Finnigan o como a esos idiotas que me golpearon en mi tercer año. Nadie se mete conmigo o mis amigos.

-Gracias, Al -dijo Hugo-. ¿Volvemos a la sala común? -añadió, dirigiéndose a Louis.

-OK, vamos.

-Un momento -dijo Al-. Quiero tener unas palabras con Louis.

Así, Hugo se fue solo a la sala común de Hufflepuff, y Louis se quedó para charlar con el primo de su novio.

-Louis -le dijo Al en cuanto se quedaron solos (a excepción del petrificado James)-, eres mi amigo y me caes muy bien. Y ahora que veo lo mucho que pareces amar a mi primo, me caes aún mejor. Pero debo advertirte algo: si le haces daño a Hugo lo pasarás muy mal. Lo de Finnigan no será nada comparado a lo que te haré si veo a mi primo derramar una sola lágrima por tu culpa, ¿entendido?

-Está bien, entendido -dijo Louis, un poco asustado pero seguro de sí mismo.

-No digo que si dejas de quererlo te castigaré -aclaró Albus-. Pero si rompes con él de alguna forma, digamos, poco diplomática o si lo engañas con otro chico o chica… No quiero ni pensar en lo que te haré.

-No te preocupes.

-Hugo es para mí más como un hermano menor que como un primo, Louis. Es practicamente mi trabajo preocuparme por él.

***

–Finite -dijo Albus apuntando con su varita a su hermano y liberándolo. Inmediatamente se vio siendo empujado contra la pared, quedando él y James en una posición cómicamente similar a la de Hugo y Louis unos momentos antes.

-¿Vas a besarme, James? -preguntó Al entre risas- Preferiría que me llevases en una cita a Hogsmeade antes, por lo menos.

-¡Deja de decir payasadas! ¡Debería darte una paliza por paralizarme así!

-Bah, si realmente quisieras golpearme estarías haciéndolo en vez de hablar. Suéltame.

James obedeció, pero estaba claramente furioso.

-¿Te das cuenta de lo que hiciste recién? ¡Alentaste a nuestro primo a seguir en esa… relación enfermiza con Rosier!

-¿Por qué es enfermiza, James?

-¡Son dos chicos! ¡Dos varones, Albus, dos hombres! Bueno, casi…

-¿Y?

-¿Hace falta que diga más?

-Tú tan solo has señalado algo evidente, no has dado ningún argumento.

-Al -dijo, tratando infructuosamente de emplear el tono con el que le explicaba cosas muy simples a su hermano menor-, que un chico y otro chico estén… juntos no es… natural.

-¿Natural?

-¡Por supuesto! Es decir… ¡no pueden tener hijos! ¡Esa es la idea del sexo!

-No digas tonterías, James: tú te has acostado con centenares de chicas y dudo que lo hayas hecho con el objetivo de tener hijos porque de ser así habrías sido padre a los trece y tendrías decenas de niños correteando a tu alrededor. El sexo se hace por puro placer, tanto entre personas de distinto sexo como entre personas del mismo.

-Albus… La Naturaleza diseñó al hombre y a la mujer para hacer el amor. No nos diseñó a los varones para estar con otros varones.

-¡La Naturaleza! -exclamó Al con desprecio- ¿Desde cuando el hombre se limita a hacer lo que la Naturaleza lo diseñó para hacer? ¡Si fuese por la Naturaleza, seguiríamos viviendo desnudos en las cuevas, comiendo carne cruda! Aparte, ¿qué es más violatorio de las leyes de la Naturaleza que la existencia de magos y brujas? ¡Los seres como tú y yo somos muchísimo más antinaturales que los gays, si te detienes a pensarlo!

James intentó responder, pero no se le ocurrió qué. Albus aprovechó aquel lapsus para volver al ataque.

-James, hay algo que quiero que comprendas: la homofobia, en un mago, es degradante. Es algo propio de muggles; es más, de los muggles menos educados. ¡Eres un mago, por Merlín! ¡Actúa como tal!

-Es que no puedo dejar de ver la unión entre dos chicos como algo anormal -dijo James.

-Bueno, James, te diré lo siguiente: considerando que la madre de Teddy se unió con un hombre lobo, y que el padre de Hagrid se unió con una giganta, y que el abuelo de la tía Fleur lo hizo con una veela… pues yo creo que deberíamos alegrarnos de que nuestro primo se enamoró de un humano, aún cuando sea otro varón.

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